—¿Qué haces aquí? —tartamudea—. Pensé que estarías en la empresa.
Mira fugazmente a Johan que no despega la mirada del vendaje en su mano.
—Estaba, hasta que descubro que mi mujer —recalco con firmeza la última palabra—, está en el hospital y no me informa. —Baja la mirada avergonzada. Permanece en silencio, nerviosa, o mejor diría, asustada. Corto el poco espacio que nos separa al verla un manojo de nervios, tomo su mano pasando lentamente mi pulgar por el vendaje en su muñeca. —¿Qué pasa, princesa? ¿Qué tienes? —Niega con la cabeza.
—No es nada. Algunos exámenes de sangre que necesito para enviar a la universidad. —Una desagradable sensación se instala en mi pecho, dejando de lado el temor a un posible mal de salud.
Había olvidado por completo que será poco el tiempo en que estemos juntos. Al terminar este semestre, pasará con nosotros las vacaciones correspondientes para luego ingresar en la misma universidad que se encuentra Ava.
Todavía no estoy preparado para esto, para separarme de ella y, podría asegurar, que jamás lo estaré. Estos serán los cuatro años más largos que tendrá mi vida y los peores desde que estamos juntos.
—Había olvidado que te irás dentro de cinco meses. —Mi tono áspero no le pasa desapercibido.
—El tiempo pasará muy rápido y estaremos en comunicación. —Acaricia mi mejilla buscando calmar mi estado desganado y, de alguna manera, enojado, pero conmigo mismo por sentirme egoísta deseando que no se vaya.
—¿Qué dijo Shang? —Desvío el tema. No quiero centrarme en su partida cuando falta mucho tiempo. —Quiero conocer esos resultados, pequeña. Has estado últimamente extraña. —Levanto mi mano para acariciar su mejilla cuando sus ojos me miran tímidos.
—Realmente nada. Me envió unas vitaminas. —Me muestra la receta. Doblo el papel sin mirar su contenido. —¿Qué haces?
—Guardarla. Iré personalmente por tus medicamentos. —Tomo su mano para salir.
No sé qué me parece más extraño, si el nerviosismo de Phoebe, o la mirada penetrante de Johan hacia mi princesa. Con un significado que ellos solos conocen y de alguna manera despierta mis celos.
En todo el camino permanece metida en su teléfono en un chat grupal con mis hermanas, el mismo grupo dónde está Mel y mis primas. Me parece que se ha formado un lazo de amistad entre las Grey y Hunt. Que ambas familias se relacionen, poco, pero hacerlo, me da un poco de tranquilidad.
El auto se estaciona en la entrada del edificio de Sam.
—¿Qué hacemos aquí? —pregunta mi princesa confundida.
—Me dijiste que invitar a Shang personalmente me haría sentir mejor en mi disyuntiva. —Sus hermosos ojos me miran enojados.
—¿Hoy? —Frunzo el ceño por su tono áspero—. Faltan dos días, Damon. Esa invitación tenía que haber sido entregada hace días.
Inhalo profundamente.
—Le entregué la invitación a mis abuelos y tíos personalmente. —Se sorprende. —Con ellos no dude, creo que se debe al lazo, son mis tíos, con ellos no hay ese temor a perder lo que quiero que es mi familia, ustedes. —Parece comprenderme. —Con Alán he estado en constante comunicación. Mateo me llama para que me acostumbre a él y Samantha es... alegre. Sigue deseando abrazarme. —Sonríe por eso. —A quien no he podido ubicar es a Juan, Samuel me aseguró que hablaría con él. —Tomo el sobre que permanece en la guantera de mi auto. —Solo me falta él. —Sus hermosos ojos me miran con orgullo.
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Damon Grey #3 (Saga Sombras, Grey)
ФанфикPrimer libro de los hermanos Grey en La sombra de mi ángel. Historia Registrada. Está prohibida su adaptación o reproducción.