Buscando La Manera Para No Enamorarnos [Juanpa Zurita]

33* Esperanza

La semana esperando a que llegara el día del viaje, pasó volando. De un día para otro, ya me encontraba empacando algo de ropa en una pequeña maleta.

Juanpa entró a mi habitación, todos estaban en la sala, ansiosos por salir en ese mismo momento.

-¿Terminaste? -Preguntó Juanpa acercándose y abrazándome por detrás.

-Sí -Respondí con una sonrisa.

-Nuestro primer viaje juntos, como novios.

Un sudor frío me corrió por la espina dorsal, y entonces me volteé para tenerlo de frente.

-¿Novios? -Pregunté mientras le rodeaba el cuello con las manos, y él me sujetaba de la cintura.

-¿No somos novios? -Preguntó frunciendo el entrecejo.

-Bueno, nunca me lo pediste.

-No pensé que hiciera falta, pensé que estábamos claros.

-Pues ya ves que no.

-Bueno -Juanpa soltó un suspiro y dejó un pequeño beso en la punta de mi nariz -¿quieres ser mi novia? Formal.

Me miró a los ojos. Por largos segundos me quedé callada. Hasta que noté que él comenzaba a ponerse nervioso. Entonces sonreí, y le di un beso en los labios.

-Obvio que sí, tonto.

Se relajó por completo. Me tomó por las piernas y me acostó en la cama. Y con una sonrisa que ninguno podíamos disimular, nos comenzamos a besar, él fue dejando un camino de besos desde mis labios hasta mi cuello. Yo hice un intento por quitarle la playera, pero la puerta de la habitación se abrió.
Ambos volteamos a esa dirección, nuestras miradas se encontraron con la mirada de Danna, quien rápidamente dio media vuelta y se quedó ahí. Sin saber cómo actuar.

-Lo siento -dijo.

Juanpa se levantó, y yo lo hice tras él.

-No te preocupes -le dijo -no pasa nada.

Y él salió. Dejándome sola con Danna en la habitación. Quien ahora me miraba.

-Yo sólo... Es hora de irnos.

Dijo dándose la vuelta de nuevo, dispuesta a marcharse, pero yo la detuve.

-Danna -volteó a verme, pero no se acercó ni se movió de su lugar -¿puedes guardar el secreto?

Le pedí. Pero yo no confiaba en que ella lo hiciera. No la conocía, ni sabía si podía confiar en ella. Pero necesitaba pedirselo.

-No te preocupes -dijo -yo no vi nada.

Y se fue...

En el avión, yo iba sentada en medio de Jan y Arisbeth. Quienes habían discutido por ver quien se quedaba con la ventana. Ganó Arisbeth después de un piedra, papel o tijera. Pero Jan iba inconforme y seguían discutiendo.

Me puse mis audifonos, puse música a todo volumen y me recosté en mi asiento. Sonriendo al fin, porque ya tenía un poco de paz en mi interior.

Mi momento de paz apenas duró unos dos minutos, cuando Jan me comenzó a sacudir con fuerza del brazo.

Me quité los audifonos sentándome y mirando a Jan.
Él y Aris seguían discutiendo.

-Me pegó -dijo Jan -me dio un dedaso en la frente.

-Porque él se acercaba demasiado -se defendió Arisbeth.

-Porque ese era mi lugar.

-Yo lo gané.