Capítulo 41

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Había pasado varias semanas desde la última vez en el que todo el mundo estuviera de acuerdo. Mi golpe había desaparecido gracias a un hechizo que Star me hizo. Tom por el otro lado estaba acostumbrándose a su cuerpo nuevo a la cual el mismo admitió que le gustaba. Marco siguió su vida junto a Star después de su fuerte reconciliación. Yo sin embargo estaba bien, pero los momentos entre Tom y yo se hacían más incómodos.

Abro los ojos cuando los rayos del sol chocan conmigo. Alzó mi mano poniéndolo en el medio de mi rostro cubriéndome del sol mientras buscaba un teléfono.

—24 de diciembre—Murmure tirando del brazo soltando un suspiro.

Era el día en que los cuatro iríamos a cenar en el nuevo restaurante mexicano a unas calles más adelante de mi apartamento. Me siento en la orilla de la cama con pereza mirando mis zapatillas por casi diez minutos. Decidida a levantarme, voy a mi perchero y busco algo de ropa antes de irme a darme una ducha. El agua corría por mi cuerpo y mi mente se concentraba en todos los logros que hemos podido conseguir en semanas. Todo se había resuelto, Tom y Marco volvieron hacer los amigos de antes como Star quiso. Por el otro lado, pensar que Marco y Star eran novios eso me hace pensar que yo también debería...

—No—Murmure negando bruscamente saliendo de mis pensamientos, aunque me era inútil.

Nunca pensé que llegaría amar a un chico de emociones incontrolables. Esos besos que ocurren de la nada son como un asalto a mi corazón que me dan deseos de más como la droga. Sin embargo, no sabía cómo Tom pensaba sobre eso, ya que no hablaba del asunto. Cierro la llave del baño colocándome la toalla a mi alrededor y salgo del baño.

—¡Tom! —Chille al verlo sentado en la orilla de mi cama viendo mi ropa encima. —¿Cuantas veces tengo que decir que toques mi puerta antes de entrar? —Pregunte un poco irritada ante su acción.

—Solo te quise traer el desayuno—Hablo tranquilo levantándose de la cama caminando al escritorio mío donde estaba la comida en una bandeja.

—¿Me hiciste desayuno? —Dije confundida cogiendo la bandeja. Tom nunca había hecho el desayuno para mí, esto tenía que ser una de las suyas.

—Sí, espero que te guste ya que por poco quemo el apartamento. —Río avergonzado con su mano en la nuca.

Una sonrisa estúpida sale de mis labios ante su acción. Camino a mi escritorio colocando la bandeja nuevamente en ella y me siento en la silla aún con la toalla puesta. Era pancakes con tocino, huevo frito y jugo de China. Corte un pedazo del pancake y un dulce se enfoca en mi lengua.

—Es canela—Asentí asombrada. El olor a canela era una de mis fragancias favoritas, sin embargo, nunca pensé en ponerlo en la mezcla. —Gracias Tom está delicioso—Lo felicito aplaudiendo para llevarme otro pedazo a la boca.

Psicóloga-Tom Lucitor y Tú-(Fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora