Capítulo 2 || Visita inesperada

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Las siguientes horas fueron las peores desde que tengo uso de razón.

El jodido doctor no hizo más que crear una capa de tensión que desapareció al ver a papá sonreír por el nacimiento de mi hermana

Angelique.

Otra hermana a la cual cuidar, palabras explícitas de Ted.

Todavía sigue creyendo que miro a Phoebe como una hermana, algo completamente imposible. ¿Cómo puedo hacer que crezca ese sentimiento de hermandad cuando desde la primera vez que la vi me impactó, despertó sensaciones inigualables? ¿Cómo puedo verla con otros ojos, si el recuerdo de sus labios sobre los míos despierta ese deseo irracional por poseerla?

Verla entrar me hizo preso de su presencia. Su indiferencia me cuesta soportarla, pero es lo que me he ganado y lo acepto porque realmente no la quiero dañar con mi inestabilidad.

Todo es tan confuso desde que conozco el rostro de aquel hombre que me dio la vida. La llegada de un nuevo miembro me llena de alegría, más no completamente y me cuestiono. Verlos adorar a Angelique me hace pensar en que no pertenezco a este círculo, son ellos cuatro los miembros de un matrimonio que me ha adoptado, son ellos los que deben estar aquí, no yo.

—¿Damon? —parpadeo repetidas veces para ver a Ted junto a mí.

La impresionante vista de la ciudad que muestra el hospital, no se compara al apartamento que me regaló papá. Aquel lugar que me recibe cuando me siento presionado por el momento, preso de la presencia de mis temores, y de ella.

—¿Qué pasa? —pregunto mirándolo de soslayo.

—Eso quisiera saber. Te siento más distante. —Niego con la cabeza.

—Suposiciones. Solamente no salgo de la impresión de haber visto a mamá tan mal. —Centro la mirada en un edificio lejano.

—¿Damon? —Lo miro nuevamente. Me observa fijamente de esa manera en que logra ponerme inquieto. —¿Cuándo hablarás con mi hermana? —No hay rastro de sus típicas miradas pícaras o sonrisas sarcásticas, mucho menos de su famoso deje de ironía que aplica con todos.

—¿Para qué? —Endurece sus facciones.

—No te hagas el tonto. Me ha costado mucho aceptar que te odiaba y de la noche a la mañana resultaste ser mi hermano. Te llevo conociendo suficientes meses como para saber que detrás de aquella actitud libertina que tuviste, se esconde un buen hombre al cual he llegado a conocer y te considero un amigo. Una cosa es nuestra relación de hermanos y amigo, pero otra muy distinta es mi hermana. Ella es intocable para los Grey y tú simplemente te empeñas en hacerla sufrir con tu máscara de indiferencia y límites de distancia. —Vuelvo la mirada al cristal sin un punto fijo.

—Fui claro cuando te aclare que no hay nada entre los dos. —Lo escucho bufar.

—No se trata de lo que hay, se trata de lo que existe y se niegan a vivir. —Inhalo profundamente.

—Te lo dije cuando me fui y te lo vuelvo a repetir. No soy hombre para tu hermana. —Fijo mis ojos en él sin expresión alguna. —Si la amas, entenderías que alguien tan inestable como yo, solo haría sufrir a alguien tan frágil como ella. —Exhala ruidosamente.

—Nunca lo sabrás si no te arriesgas. —Entrecierro mis ojos con malicia.

—Lo dice quien rehúye del amor de Jacky. Por favor, Ted, eres el menos indicado para ese mote. —Se gira llevando su mirada al ventanal. Sabe que he lastimado esa brecha hacia algo que él siente no puede vivir. —Aunque lo niegues me comprendes. Intentas solucionar la vida de todos sin pensar en la tuya. Buscas olvidar de la peor manera, por lo tanto, no me juzgues y señales con los mismos dedos que destruyes tu propia vida. —Me mira de soslayo. —Despídeme de mamá —espeto enojado.

Damon Grey #3 (Saga Sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora