1* Esto será interesante.

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-Ya no estés nerviosa mujer.

Dice Mario mientras vamos en el avión y yo veo por la ventana.

-¿Cómo puedes estar tan tranquilo después de que nos vamos a vivir solos a un país totalmente desconocido para nosotros?

-Que no vamos a vivir solos, vamos a vivir con mi amigo Juanpa.

-Si es tu amigo, me imagino que es igual que tú, todo desordenado.

-Tú amas limpiar hermanita, lo vas a disfrutar.

Bufo al momento que niego con la cabeza.
Debí pensarlo más tiempo, antes de aceptar irme a vivir con mi hermano y su amigo.

Llegamos al aeropuerto de Los Angeles California, tomamos un taxi y nos dirigimos al edificio donde viviremos.

Subimos por el ascensor hasta el departamento, me da nervios lo que pueda encontrar en el departamento de un hombre que vive solo.

Mario llama a la puerta. Esperamos algunos segundos, y esta se abre.
Mis presentimientos eran reales, lo primero que veo, es una caja de pizza en el piso de madera y manchas, un montón de objetos en todas partes.
Mi hermano no deja de saludarse con su mejor amigo, yo no puedo dejar de mirar el departamento hecho un desastre.

-Valentina -grita Mario a mi lado, volteo a verlo -te estoy hablando.

-Perdón -digo sacudiendo la cabeza -¿qué decías?.

-Que te presento a mi amigo, Juanpa.

Señala al chico parado frente a él. Yo volteo y me pierdo en su mirada, tiene unos ojos realmente hermosos, verdes, el cabello castaño y la piel canela.

-Ella es mi hemanita Valentina -dice Mario -mejor conocida como la niña que no se mira, no se toca, no se habla, ni se acerca a más de dos metros de distancia.

Juanpa sonríe y levanta la mano, yo se la estrecho y le devuelvo la sonrisa.

-No te preocupes Mario -dice él bajando la mano -si es tu hermana, también es como mi hermanita.

Bien, final del mágico momento.

-Confío en ti Juan Pablo.

-Te lo prometo hermano, no la tocaré...

Después de entrar al departamento, y que Juanpa nos mostrara nuestras habitaciones y se fuera a jugar fifa con mi hermano en la sala (que también está hecha una mierda) yo me pongo un short y una blusa holgada para estar más cómoda.

Comencé a desempacar metiendo mi ropa dentro del armario de madera que está en mi habitación.

Al terminar, salí de mi habitación para ir a limpiar en la parte de arriba, o sea, el departamento en general.
Mientras subía las escaleras, escuché muchas más risas de las que se supone que debería escuchar. Un montón de hombres gritaban en la sala. Subí y asome un poco mi cabeza.

Casi 20 hombres estaban jugando y tirando frituras y derramando líquidos por todas partes. Casi me da un infarto al ver esto.

Me recargué en la pared y cerré los ojos con frustración. Tanto desorden me daba demasiado asco.

Justo cuando iba a salir y callar a todos, choqué contra un cuerpo alto y definido. Sentí que caía por las escaleras, pero unos brazos rodearon mi cintura y lo impidieron.
Yo suspiré con los ojos cerrados de alivio.

Abrí los ojos, y me encontré con unos ojos cafés mirándome detenidamente, unos labios gruesos y rosas, un cabello negro desordenado.

-Eeehhh, Juanpa -gritó el chico sin soltarme -¿qué hace una chica en el departamento?.

Escuché pasos, traté de soltarme de él, pero me tenía sujetada con fuerza.

-¿Qué crees que haces idiota?

Gritó mi hermano, empujó al chico lanzandolo lejos de mi.

-Oye ¿qué te pasa?

Dijo el chico recobrando la postura.

-No te vuelvas a acercar a ella.

-Fue un accidente, chocamos y ella casi cae por las escaleras.

-No vuelvas a tocarla nunca, ni siquiera la mires, nadie de aquí tiene derecho a verla.

Mi hermano se va de nuevo a la sala.
Todos, incluso Juanpa, me miran confundidos. Agradezco que Juanpa rompa el incómodo silencio.

-Ella es Valentina, mejor conocida como la niña que no se mira, no se toca, no se habla, y no se acerca a más de dos metros de distancia... también la pueden identificar como la hermana de Mario -Juanpa hace una pausa esperando algún comentario, pero nadie habla -y él -dice señalando al chico con el que me acabo de estrellar -es Sebas Villalobos.

Forzo una sonrisa en la dirección de Sebastián, que seguro se vio mas como una mueca.

Él hace el mismo gesto.

-¿Vamos a seguir jugando o no?.

Pregunta Mario, llegando de nuevo a nuestro lado.
Todos asienten y caminan hasta la sala de nuevo.
Mario me fulmina con la mirada.

-Fue un accidente.

Susurro.

-Ponte un pantalón.

Dice, da media vuelta y se va de nuevo a la sala.

¡Genial! No sólo tengo que soportar a dos chicos viviendo en este departamento, tengo que soportar a casi veinte que gritan y juegan como animales.

Esto será interesante...

Buscando La Manera Para No Enamorarnos [Juanpa Zurita]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora