—¿Qué le pasa a Jackie? —pregunta mi pequeña una vez entramos a mi habitación.
No he podido sacarme de la cabeza lo que sucedió y peor, lo que vislumbre en los ojos de aquella chica que dice amar a mi hermano.
¿Eran celos?
¿Odio?
Parecía enojada por la afirmación de Phoebe que para mí dilema llegó en un momento en que se prestaba para el tema a tratar. No soy idiota, sé que hay algo que guarda Jackie y todos desconocemos.
He venido pensando en su actuar. Para ella no era un secreto que mi hermano le atraía. Todos se lo hicimos saber a ambos y aunque en Ted es entendible su renuencia a entablar una relación por su condición, ¿qué la detenía a ella?
Pudo cruzar sin temor esa barrera, Ted la veneraba con la mirada, entonces ¿por qué no entregarse a lo que todos y ella misma afirmó quería?
Esa es la duda que me carcome. Que todo se deba a una mala jugada guiada por sus celos para centrar mi atención en ella de otra manera, esa que jamás podría ser porque la única mujer que podría despertar mis celos irracionales, la tengo frente a mí retirando sus zapatos de tacón para descansar su cuerpo en mi cama, nuestra cama.
—No lo sé y tampoco me gusta lo que veo. Sabía por comentarios de algunos amigos y ex novios que la chica era celosa, pero no pensé que a ese punto.
—Disculpa lo que voy a decir, pero siento que está tomando decisiones en una casa donde no tiene autoridad alguna. —Sabía que lo diría y es lo que yo también sentí. —Esta casa es de la abuela, después de ellos quienes dictan órdenes son el abuelo, papá y mis tíos. Ni siquiera el tío Max puede decidir que se hace aquí.
Retiro mi camisa, zapatos y medias para unirme a ella antes de tomar una ducha. La atraigo a mis brazos disfrutando de su pequeño cuerpo junto al mío. Su aroma dulce, floral, me impacta y lo aspiro. Es tan refrescante, estimulante y adictivo.
—Está celosa y hasta cierto punto la comprendo. Sé que mi hermana representa un peligro en su relación. Lo que no deja de molestarme es que le reclamara a ella cuando quien tiene que detener todo es Ted. —Su cabeza descansa sobre mi brazo, sus ojos me miran fijamente. Son tan hermosos al punto de hipnotizarme.
—Me encantó como la defendiste. —El susurro de sus palabras desata esa sensación agradable en mi cuerpo, poniendo mi corazón a latir más rápido de lo habitual.
—Es mi hermana. —Le resto importancia.
Se acerca hasta quedar su rostro a escasos centímetro de mí.
—No es solo tu hermana. Las amas. He visto como las miras y sonríes a sus locuras. —Siento su mano acariciar mi mentón y mejilla. —Estás aceptando a tu familia biológica, Damon. Es perfecto que puedas liberarte de ese temor que representan en tu vida. —Cierro los ojos cuando su nariz roza la mía suavemente.
—¿Nunca te has preguntado por qué te amo? —Abro los ojos en el momento justo en que el gris toma una tonalidad más suave, empolvado con un brillo poco usual. —No es solamente tu belleza lo que me idiotiza, Phoebe. —Sus mejillas se tornan de ese tono carmesí que la hace lucir adorable, tierna, una perfecta mezcla de niña y mujer que volvería loco hasta al más santo.
—¿Qué? —pregunta aumentando su rubor.
—Lo que tienes dentro, princesa. Eres capaz de percibir lo mejor de cada persona y lo valoras. Confías a pesar de las peores situaciones. Posees una variedad infinita de cualidades, cada una hace que te ame mucho más. —Levanto la cabeza rozando suavemente sus labios. —Parte de aceptarlos es por ti.
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Damon Grey #3 (Saga Sombras, Grey)
FanfictionPrimer libro de los hermanos Grey en La sombra de mi ángel. Historia Registrada. Está prohibida su adaptación o reproducción.