capítulo 41

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Luego de una eternidad vuelvo con otro cap, siento la espera, estuve con muchísimas cosas y tuve q esperar a salir de la u para continuar.
Ojala les guste este nuevo cap!
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-estás bien?- preguntó Anezaki ignorando el insulto

-no-

Claro que no estaba bien si ella le decía semejantes cosas! Le hacía sentir un jodido revoltijo.

La miró entre los espacios de sus dedos –siempre dices cosas que te deberías callar-

“Así que al final sí le molestó mis palabras” Ella agachó su rostro

Su brazo fue atrapado por una mano y fue jalada violentamente hacia el rubio, chocó con el cuerpo masculino e inesperadamente un brazo la rodeo rudamente para mantenerla contra él.

La chica quedó deslumbrada por la acción del demonio…es que… la estaba abrazando! Muy al estilo de él…pero al fin y al cabo era un abrazo. Se abochorno rápidamente, y aun cuando sentía recorrerla los nervios no se atrevió a moverse ni siquiera un centímetro, y es que tenía miedo de que hiruma la alejará de él.

Pasaban y pasaban los segundos y al capitán más se le dificultaba continuar con aquel gesto, se sentía como un jodido robot…por lo tenso que se encontraban sus músculos. Nuevamente había reaccionado por un maldito impulso. su mente le decía que la soltara, que él no era de esas personas que dan abrazos, sin embargo, su brazo no se movió, puesto que también había otra parte de él que le decía que tenía que portarse bien con  aquella mujer, y que probablemente a ella le gustaban esa clase de cosas.

Mamori percibía la mano del rubio en su hombro y el cómo la apretaba, las mariposas de su estómago revoloteaban locamente, lentamente levanto la cabeza para poder mirarlo, estaba feliz. Después de unos momentos vio como los ojos esmeraldas se posaban en su rostro, la observaron unos segundos, para luego sentir sus que su boca se unía a la del chico, sintió el fervor de los labios del demonio en los suyos, quien no espero para entrar en esa dulce cavidad de ella.

Mamori se sentía agobiada por la intensidad en que era atacada por él. Estaba embargada de emociones, de amor. Su lengua era rozada una y otra vez, y su cuerpo era acariciado toscamente por las manos ajenas.

Hiruma sentía como iba sucumbiendo ante la emoción, sus manos perdieron el control y se perdieron profundamente en el cuerpo ajeno. Era alentado por esos hermosos suspiros que emitía la chica.

¿Por qué mierda siempre perdía la jodida cordura por ella?

Su racionalidad estaba en el puto suelo y voló lejos cuando la castaña se aferró a él y tembló por sentir la lengua de él delinear su boca.

Todos sus sentidos estaban centrados en ella, la sentía con sus manos, la miraba con los ojos entreabiertos para deleitarse con su rostro enrojecido, escuchaba tentadores sonidos, saboreaba su cuello y se perdía en el olor de su piel.

Se estaba volviendo loco, no podía contenerse, quería hacerle experimental ese placer prohibido, deseaba volver a verla ahogada de goce por sus caricias. Deseaba que se entregara completamente a él. Quería ser su dueño.

Intento respirar pausadamente y hacer que sus jodidas neuronas volvieran a funcionar, pero no lo logró. Su sangre se estaba calentando con alarmada rapidez. Y sin poder impedirlo, la empujo contra la pared más cercana, se apegó a ella y la devoró salvajemente. Casi imperceptiblemente percibió como los brazos de ella se envolvieron a su cuello, y lentamente, la boca de ella se alejó de la de él, para susurrar “gracias por dejarme estar tan cerca de ti”

La sombra detrás de mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora