—Ya estoy aquí, ¿para qué rayos querías que llegara a esta hora? —Pregunta mientras me veía caminar de un lado a otro en la habitación acomodando las almohadas de mi cama hacia una esquina.
—Siéntate—Le ordeno señalando la cama. Su mirada cambio a uno más seria a la cual yo puse la misma cara y me hizo caso. —Okey Tom necesito que antes de acostarte estés lo más cómodo posible. —Le aviso sentándome en una silla al lado de la cama.
Se quita el gabán dejando ver la camisa blanca que tenía por debajo, se intenta de quitar la corbata a la cual no podía y se empezó a enojar. Me levanto de la silla, poniendo mis manos encima de las suyas y apartándolas de la corbata para yo poder quitársela. Él se me queda mirando cada paso que hacía ante la corbata.
—Quiero ayudar a controlar un poco esos sentimientos que tienes. —Digo terminando de quitar su corbata.
— ¿Cómo vas a lograr hacerlo? Nada me ha funcionado hasta el momento. —Coge la corbata de mis manos dudando de mi idea.
—No sé, pero lo que si se es que usted no ha cogido consejos de esta chica. —Me siento en la silla cruzando mis piernas. —Y si usted quiere que estos consejos funcionen tendrás que hacer lo que yo te diga. —Junto mis manos como una profesional y él se acuesta. —Ahora Tom necesito que digas todo lo que te molesta, todo lo que te pone triste incluyendo tus miedos. Sé que es difícil el hecho de que no me conoces al cien, pero créeme un poco de oídos y boca cerrada te puede ayudar. —Digo y él se queda mirando al techo blanco dudoso de lo que acabo de mencionar, pensaba que no iba a decir nada, sin embargo, me equivoque.
—Me molesta demasiado que la gente no pueda ver el esfuerzo que intento para ser normal. No es que mi mente me mande que debo hacer, sino que lo hace por si solo y sin darme cuenta lastimo a la gente que más amo. Me entristece saber que gracias a eso estoy solo y perdí a muchos familiares, amigo y la chica a la cual amé. Y en particular no le tengo miedo a nada, mi miedo mayormente seria que pierda el control y no sea yo mismo. —Dijo como si fuera una metralleta mientras que las varias preguntas que tenia se iban contestando una por una.
Al el terminar de desahogarse él se sienta en la orilla de la cama mirando al suelo y luego de los minutos me mira a mí. El suspira mirando a otro lado de la habitación sabía que estaba avergonzado por las grandes palabras que había dicho. El miedo que siempre he tenido con él se había ido un poco y me levante de la silla quedando delante de él. A pesar de que él estaba sentado la diferencia de altura era demasiada y aproveche para abrazarlo por la nuca.
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Psicóloga-Tom Lucitor y Tú-(Fanfic)
FanfictionTodas las personas sufren de variaciones en su vida diaria ya sean estados de animo (Mayormente). En situaciones obtenemos por tener un objetivo que nos alegra y nos da activa positivamente. Por el contrario, si pensamos en situaciones malas del pas...