— ¿Tan difícil es contestar una simple pregunta? —Dijo mientras mi cuerpo daba vueltas en la ruleta.
Todo había pasado tan rápido, no sabía exactamente cuánto tiempo había pasado. Llevaba par de horas sentada en la silla de madera y mi trasero me dolía demasiado. Yo solo quería pararme y caminar un poco para que mis músculos se estiraran un poco. Aunque la única forma para obtener eso debería contestar ciertas preguntas a las cuales no quería. Ahora estaba amarrada en la ruleta y cada vez que me negaba, venia él y le daba vueltas. Ya la cabeza me quería explotar por las tantas vueltas y a pesar de que no tenía nada en mi estómago, lo poco que tenía adentro quería salir de mi boca de una vez.
— ¿Me vas a contestar las preguntas? —Detiene la ruleta de golpe quedando de lado.
Trago un poco de mi saliva mientras que mi cabeza se ponía firme y negué. Nuevamente él le da la vuelta y se sienta en la silla viendo como daba las vueltas en el mismo sitio.
—Para ya—Digo de la nada y todo deja de dar vueltas. —Contestare todo lo que tú quieras. —Veo como él se levanta de la silla dando brinquitos chasqueando luego sus dedos cayendo al suelo y comenzar a expulsar todo lo que contenía en mi estómago.
—Ups creo que me pase un poco. —Se detiene al ver mi estado. —Alza de hombros mientras que yo pasaba mi mano limpiando mi boca. —Me tengo que ir por un momento, limpia esedesorden y cuando vuelva espero que estés listas para las preguntas. —Dicho esto desaparece de la nada dejándome sola en la habitación.
Me levanto del suelo buscando la forma de limpiar el desorden que había creado. Revise cada esquina de este pequeño lugar y no había nada. Verifico que él no estuviera, me quito el abrigo luego siguiendo mi camisa blanca quedando solo en mi sostén. Tiro la pequeña camisa al suelo, me pongo de cuclillas y con eso comienzo a limpiar tirándolo luego a un pequeño cubo que encontré luego. Cojo el abrigo y me lo vuelvo a colocar intentando de cubrir mi cuerpo lo más posible, me coloco la capucha y camino hacia una esquina de la habitación; sentándome, atrayendo las piernas hacia mi cuerpo y escondiendo luego mi cabeza entre mis rodillas asustada por lo que me esperaba en el futuro.
¿Acaso esto es un castigo por lo que hice? ¿Qué estaba pasando ahora mismo en México? No me había dado cuenta de que las lágrimas comenzaron a salir y estaba completamente en el suelo, llorando con todas las ganas del mundo entero.
— ¿Por qué lloras? —Escucho a lo lejos. —No tienes por qué llorar, todo está bajo control. —Los pasos se escuchan y me quitan la capucha. —Aun no has roto las reglas. —Me sonríe tiernamente.
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Psicóloga-Tom Lucitor y Tú-(Fanfic)
FanfictionTodas las personas sufren de variaciones en su vida diaria ya sean estados de animo (Mayormente). En situaciones obtenemos por tener un objetivo que nos alegra y nos da activa positivamente. Por el contrario, si pensamos en situaciones malas del pas...