Capítulo 7 || Hermano

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Mi pecho martillea descontrolado. Mi piel se calienta y en su proceso eriza cada vello. Mis manos permanecen en puños a cada lado de mi cuerpo, apretando con fuerza mis dedos producto del pánico que me genera esta muestra íntima de afecto.

—Mamá —dice una voz baja, suave y contenida a mi costado—, lo estás asustando. 

Giro para ver a la mayor de mis hermanas. Ariadna me mira fijamente dejando ver un mar de emociones completamente abrumadoras.

—Lo siento. —Amanda se aleja lentamente intentando recomponerse, pero fracasa en el intento. —Estoy feliz y me cuesta contenerlo. —Hago un gesto de labios por sus palabras. 

Estoy de todo menos feliz de estar frente a ella. 

—Ella es así —comenta Ariadna con una leve sonrisa en los labios que acentúa su belleza. 

No puede negarlo. Las fotos no le hacen juicio, es realmente hermosa y no lo deja a dudar la mirada embobada que le da Ted. Piel blanca haciendo un juego impresionante con su larga cabellera negro brillante. Sus ojos brillan con fuerza mostrando con mayor firmeza ese verde llamativo que sobresale y acentúa su belleza. Su sonrisa posee una mezcla de timidez y ternura que contradice su mirada intensa con un destello de picardía.

—No lo dudo —digo sin emoción. 

Mi mirada no abandona la suya. Sostiene esa sonrisa, pero no puede controlar las reacciones de su cuerpo. Está igual de ansiosa que su madre. 

—Tomemos asiento —dice para romper un poco la tensión que mantiene a todos sumido en sus pensamientos. 

Ted se sienta a la par mía sin despegar la mirada de Ariadna. Eso llama considerablemente mi atención y me hace cuestionar su amor por Jackie. 

¿Será que realmente no la quiere como todos creemos?

—Tus hermanos querían estar presente al igual que tu padre, pero tienen un asunto de la empresa que resolver. —Admiro sus rasgos con detenimiento.

Cabello castaño a la altura del hombro con algunos mechones amarillos. Ojos verdes idénticos a los de Ariadna, con la diferencia de que en ella no hay esa picardía o intensidad. Su mirada es serena, sin ese rastro de timidez, pero hay calidez y en eso me recuerda a mamá. 

Primera similitud. 

Luce de aproximadamente cuarenta años a lo mucho, o no sé si ese mito de conservación va en ella y tiene mucho más, ya que su hijo mayor tiene poco menos de su edad. Otro aspecto en el que se parece a mamá. 

Segunda similitud. 

Mi cuerpo se tensa. 

Su personalidad en los últimos cinco minutos ha demostrado ser una persona impulsiva. Según Ariadna suele dar demostraciones de sus sentimientos sin importar el momento. 

Suspiro profundamente comprendiendo que es igual a mamá en ese aspecto. 

Tercera similitud.

Mi pecho martillea frenéticamente. Ese último aspecto es el que más problemas me traería, las muestras de afecto son mi debilidad. Recibir el cariño de mis hermanos y mis padres siempre logra doblegarme. Sentirme importante para alguien que me transmita esas atenciones u emociones me permite entregarle lo mismo de mí y no lo quiero. No quiero su tacto, necesito poder evitar que mis emociones se confundan. 

Asiento. 

—Es tonto preguntar cómo obtuvieron mi número, ¿cierto? —Ambas se miran entre sí.

Damon Grey #3 (Saga Sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora