Buscando La Manera Para No Enamorarnos [Juanpa Zurita]

14* Confesiones

Desperté con el ruido de algo que se había roto en el piso de arriba. Salí de la cama, y fui a ver qué había sucedido.

Juanpa estaba en la cocina, murmurando palabrotas mientras recogía pedazos de un plato roto del piso.

-¿Qué pasó?

Pregunté agachándome a su lado y ayudándole a recoger los pedazos.

-Nada.

Respondió cortante.

-¿Qué ocurre?

Pregunté con el ceño fruncido.

Pusimos los pedazos en el basurero, y entonces nos paramos frente a frente, él no me miraba, estaba mirando el piso.

-Tuve un sueño extraño.

Dijo de repente, y después frunció los labios, como arrepintiéndose de haberlo dicho.

-¿Qué soñaste?

-Fue... -se quedó callado un momento, después volteó a verme a los ojos, sus ojos decían tanto, pero yo no podía descifrar ese mensaje -fue una estupidez.

Dijo entonces rompiendo la magia. Y se fue, dejándome totalmente confundida. ¿Qué habrá soñado?
Algo dentro de mí, quería que ese sueño hubiera sido conmigo. Tenía la esperanza de que fuera así. Pero sabía que eso no lo habría dejado tan consternado. Y que me lo habría contado, como siempre que soñaba conmigo.

Eran las 5 de la tarde, cuando subí al coche de Arisbeth, nos pusimos en marcha hacia un parque cercano al departamento. Nos sentamos en el pasto, a hablar sobre mi cita con Brent, y le conté todo lo que me pasaba con Juanpa y la forma extraña de su comportamiento esa mañana.

Después de que se fuera y me dejara sola en la cocina, no volvió a salir de su habitación, ni siquiera para comer, no salió ni cuando yo fui a llamar a su puerta para decirle que habíamos ordenado pizza.

Estaba hablando de todo eso con Aris, cuando llegó R.K.
Con una sonrisa enorme, que sólo tenía después de haber conocido o haber estado con una chica.

-Hola niñas.

Dijo acostándose en el pasto, con las manos bajo su cabeza.

-¿Por qué sonríes? -preguntó Arisbeth -me da miedo cuando lo haces.

R.K soltó un suspiro sin dejar de sonreír.

-Acabo de conocer a una niña muy linda.

-¿Y ya estás imaginando cómo llevartela a la cama?

Pregunté.

-¿A la cama? -dijo él borrando su sonrisa -no quiero llevármela a la cama... bueno sí, pero yo a ella quiero llevármela a Las Vegas y casarme con ella.

Y volvió su sonrisa.

-¿Casarte? -preguntó incrédula Arisbeth -¿Tú?

-Oye, tengo corazón aunque no lo parezca.

-Yo creo que sólo estás obsesionado, en cuanto te la lleves a la cama verás que estabas diciendo tonterías.

-No lo sé -dijo sentándose -habrá que comprobarlo.

Yo rodeé los ojos. Este hombre no tenía remedio.

-En fin -dije -¿cómo se llama esa chica?

Aris le estaba dando un sorbo a su malteada sin dejar de prestar atención a la plática con R.K.

-Se llama Danna, y va en la misma universidad que ustedes.

Arisbeth escupió la malteada que tenía en la boca, y la escupió en la cara de R.K.