Las gotas de sudor bajaban por mi frente, inquietándome un poco al dormir. El calor se invadió en todo mi cuerpo quitándome las sabanas esperando a que me diera un poco de frio, pero aún seguía. Abro mis ojos ya decidida y el pánico se apodera de mí, sentada en el suelo me arrastro para chocarme con una piedra inmensa. Miraba a mí alrededor con mi corazón a mil por hora. Esto no era mi cuarto y mucho menos la casa de mis tíos, esto parecía un mismo infierno.
—¡Marco!—Grito con la respiración entrecortada.—¡Marco!—Vuelve a llamarlo y nada.
Estaba sola aquí, en este lugar tan raro. Ahora me acuerdo de que había hecho un tipo de ritual al que se suponía que hiciera algo. Lo último que me acuerdo o es que me había ido a dormir, así que, esto es un simple sueño. Entonces todo es algo inútil, es un sueño, me pueden pasar miles de cosas y como quiera seguiré viva. Me levanto del suelo para caminar y ver a mi alrededor el extraño lugar.
Cada paso que daba era como si estuviera encima de clavos afilados y caigo al suelo. Miro el hecho de mi caída, estaba atada a una especie de pesa, alzaba mi pierna, pero el peso era demasiado para mí. El hierro empezó a calentarse de una forma rápida sin motivo alguno, tornándose en un color rojizo que lastimaba mi perna, se sentía como un mismo infierno. El grito que salió de mi boca se podía decir que hasta lo más pequeño lo pudo haber escuchado.
Abro mis ojos lentamente y estaba en lo cierto, era un simple sueño. Mi alrededor estaba como o había dejado antes. Las velas guardadas debajo de la cama y el libro en su respectivo lugar. No quiero que Marco se entere de esto ya que me puede odiar por un límite de tiempo, eso es propiedad del no mío.
Quito las sabanas de encima sentándome en la esquina de la cama, poniendo los pies en el suelo frio. Un ardor se apodero de mis pies al tocar el piso, las retiré rápido como pude trepándolos encima de la cama. No entendía muy bien lo que me estaba pasando, aunque, lo que si se es que esto ya me estaba confundiendo. Mi tobillo empezó a doler y un grito salió de mi boca al ver la marca que tenia del hierro que enrollaba mi tobillo.
—Qué diablos—coloco mi pierna encima de mi muslo mirándolo más de cerca. Me doy un leve masaje intentando de no gritar ya que era muy temprano en la mañana. La marca poco a poco se fue desapareciendo al igual que el dolor, así que, aproveché y seguí mi camino como si nada.
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Psicóloga-Tom Lucitor y Tú-(Fanfic)
FanfictionTodas las personas sufren de variaciones en su vida diaria ya sean estados de animo (Mayormente). En situaciones obtenemos por tener un objetivo que nos alegra y nos da activa positivamente. Por el contrario, si pensamos en situaciones malas del pas...