Mi cuerpo comenzó a entrar en pánico, movía mis manos y pies intentado de desatarme de las sogas que tenía.
—Al fin puedo decir que es un gusto en conocerte. —Se levanta del asiento y podría decir que media seis pies de altura. —Tranquila que no te hare daño. —Se detiene delante de mí, baja un poco su estatura estando a la misma altura de mi cabeza mirándome de lejos.
Mi cuerpo se inmoviliza al sentir su respiración cerca de mi cuello y luego pasándose por el otro lado. Parecía que buscaba algo en mí hasta que sentí su mano bajando el cierre de mi abrigo, después colocando su mano por mi cuellera estirando la camisa de mi hombro izquierdo dejándose ver la pequeña marca en ella.
—Bienvenida a tu nuevo hogar—Se separa de mí dejándome aturdida.
El chasquea sus dedos dándome la vuelta y caigo rendida en el suelo lastimándome el cuello y parte de mi hombro. Coloco mis manos sobre mi cuello sobándome en el lugar lastimado viendo como la ruleta había desaparecido.
—Siéntate un momento, —Me pide y mi vista se posó en él. —por favor. —Chasquea sus dedos nuevamente y mi cuerpo se encontraba sentada en una silla. —Todo lugar tiene sus reglas y debes de obedecerlas porque si no—Camina de un lado a otro a lo último dando un suspiro. —eso no importa. —Camina a mi nuevamente. —No faltarme el respeto, obedecerme y por último no puedes salir de aquí ¿entendido? —Junta sus manos ladeando su cabeza un poco.
—Para un momento, ¿estas bromeando? —Me levanto bruscamente, el levanta su mano y baja su dedo índice creando que mi cuerpo por si solo se vuelva a sentar en la silla. Él se acerca y se pone de cuclillas mirando al suelo mordiendo su labio inferior.
—Acaso te parezco una broma. —Me mira a los ojos causando que tragara mi propia saliva. Miro a otro lado de la habitación e intento de hablar, pero las palabras no salían de mi boca. —Y no, esto no es un sueño es real. —Me toca mi nariz brincando un poco del susto.
— ¿En dónde diablos estoy entonces? —Pregunto alzando las manos lo más que pudiera mirándole hastiada por su actitud tan calmada.
—Lejos de todo lo que amas, prácticamente. —Se levanta colocando sus manos detrás de su espalda y camina a mí alrededor detrás de mí. — ¿Qué pasa? ¿Acaso me tienes miedo? —pregunto acercando su rostro a mi cuello creando que quedara tiesa en la silla. —Pues lo deberías, pero seré bueno contigo, peroeso no te salva de nada. —Susurra en mi oído.
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Psicóloga-Tom Lucitor y Tú-(Fanfic)
FanfictionTodas las personas sufren de variaciones en su vida diaria ya sean estados de animo (Mayormente). En situaciones obtenemos por tener un objetivo que nos alegra y nos da activa positivamente. Por el contrario, si pensamos en situaciones malas del pas...