Buscando La Manera Para No Enamorarnos [Juanpa Zurita]

22* Ronda de preguntas

-Por favor Mario, no seas exagerado.

Dije poniendo los ojos en blanco.

-Cambiate ese vestido.

Me dijo mi hermano señalando mi vestido azul marino.

-Amor -dijo Stacy -déjala que lo lleve, se mira muy bien así.

-Entonces se va contigo y yo espero a Brent aquí.

-Igual la va a mirar en la cena, Mario, qué tiene que se vaya con él.

-Pero en la cena estaremos todos.

-¿No crees -dije -que si quisiera pasarse conmigo, ya lo hubiera hecho?

Se quedó callado. Pensando un momento.

-No me cambies de tema -dijo -ve a cambiarte o vete con Stacy y yo lo espero.

-A Brent lo asustas, por favor déjame esperarlo yo.

-Amor -dijo Stacy sujetando el rostro de mi hermano para que la mirara -Valen tiene razón, Brent ha tenido oportunidad de pasarse con ella y no lo ha hecho, es un caballero, así que por favor amor, no hagas drama y vámonos, deja que Valen espere a Brent, no tarda en llegar, en un rato llegarán a la cena.

Mi hermano se rindió. Apenas mirando a los ojos a Stacy, se ablandó su mirada. Asintió y volteó a verme.

-Bien -dijo tomando aire -puedes esperarlo, pero si llegas con un arruga en el vestido o con el cabello poco desarreglado, o con el maquillaje corrido, te juro que lo corro a golpes de la fiesta.

-No te preocupes -dije sonriendo -quédate tranquilo, no haré nada que no debo.

Y se fueron, dejándome sola esperando a Brent.
Todos se habían ido para ir ordenando todo, o posiblemente planeando algo para asustar a Brent... esperaba que fuera la primera opción.

Brent llegó 15 minutos después de que se fuera mi hermano.
Lo hice entrar al departamento mientras yo iba por mi bolso a mi habitación.

-Te ves muy bien.

Me dijo Brent cuando llegué arriba.

-Gracias -dije -también tú.

Él llevaba un jean negro y una camisa roja, iba normal, como iba siempre, pero siempre se veía bien.

Estábamos por salir del departamento cuando él puso la mano en la puerta, evitando que la abriera. Yo volteé a verlo y quedé entre él y la puerta. Esperaba verlo con una cara de acosador, pero me veía con un brilllito en sus ojos y su sonrisa, se veía tierno más que desagradable.

-No me saludaste cuando llegué.

Dijo ensanchando su sonrisa.
Yo le rodeé el cuello con mis manos, él me rodeó de la cintura y lo besé.
Me pegó a su cuerpo y me recargó sobre la puerta.

Comenzó a bajar la mano por mi cintura, por mis caderas, hasta llegar a mi pierna, metió la mano debajo de mi vestido, y yo se la sujeté rápidamente con la mía. Separó su rostro del mío, y me miró a los ojos.

-No te asustes -dijo soltándose de mi agarre y sujetando ahora él mi muñeca -yo no haría nada que tú no quieras.

Y me volvió a besar. Soltó mi mano para sujetarme de las caderas y levantarme. Le rodeé la cintura con mis pies mientras seguíamos besándonos.
Y entonces, todas las pesadillas que había tenido, con mi hermana, con Juanpa, con todos, vinieron a la luz. Lo empujé del pecho, él me soltó y yo caí parada en el piso.

-Lo... lo siento.

Dije bajando la mirada, avergonzada por haberlo empujado.

-¿Qué pasó?