La dominación de los Lords

Parte 3

Al momento que Umal Core se había resignado a cumplir el capricho de su nieto, de pronto una voz seca provino de sus espaldas haciendo que se detuviera.

"Maestro Core, solicitan su presencia en la sección de ejecutores."

Disgustado por la repentina interrupción, Umal Core voltea solo para visualizar a uno de los guardias personales del General de la Unión de ejecutores.

Su mirada se posó sobre este guardia, quien a pesar de estar siendo observado de manera fría y asesina, no se mostró nervioso en absoluto y continuo manteniendo su inexpresión mientras esperaba pacientemente.

Si fuera otra persona el que recibiera tal mirada no tardaría en asustarse hasta la muerte, y no cabía la duda que terminaran de esa manera.

Más aun debido a la situación actual en la que se encontraban.

No había nadie en el Clan que no conociera a los tres generales importantes y las cosas que eran tabú para ellos.

A excepción de los otros dos generales importantes y el mismo jefe de Clan, si alguien llegara a interrumpir el momento donde Umal Core se encontraba con su nieto, sin que este lo haya pedido, terminaría sufriendo un trágico final.

"Espero que tengas una buena razón para interrumpirme, porque o si no te matare."

El guardia no se molestó por tales palabras cargadas de intensión asesina. Como un druida entrenado por la unión de ejecutores estaba preparado para morir en cualquier momento, aun si esto se le fuera ordenado.

"Abuelo, abuelo. ¿Que pasara con mi montura?, me lo prometiste."

A su lado el joven druida DuEr estiraba constantemente de la túnica de Umal Core mientras hablaba de manera disgustada y abatida.

Sus grandes ojos miraban a su abuelo mientras que estos comenzaban a brillar por la dilatación. Pareciera que estaba a punto de llorar de la decepción.

Esto solo hizo profundizar el disgusto en su interior por ser interrumpido.

"Si, si. Ya iremos, ya iremos. Solo espera un momento mi pequeño DuEr. Te conseguiré la montura más feroz del bosque eterno. Solo espera un poquito ¿si?."

Sus palabras fueron dulces y suaves cuando se dirigieron hacia su nieto, quien no parecía poder esperar más, pero aún así asintió con su cabeza.

Tras eso, su mirada venenosa volvió hacia el guardia quien seguía quieto sin moverse.

"Habla."

Dijo en un tono impaciente, como si no pudiera soportar más tiempo su furia y disgusto.

"Sí señor. No tengo los detalles exactos, solo que el general Yur Kem me pidió que lo llamara porque tenía que contarle algo importante sobre la señorita Glia."

Al escuchar repentinamente el nombre de su hija hizo que Umal Core tuviera un mal presentimiento sobre esto.

Desde Glia lo dejo para unirse a la Unión de ejecutores siempre se mantuvo al corriente de ella por posibles noticias. No había días en el que no amenazara con matar a Yur Kem si algo le llegara a suceder nuevamente a su preciada hija.

A pesar de no tomar muy seriamente tales amenazas, Yur Kem sabia cuán importante era su hija para Umal Core, por ello siempre se disponía en asegurar que todo estuviera bien para ella.

Y para asegurar que la vida de la hija de su amigo no estuviera en peligro, incluso se resignó a dar uno de los tesoros de su familia como método de salva vidas. Un raro pergamino de puerta negra.