Psicóloga-Tom Lucitor y Tú-(Fanfic)

Capítulo 12

Mi cuerpo comienza a reaccionar al abrir mis ojos. El dolor de cabeza aparece de golpe haciendo que colocara mi mano sobre mi frente. Los recuerdos se me venían a mi mente acordándome de todo lo sucedido antes de que perdiera la conciencia. No me había fijado que mi cuerpo estaba acostado en la cama de aquel ser maligno. Me había perdido completamente el hecho de su reacción ante mi apellido es como si odiara alguien que yo conociese.

Me levanto de la cama sintiéndome como cada musculo de mi cuerpo comenzaba a estirarse. Mi vista se posa al ver un papel encima de la mesa de noche bien doblado y a su lado había un bolígrafo. Sin pensarlo cojo el papel desdoblándolo, viendo el pequeño mensaje que contenía.

Perdóname por cada golpe en tu rostro, no era mi intensión. El rugir de tu estomago entre medio de tu dormir me llamo la atención y necesitas de alimento. Pues ordeno con toda la paz en mi corazón que compartas esta próxima cena conmigo. Colocad el vestido que esta sobre la cama, creo que te quedara bien, al estar lista solamente tienes que tocar la puerta dos veces y podrás cenar.

Tom Lucitor

Termino de leer volteándome, viendo un vestido morado encima de la cama y al lado unos tacones no tan altos color blanco. El sonido de una puerta abrirse me llamo la atención, entre y me encontraba en el baño. Un baño bastante cómodo, me acerque a la bañera abriendo la cerradura dejando salir el agua y esta estaba tibia. Rápidamente me quito la ropa metiéndome debajo de la ducha, las gotas de agua bajaban por mi cuerpo, mis hombros dejaron de estar tensos ya que la paz volvió en sí. Cuando ya era suficiente salgo con una toalla a mí alrededor con la ropa sucia en mano.

Miro el traje morado una vez más cogiéndolo en manos. La puerta del baño se cierra haciendo caer en razón y empezar a colocarme la ropa que el chico me había dado. La ropa era cómoda y me quedaba a la perfección descartando los zapatos ya que los tacones no era lo mío. Camino hacia la única puerta que hay, suspiro y la golpeo dos veces. Esta se abre por sí sola, paso estando ahora en otro lugar, una mesa se encontraba a lo lejos lleno de comida.

—Buenas noches—Escucho detrás de mí y ahí se encontraba el en un gabán negro, su camisa blanca y una corbata morada que hacía demasiado contraste con su cuerpo.