La tarde fría en el exterior es como un pasaje literario, algo meramente imaginario, ya que, el crepitar de la chimenea mantiene la casa con un calor refrescante, tan relajante, hipnotizante a la simple visión de las llamas alzarse en una silueta sin definición.
Interrumpo mi visión para ver como nuestros invitados van entrando guiados por mis padres quienes hoy se ven realmente unidos. Es como si sus diferencias hubieran quedado resueltas en algún momento que no pude ver. Bien puede ser una máscara, una vil apariencia frente a todos, pero lo dudo. Siempre se me ha dado bien leer a mamá y ahora no hay más que la más plena felicidad y me complace que este momento lo haya provocado aquel par de personitas que cada día van llenando mi corazón de nuevas esperanzas y sueños.
La primera en acercarse es la pequeña de los Hunt. Debo aceptar que el gen de la belleza hoy ha incrementado. Se ve realmente más hermosa con un vestido rosa pálido y su larga cabellera suelta. Ella y Ariadna son tan diferentes en eso. Liss ama llevar el cabello suelto, en cambio Ariadna lo mantiene recogido en un moño alto y la comprendo. Le resultaría incómodo con su andar de un lado a otro.
—Felicidades, hermano. —Sus pequeñas manos se enredan en mi cuerpo, después de un sonoro beso en mi mejilla que deja un cosquilleo agradable.
Es sorprendente como siendo mellizos somos tan diferentes en tamaños. Correspondo su abrazo disfrutando de su calor, su presencia, pero, sobre todo, de ese corto hermano que poco a poco empieza a cobrar sentido en mi vida.
—Gracias, pequeña. —Beso su frente dos veces absorbiendo el aroma floral de su champú.
Por alguna razón hay tanto de ella que me recuerda a mamá. Su timidez, dulzura, esa ternura que irradian y expresan sus ojos. Su pasión por los libros, sencillez, sensibilidad y amor infinito a los suyos. La vulnerabilidad que expresa para ocultar lo fuerte y valiente que puede ser. Y por mucho, su increíble inteligencia. La capacidad que tiene para razonar es impresionante.
—Tendré presente no embarazarme cuando me case —susurra divertida cuando nos separamos—. Primero papá, luego la tía Samantha y ahora tú. No esperaré a ver por mí.
Me carcajeo por su fingido rostro de terror.
—Veremos si dices eso cuando encuentres a quien te robe el corazón. —Golpeo suavemente su mentón. —Espero sea dentro de vente años más. —Me mira aterrada.
—No seas tan pesado. Mira que tú no eres el mejor ejemplo, hermanito. —Ariadna se acerca con su habitual caminar elegante, firme, seguro, y un vestido color ocre ajustado a su cuerpo. —Diecinueve años y ya eres doblemente papá.
Definitivamente su carrera a influenciado en ella más de lo que puede ver. La proyección que emplea al caminar, la elegancia que siempre la caracteriza, su belleza que parece muchas veces irreal, pero hay algo que en este momento me complace ver, y es el amor con que me mira.
Sonrío sobrecargado de esas dos muestras de afecto de esas dos mujeres que llegaron siendo desconocidas y ahora se han convertido en mi todo.
Bufo divertido por sus palabras.
—No se quejen —dice la abuela acercándose—. Ya las veré peleándose a los bebés.
Sonrío divertido al ver como pone los ojos en blanco. Un gesto impropio en ella. Me acerco guiado por aquel par de ojos azules como el profundo mar, absolutamente idénticos a los míos. No hay más que ternura, amor y felicidad en ellos.
—Gracias por estar aquí, abuela. —Beso su mejilla.
Sonríe, dejando ver la inconfundible sonrisa que ha heredado Ariadna.
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Damon Grey #3 (Saga Sombras, Grey)
FanficPrimer libro de los hermanos Grey en La sombra de mi ángel. Historia Registrada. Está prohibida su adaptación o reproducción.