—¿Qué te dijo? —pregunta avergonzada.
Sonrío a medias acercándome lentamente.
—Nada preocupante, que te quedarás aquí hasta mañana. Es muy tarde para que estés por la calle. —Bufa dejando ver ese carácter tozudo igual al de mamá, y aunque papá lo niegue, él es igual. —Además —susurro a escasos centímetros de ella. Llevo mi mano a su barbilla para subir su rostro el cual ha bajado intimidada por mi cercanía. Observo su hermoso rostro sonrojado, sus ojos oscuros como una tormenta y sus labios entreabiertos que me invitan a tomarlos nuevamente—, me advirtió que mantuviera mi polla dentro de mis pantalones. —Suelta el aire que retenía y su aliento golpea en mi rostro haciendo vibrar mi miembro. Mi mano acaricia su cuello suavemente en un recorrido lento hasta su nuca. Gime bajo cuando ejerzo presión en ese lugar acercandola a mis labios. —Los pantalones no están, princesa. —Corto por completo la distancia, coloco la mano en su cintura y la arrastro hacia mi para que sienta lo que su presencia provoca. —Dame una razón para que acate la orden de papá, Princesa. Necesito un no que me haga detenerme, porque en estos momentos estoy deseando con locura eliminar la escasa tela que me impide estar dentro de ti, acariciando tus paredes, degustando qué tan caliente y estrecha eres. Hacerte mía por completo, apoderarme de tu cuerpo, escucharte gemir, gritar y exhalar mi nombre una vez te corras. —Gime fuerte cuando mi mano desciende a su culo y aprieto sus nalgas.
Tengo un fetiche por su culo. Me vuelve completamente loco con sólo verlo y peor es sentirlo.
Levanto su vestido para poder sentir su piel en esa zona.
—Hazlo —ruega incitandome con sus caderas.
Tomo sus labios en un beso para nada suave. Su sabor me embriaga, su aroma me lleva a esa parte irracional que me obliga a tomar todo. Más allá de mis sentimientos, quien la desea es el hombre que habita en mí.
Muerde mi labio inferior con fuerza arrancandome un ronco gemido que absorbe con ansiedad. Su mano jala mi cabello, mientras la otra me retiene por completo a ella.
Me desea y es completamente correspondida.
Levanta una de sus piernas y la enrosca en mi cintura. La tomo con fuerza y sin pensarlo la llevo a mi habitación en donde paso directo al baño. La siento sobre el lavabo sin dejar de besar sus labios.
—Me deseas, nena, y créeme que también lo hago. —Sus manos acarician mi pecho y brazos. Estoy seguro que deseó poder hacerlo hace mucho, más al haberme visto entrenar con Christopher. Nunca olvidaré su rostro, estaba hipnotizada admirando mis músculos. —Papá me prohibió follarte hoy —Saco su vestido por completo. Contengo un gemido al verla solamente con su diminuta braga y sus zapatos de tacón excesivamente altos. —¡Dios! ¡Eres perfecta! —El oscuro de sus ojos me confirma que está preparada para más. —Quiero ser un buen hijo y seguir órdenes —susurro con convicción. Sonríe a mis palabras, pero su risa cesa al sentir mi lengua rodear su erguido pezón. Gime llevando su mano a mi cabello e impulsandome a seguir en mi tarea de saborear su piel—, pero jamás me prohibió hacer que te corras, preciosa. —Tomo con ambas manos sus pechos y los amazo mientras la beso con frenesí.
—Damón. —¡Maldición! Sus gemidos me vuelven loco.
—Si, nena. Quiero que disfrutes. —Llevo mis manos a su braga y las rompo ganando por su parte un jadeo de sorpresa.
Inhalo y exhalo con dificultad. El calor que cubre mi cuerpo es sofocado por sus caricias. Mi corazón late desbocado, y peor es al tener conciencia que es la mujer que amo a quien disfruto.
ESTÁS LEYENDO
Damon Grey #3 (Saga Sombras, Grey)
FanficPrimer libro de los hermanos Grey en La sombra de mi ángel. Historia Registrada. Está prohibida su adaptación o reproducción.