—¡Damon! —Giro con el corazón acelerado hacia el sonido alterado de su voz. —¡Damon! —Cierro mis ojos buscando en medio de la oscuridad la dirección del sonido. —¡Damon, ayudame!
Mi mente no me lo permite.
El repicar desaforado de mi corazón me impide escuchar más allá del pánico que recorre mi cuerpo. Mis pulmones ruegan por el control de mi respiración desaforada pero es imposible. El pánico me domina. Su grito de angustia y dolor no hace más que alterarme hasta el punto de sentir que mi pecho duele.
—¡Damon! —Abro los ojos de golpe al escuchar ahora la voz un poco preocupada de mamá.
Mi cuerpo experimenta un vértigo ante el cambio de escenario que me obliga a incorporarme apresuradamente.
Miro a mi alrededor deseando con el alma que aquel sueño no sea real. Que ella esté bien.
—¿Qué haces aquí? —Frunce levemente el ceño.
—Tus gemidos se escuchaban por el pasillo. —Me mira fijamente. —¿Qué pasa, Cariño? —Inhalo y exhalo con rapidez.
El cosquilleo de temor aún recorre mi cuerpo. Limpio una pequeña gota de sudor que corre por mi frente. Bajo la mirada a mis manos para ver que están húmedas y rojas, seguramente por la presión que les impuse por el sueño, o mejor dicho, pesadilla.
—Lo siento, Mamá. Fue un mal sueño. —Inclina levemente la cabeza suavizando su rostro.
—¿Hay algo que te tenga inquieto? —suspiro profundamente.
Quiero negarle todo, pero es imposible. Ésta hermosa mujer tiene la capacidad de arrancarme la verdad, aunque desee con el alma negárselo.
—Es el escenario del secuestro. Creí haberlo superado. —Hace un gesto de ternura con sus labios.
—Ella está bien. Está aquí. —Asiento sintiendo como mi cuerpo se serena.
—Lo sé —musito recordando cada parte de ella.
—La amas —dice con seguridad, y una sonrisa tierna en sus perfectos labios.
Me pongo de pie evadiendo aquella afirmación. No quiero centrar mi vida en ello. No quiero depender del amor ya que constituye cederle el control de mi cuerpo como ahora y eso ya empieza a irritarme.
—No te hagas ilusiones mamá. —Rodeo la cama y dejo un beso en su frente. —Tomaré una ducha, te amo. —Entro al baño dejándola claramente pensativa ante mi actitud.
No le miento. En estos meses he descubierto que el amor constituye una debilidad. Amar te vuelve propenso a sufrir por cada paso que de esa persona y no lo puedo permitir. En estos momentos mi vida está rodeada de altos y bajos que requieren por completo mi atención. No puedo ni quiero sentir permitir que mis emociones me dominen.
Dejo que el agua recorra mi cuerpo llevándose a su paso los residuos de esa maldita pesadilla. hace meses que se dió su secuestro y las emociones que en su momento experimenté siguen firmes en mi cuerpo. El temor a perderla está ahí. Aunque esté lejos la siento tan cerca y es ello lo que me ha mantenido lejos. Incorporando muros para que mi pasado no la toque. No quiero entregarme a un sentimientos sabiendo que mi vida es un completa mierda. En este punto no sé quien soy. Solamente sé que hay un hombre afuera que me reclama sin saber si realmente es mi padre.
Las palabras de Papá resuenan en mi mente a cada segundo. El miedo a perderlos me ha vuelto distante. Duele saber que les he entregado mi corazón a cada uno, y a los siguientes cinco minutos podría perderlos. Ellos son mi familia. Es a ellos quien mi corazón escogió. Sólo ellos me han dado ese calor de hogar que ni aún Arthur pudo lograr formar.
ESTÁS LEYENDO
Damon Grey #3 (Saga Sombras, Grey)
FanficPrimer libro de los hermanos Grey en La sombra de mi ángel. Historia Registrada. Está prohibida su adaptación o reproducción.