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[Narra Jin]

Dos semanas nos dieron de descanso en la universidad. Dos semanas que estuve en el hospital. Nunca pensé que el amor me dejaría tan mal, tan dañado. No tenía deseos de comer, de levantarme, mi ropa de colores se convirtieron en ropa negra. Hoy era mi penúltimo día en el hospital. La aguja que estaba inyectada en mi muñeca que me daba suero era la única que me acompañaba en esta fría habitación. Jungkook y su hermano me venían a ver todos los días, me comentaban lo que sucedía en las fiestas y todo lo que no he podido saber por estar en estas cuatro paredes. Mis padres vienen pero poco, ya que trabajan mucho, prefieren llamarme cada hora.

-Joven, alguien lo vino a ver- miré extrañado a la doctora y vi un ramo de flores asomarse y unas manos que se me eran muy conocidas.

-Hola- me dijo Ken, acercándose a mi.

-Qué haces aquí?- sentía ardor en mis orejas y cuello. La máquina que tomaba mi pulso empezó a sonar más rápido que anterior mente.

-Me dijeron que estabas hospitalizado y quise venir a verte. Toma, te traje un ramo de flores- aunque fuera mis flores favoritas, que me las haya traído él, me hacía odiarlas.

-No serás muy descarado de venir tan sereno, después de todo el daño que me hiciste?-

-Perdón, no quería que nuestra linda relación terminara así-

-Tú quisiste que fuera así. Fuiste tan frío, no te importo nada. Solo pensaste en ti, cómo siempre- las lágrimas no dudaron en salir de mis ojos. Ken, no podía mirarme a los ojos, solo miraba sus zapatillas, mientras mordía su labio.- Y ándate! No te quiero ver! Y llévate tus flores que no las quiero!- le tire el ramo de flores a su pecho, él las agarro y empezó a caminar hacia atrás, me hizo pequeñas reverencias y se fue de mi habitación.

Lo odiaba tanto, como tenía la cara para venir a verme después de todo el daño que me había ocasionado.
Las lágrimas seguían saliendo al recordar todo lo que había vivido con Ken.

Sentí que abrían la puerta y la rabia volvía a mi.

-Te dije qué te fueras! No vengas más!- dije gritando mientras me secaba mis lágrimas.
Sentí el sonido de las zapatillas caminando en el suelo de cerámica y vi a la persona que le he hecho tanto daño, mirándome asustado.

-Perdón si llego en un mal momento- hablo Namjoon con su tosca voz.

Mi sonrisa no dudó en aparecer al verlo después de tanto tiempo sin poder sentir su aroma, sus facciones, su voz.

MÍO [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora