Capítulo 38 || Situaciones

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Capítulo  especial:

Dedicado a @VeroMoncada por su cumpleaños.

Que lo disfrutes, corazón.

Besos. 


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—¿Por qué pareces enojado? —pregunta mi princesa, tomando mi mano por debajo de la mesa.

Ariadna y Liss hablan sobre algo referente a una sesión de fotos de mi hermana.

Inspiro profundamente.

—Pasó algo hoy que me dejó así. Me he sentido extraño todo el día hasta que te tuve entre mis brazos. —Frunce el entrecejo.

—¿Qué es eso? —La miro pensando en decirle la verdad o inventarme una mentira creíble.

Acaricio su mano rítmicamente.

—Dianna Mitchell. —El cambio brusco de su cuerpo es tan visible que me sorprendo.

Retira su mano de un tirón. El tono gris claro de sus ojos se vuelve totalmente oscuro.

Ay, mierda.

—¿Qué hizo? —pregunta con los dientes apretados.

—Bajé a recursos humanos personalmente por el expediente de Alice, la recomendada de mi hermano. En el camino choqué con ella, estuvimos muy... cerca. —Me toma por sorpresa ver cómo su rostro se torna rojo.

No está enojada, no, está furiosa.

—¡Te lo dije! —gruñe llamando la atención de mis hermanas y las personas de la mesa a nuestro costado izquierdo.

—Contrólate, por favor.

—¿Qué pasa? —pregunta Liss preocupada.

—¿Fue casual? —pregunta mi princesa sin despegar sus ojos de los míos—. Responde, Damon, ¿fue casual? —Niego con la cabeza.

Bufa.

—No lo sé. Igual me enojó y le dejé claro que se atiene a lo profesional o se irá. —Suelta el tenedor que apretaba con fuerzas.

—Sabía que esa mujer buscaba más de ti —habla entre dientes para ella misma mirando el cubierto como si quisiera atravesarlo—. La quiero afuera, Damon. —Vuelve la mirada a mí tan rápido que tensa mi cuerpo. —No me hagas hacerlo yo. No voy a permitir que venga una recién aparecida y seduzca a mi... novio. —Sonrío sin poderlo controlar.

Contengo el hacerle un comentario sobre eso último por mis hermanas, ellas no saben de nuestra compleja relación.

—Soy tuyo, ¿sí? —Acaricio su mejilla suavemente. —No tienes por qué preocuparte. —Hace un gesto de labios que me causa mucha más risa.

—No te burles, Damon —me advierte.

Levanto las manos en derrota.

—¿Me pueden explicar que sucede? —pregunta Ariadna confundida—. En un segundo están peleando y al siguiente riendo.

—Tu hermano tiene contratada a una maldita mustia que le quiere abrir las piernas. —Mis hermanas abren los ojos como platos.

Resoplo.

Damon Grey #3 (Saga Sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora