43* Un Hombre Afortunado

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No sabía cómo reaccionar, no sabía qué hacer o qué decir. Un nudo se plantó en mi garganta y se negó a salir de ahí. Mis piernas temblaban, y sentía que en cualquier momento iba a perder el equilibrio y caer.

-Valen -susurró Juanpa, y dio un paso hacia mí colocándose la playera -¿qué haces aquí?

Quería gritarle que eso mismo me estaba preguntando yo de él, pero las palabras simplemente no me salían. Una fuerte presión me estaba oprimiendo el pecho y no me dejaba pronunciar palabra. Comencé a sentir como mis ojos se llenaron de lágrimas, comencé a ver borroso a Juanpa, volteé a ver a Xaris, apenas alcanzaba a distinguir su rostro, pero supe que me veía con lástima.

No supe que decir o hacer, así que simplemente di media vuelta y me dispuse a salir de la casa, pero Xaris me sostuvo del brazo.

-Valentina, no es lo que piensas...

Sin pensarlo, di media vuelta y le solté una bofetada sobre toda la mejilla izquierda, lo que hizo que ella retrocediera y se colocara la mano sobre ésta. Juanpa caminó rápido hasta nosotras y le colocó una mano a Xaris en el hombro:

-¿Estás bien? -Le preguntó, después volteó a verme -Valentina, escuchanos, nada de esto es lo que parece...

Entonces sentí una chispa de coraje dentro de mí, y las palabras comenzaron a salir como vómito verbal.

-¿Ah no? -grité -¿no acabas de salir de su habitación a medio vestir?

-Sí, pero no por la razón que estás pensando...

-¡Por eso no llegabas al departamento!, por estar acá revolcándote con ella, y yo como estúpida pensando una manera de hablar contigo para solucionar todo -solté una risa irónica -que estúpida fui, ¿desde cuándo, Juanpa?

Él soltó a Xaris e intentó acercarse a mí.

-Valentina, por favor.

-¡No! -dije colocando las manos frente a mí, indicándole que se detuviera -no te atrevas a volver a hablarme nunca más, ni tú ni ella -no pude contener más las lágrimas y éstas comenzaron a brotar -¡Por mí, ustedes dos se pueden ir al infierno y pudrirse ahí! ¡TE ODIO JUAN PABLO ZURITA!

Y salí de la casa a toda prisa. Corrí apenas pudiendo ver el camino, las lágrimas me nublaban la vista. Yo corrí, sin detenerme. Me di cuenta que no iba hacia el departamento, necesitaba el abrazo de alguien, el consuelo de alguien, así que corrí en dirección contraria al departamento...

(...)

Me detuve fuera de la casa y me sostuve de la puerta para tomar aire, respiré profundo y me tranquilicé un poco, me limpié el rostro con el dorso de la mano, y llamé a la puerta.

Ésta se abrió, esperé ver a la sirvienta parada frente a mí, pero no, Brent fue quien abrió.

-Valen -dijo con evidente preocupación en su voz -¿estás bien?

Me mordí el labio inferior y sentí como mi vista se volvía a nublar, Brent y yo nos vimos a los ojos por un momento, él no volvió a preguntar nada, simplemente salió de la casa, se acercó a mí y estrechó mi cuerpo en un abrazo. Me permití llorar en sus brazos, comencé a sollozar descontroladamente, Brent me acariciaba la cabeza con cada sacudida que daba mi cuerpo, y susurraba: 'sshh, estoy aquí' en mi oído.

Brent me metió a su casa, para llevarme a su habitación. Nos sentamos en su cama, con los pies encima de esta y sin quitarnos los zapatos, y nos recargamos en la cabecera, yo coloqué mi cabeza sobre su hombro y él me rodeó con su brazo.

-Bien -dijo -ahora sí, dime qué fue lo que pasó.

Le conté todo lo sucedido con Juanpa, él se puso furioso, dijo que no entendía como Juanpa podía hacerle eso a uno de sus mejores amigos, y cómo podía engañar a alguien como yo, dijo también que él nunca me hubiera hecho algo así. Me miró a los ojos por algunos segundos, noté que todavía sentía algo hacia mí, y obvio, no puedes superar a una persona de la noche a la mañana. Me acarició la mejilla con su pulgar, y me dio un beso en la punta de la nariz, después nos acomodamos en su cama, y poco a sentí el cuerpo más pesado, pues comencé a adentrarme en un sueño profundo...

Buscando La Manera Para No Enamorarnos [Juanpa Zurita]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora