35* Buscando Fantasmas.

231 27 26
                                    

Me despertó un rayo de sol que entraba por la ventana y daba directo a mi rostro.

Fui abriendo los ojos de a poco, sentí un cuerpo pegado al mío, abrazándome por la cintura por detrás. Recordé que había dormido con Juanpa, y me sobresalté al ver la hora que era. Las 7:35. Me senté en la cama de golpe, despertando a Juanpa con mis bruscos movimientos.

-¿Qué ocurre? -Preguntó adormilado.

-Es tardísimo -dije -¿dónde durmieron los Sebastianes?

Comencé a ponerme la ropa mientras Juanpa me respondía:

-Debieron haber dormido con los otros chicos, no te preocupes por eso.

-¿Que no me preocupe? Por Dios Juan Pablo, mi hermano me va a matar si se entera.

-Sí pero él no tiene por qué enterarse.

-¡¿Ya viste la hora?! Se va a enterar.

Terminé de vestirme y cogí mis zapatos del suelo, me iba cuando Juanpa se levantó y se comenzó a vestir.

-Tranquila -dijo -voy a llevarte a tu habitación, no creo que Mario haya despertado ya, no te preocupes.

'No te preocupes' es lo peor que le puedes decir a una persona preocupada. Pero lo dejé pasar. No dije nada al respecto.

Juanpa se terminó de vestir, y salimos lentamente de la habitación. Caminamos hasta la mía, y en la puerta nos detuvimos.

-¿Cómo te sientes? -Preguntó tomando mi barbilla entre sus dedos pulgar e índice.

-Bien -dije, aunque realmente sentía un poco de molestia y dolor, pero él no tenía por qué saberlo.

-Fue la mejor noche de mi vida. -Dijo sonriendo, y dejando un beso en mi mejilla derecha.

-Mentiroso -dije juguetona -has tenido mil noches con mil chicas.

-Sí -respondió -pero de esas mil chicas, sólo he amado a una, y fue como si hubiera sido mi primera vez... De hecho, fue la primera vez que sentí realmente algo, así que fue mi primera vez, al igual que la tuya.

Las piernas se me volvieron de gelatina. Era increíble como algunas pocas palabras de Juanpa lograban calentar de esa manera mi corazón. Como provocaba tanto en mí, simplemente con hablar. y había dicho que me amaba. Me amaba. Juanpa me amaba.
Sentí como mis ojos se llenaron de lágrimas, me puse de puntillas y besé a Juanpa en los labios. Siempre había esperado por ese momento, y al fin había llegado.

-Oye -dijo Juanpa limpiando mis lágrimas -¿estás bien?

-Estoy mejor que nunca.

Y lo besé de nuevo.

Cuando Juanpa se retiró a su habitación. Yo entré a la mía. Danna estaba en su cama, lo cual no me sorprendió. Lo que me dejó perpleja, fue haber visto a Arisbeth en su cama... Con Jan.

Comencé a sacudir lentamente a Arisbeth, con cuidado de no despertar a Jan. Quien estaba acostado boca abajo, con las manos bajo la almohada, y dormido como una roca.
Aris abrió los ojos y su mirada y la mía se encontraron.

-Oh por Dios -dijo levantando la cabeza -¿dónde has dormido? Tienes que darme muchas explicaciones, señorita.

-¿Yo? -pregunté incrédula -tú tienes que darme muchas explicaciones a mí.

Arisbeth frunció el ceño. Sin saber de qué hablaba. Pero después se sentó en la cama y volteó a su lado, y ahí miró a Jan. Dormido.
Ella se sonrojó ferozmente, y se rascó la frente. Algo típico de ella cuando se ponía nerviosa.

-Eso... Yo lo puedo explicar.

-Sí, bueno, más vale que comiencen ahora.

Aris tomó un largo suspiro, y entonces me miró.

-No es lo que estás pensando, ayer, Mauco y Christian sacaron a Jan de su habitación porque ahí iba a dormir Sebastián. Así que Jan vino a preguntar si se podía dormir aquí. Yo obviamente le dije que no, pero Danna y sus ideas estúpidas de "soy amor, recibo amor y doy amor" lograron convencerme de que se quedara, se supone que iba a dormir en el piso, no sé qué hace aquí.

Al principio la miré sin creerle una sola palabra, pero, por Dios, era Arisbeth, ella nunca invitaría a Jan a dormir con ella.

-Bien, te creeré, sólo porque sé que tú nunca dormirías con Jan.

-Bueno, ya te expliqué yo, es tu turno, ¿dónde dormiste?

Y así, fue como le conté a Arisbeth sobre mi primera vez.
Sus gritos de emoción, despertaron a Danna y Jan. Y ya no pudimos terminar de hablar al respecto. Pero ya habría tiempo para eso.

En nuestro tercer día en Nueva York. Nuevamente salimos a buscar a Karime.
Esta vez, Mario Ruiz había tenido una idea, separarnos, algunos ir a Manhattan, otros seguir en Central Park, algunos más ir a Times Square, y otros a la estatua de la libertad.

Juanpa, Aris, Jan, Juca, Xaris Dany, Mauco y yo, fuimos al Times Square. Mostramos fotos y preguntamos. Estábamos pendientes del teléfono por si alguien llamaba para avisarnos que la habían encontrado.
No tuvimos éxito, Dany estaba realmente afligido. Y yo me sentía mal por él, aunque estaba feliz porque al fin había podido caminar con Juanpa de la mano por New York, sin miedo a que mi hermano nos viera.

Nos reunimos en Central Park con el resto de los chicos. Nadie había tenido éxito, nos sentamos en el pasto, a pensar de qué otra manera podíamos encontrar a Karime, algo más sencillo y que diera resultados. Cuando Xaris habló:

-Chicos, de verdad yo no creo que encontremos a Karime, es decir ¿vieron la cantidad de gente que hay aquí? ¿vieron lo enorme que es?

-Amor -dijo Juca rodeándola con su brazo -no seas pesimista.

-No soy pesimista amor, soy realista, no vamos a encontrar a Karime, y creo que sólo estamos lastimando más a Dany.

Todos volteamos a verlo. Sí se veía mal, ya había perdido las esperanzas, pero él lo ocultó.

-Yo estoy bien, puedo seguir buscando.

-Lo ves, amor, -le dijo Juca a Xaris -todos estamos bien.

Ella sólo soltó un suspiro. Y comenzó a opinar sobre cómo sería más sencillo localizar a Karime. Pero nos había dejado pensando a todos. Porque en el fondo, todos sabíamos que tenía razón. No la íbamos a encontrar.

En nuestro cuarto día en Nueva York, fuimos a desayunar a una cafetería cerca del hotel en el que nos hospedábamos. Cada vez nos veíamos más afligidos, pero aún así, nos separamos de nuevo, y continuamos buscando.

-Ya no puedo más -me dijo Arisbeth -siento que necesito un respiro, estoy harta de buscar un fantasma.

Procuró que Dany no escuchara eso último. Y no lo hizo, él iba al frente hablando con Mauco.

-También yo -dijo Jan -estoy harto de esto, ¿qué te parece si esta noche salimos por un café o algo? Para subirnos el ánimo, ya necesitas un tiempo para ti.

No pude evitar sonreír. Obviamente Jan hacía esto porque quería salir con Aris. No porque estuviera cansado de buscar.

-¿Sabes? -dijo Aris -te voy a tomar la palabra, salgo contigo sólo si tú pagas mi café.

Los ojos de Jan brillaron de felicidad y no pudo ocultar su sonrisa.

-Hecho. -Dijo adelantándose y alcanzando a Juca y Xaris, a quienes les contó en seguida que iba a salir con Aris.

Ese día tampoco encontramos a Karime. Como era de esperarse.
En la noche, Jan y Arisbeth salieron por su café, y RK y Danna también tuvieron una pequeña cita.
Así que me quedé con Juanpa en mi habitación, platicando mientras llegaban mis compañeras de dormitorio, si hubiera sabido lo que pasaría esa noche, no las hubiera esperado despierta...

Buscando La Manera Para No Enamorarnos [Juanpa Zurita]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora