Damon Grey #3 (Saga Sombras, Grey)

Capítulo 22 || Nervios nivel mil

—No hay que ser tan drásticos. —Arqueo una ceja que lo hace retroceder en sus palabras. —Lamento mi actitud, hijo. Estaba conmocionado. Pensé que eras un hermano más para ellos y descubrir que se aman fue... un shock. Aunque suene cruel, la sociedad se rige por la moral y valores. Que estés con quien a vista de todos debe ser tu hermana es... extraño.

—Me vale mierda tu sociedad, los prejuicios de tu circulo y el qué dirán de la prensa. Phoebe es mi mujer y eso si mi padre Christian Grey, el hombre más temido y sobreprotector de todo Seattle no lo ha impedido, nadie lo hará. —Suelta el aire pesadamente.

Sé que estoy a la defensiva y no lo puedo impedir. El desplante que le hicieron a mi princesa merece mi actitud y más.

—Lo que menos quiero es discutir, hijo. Vine a hacerte una invitación, que obviamente está abierta a tu novia. Tu madre te comentó sobre mi cumpleaños días atrás. Teníamos pendiente una celebración, pero tu accidente retrasó absolutamente todo. —Curva la comisura de sus labios. —Ahora insiste en llevarla a cabo y queremos contar con tu presencia. —Inspiro profundamente.

—Le dije que asistiría. Bueno, mejor dicho, mi hermano me instó a ir. —Asiente.

—Sí, tu hermana lo comentó, pero busco corroborar tu asistencia. Toda la familia quiere poder conocerte. Tus tíos, abuelos, primos.

—Le dejé claro que rehúyo de las muestras de afecto. No estoy preparado para eso. —Vuelve a asentir haciendo un gesto de labios.

Puedo imaginar lo que les duele que haga esa afirmación. Esperan tener un contacto más cercano, pero deben entender que todo es muy reciente.

—Lo sé, espero que poco a poco esa reticencia vaya cediendo a medida que nos conozcas. ¿Puedo contar contigo? —No tiene sentido negarme, el problema está en que mi pequeña quiera asistir. Me ha dejado claro su sentir en torno a mi familia y no podría asistir sin ella.

—Sí. —Solamente espero que Phoebe acepte esto por mí. No pretendo llegar a ese lugar sin apoyo. No podría ni siquiera salir del auto.

—Gracias hijo. —Asiento. 

Lo guío de vuelta a la casa escuchando su opinión sobre lo demostrativos que son todos. Al entrar veo a papá sosteniendo el menudo cuerpo de mi princesa mientras ella solloza sobre su costoso traje.

—¿Qué pasa? —pregunto preocupado. Papá fija sus ojos en Sam de una manera aterradora. —¿Qué pasa, princesa? —Me acerco a ella y la envuelvo entre mis brazos.

En cámara rápida capto el reflejo de Ted entrando a la casa, mientras papá se acerca a Sam a paso apresurado. Me sorprendo al ver como lo toma por su traje y lo pega a la pared que alberga el cuadro familiar. 

Aún recuerdo el día que se realizó la sesión de fotos, fue épico y divertido. Lo mejor de todo es ver a mamá en el centro con su abultado vientre mientras papá lo acaricia. Los abuelos abrazados. Damián abrazando a su madre, y Mel inclinando la cabeza en el hombro del tío Max. Ted y Christopher con esa mirada idéntica a la de papá. Phoebe sosteniendo mi mano, mientras el tío Elliot permitió que Mónica saliera en una foto que se guarda para la posteridad. Y lo más divertido es ver a Ava intentando besar la mejilla de Ted.

Me queda claro que la rubia ama a sus primos, pero tiene un apego hacia Ted. Desde que la conocí me fascinó su personalidad vivaz, y he tenido que acostumbrarme a su lenguaje por segundos soez y comentarios lascivos, que para mi sorpresa no enojan a Phoebe.

—¡Tú! ¡Maldito infeliz! —Suelto a mi princesa para tomar la mano de papá antes que golpee a Sam.

No es premeditado, ni lo hago por él. Sino por mi padre y la petición de llevar la fiesta en paz con la familia Hunt. Estoy ligado a ellos, son mi familia biológica y es algo que no puedo cambiar.