capítulo 17

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La castaña fue en busca de la comida y el quarterback aprovecho de mirarla con detalle. Algo debía hacer para que ella no continuara vistiendo así, se distraía mucho  y tenía que luchar contra él mismo para desviar su mirada de ella.

Mamori trajo un plato cada vez y luego le pidió al rubio el termómetro -37,2  sigue elevada pero estas mucho mejor- La sonrisa de la chica resplandecía

-kekeke así me siento- Y comenzó a comer, ella también.

Llegaron –hiruma por fin se encontraba de nuevo al volante-  a Sakyodai y como el día anterior se separaron, pero esta vez a causa de Mamori

-gracias Hiruma kun, recuerda cuidarte. Nos vemos después- se giró abrió la puerta y salió.

Por ende el chico no tuvo que tener que romperse la cabeza entre decidir en acompañarla o no, pero aun así se molestó que lo abandonará tan pronto.

Ambos pasaron una mañana normal, sin embargo, eso se acabó cuando el capitán estaba por irse a su última jodida clase. Se encontraba bajando las escaleras perdido en unos pensamientos un poco pecaminosos cuando siente un firme empujón en su espalda, tal vez si no hubiese ido distraído no hubiese ocurrido lo que paso después.

Los pocos segundos de asombro por la agresión dieron paso a una precaución inmediata. Sus brazos. Sus jodidos brazos nos los iba a utilizar ni aunque cayera de cabeza. Era lo más importante en él! Los necesitaba para el partido! Así que giro el torso. Se iba a moler la espalda pero prefería eso mil veces a que por caer mal tener una lesión en su brazo derecho. Iba cayendo y sintió como algo blando tocaba su espalda… “que mierda…” fue lo único que alcanzó a pensar antes que su respiración se cortara. Una gran presión en su tórax provoco un ahogo momentáneo.

-estás bien? Hay que tener cuidado al bajar las escaleras! – se escuchó una voz muy familiar para el demonio.

Esa presión desapareció y casi pierde el equilibrio al tocar el suelo, se giró con cara de pocos amigos.

-qué mierda haces aquí jodido gordo?!-

-oh! Eres tú Hiruma!! Estas bien??- Kurita estaba totalmente impresionado que la persona que había abrazado para impedir una caída muy dolorosa fuera su amigo Hiruma Youichi.

-Oh Hiruma hace mucho que no te veía. Te extraño! – el chico lloraba efusivamente y dio un paso estirando sus gigantes brazos para volver abrazar al rubio.

-no se te ocurra jodido gordo!!- el quarterback saco sus armas y le apunto pero no disparo. Sus ojos cambiaron, ensanchándose un poco.

Se dio la vuelta y subió de una carrera las escaleras “no tengo tiempo para estupideces. Quién fue el hijo de p*** que me empujo?”

A pesar de su velocidad al llegar arriba no vio casi nadie de gente, nadie lo miraba de manera especial, por lo visto nadie se había percatado del incidente.

Sintió una brisa a su lado

-que sucedió Hiruma san?-

-un imbécil que pronto mataré me acaba de empujar. Tiene bolas parece, lástima que las perderá el hijo de p***a- Hiruma hablaba bajo y con enojo contenido.

Sena no quería estar al lado de él cuando reventara.

Que persona podría estar tan loca para actuar en contra de la torre de control?

-… no será que es el mismo que está acosando a Mamori-neechan?- murmuro asustado

El rubio lo miro directo a los ojos – Esa es una jodida posibilidad. Una alta-

La sombra detrás de mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora