Apenas se cerró la puerta de la habitación, Yuuri abrió los ojos. Permaneció un par de minutos en la misma posición en la que fingió dormir, esperando que el amo regresara, pero al percatarse de que eso no pasaría, rápidamente se puso en pie y empezó a buscar su ropa.
Yuuri odiaba que el amo lo obligará a acostarse con él, pues ahora más que nunca se sentía sólo un objeto destinado a dar placer. Ya no se estremecía gracias a las rudas caricias del ruso, ni sentía que tocaba el cielo cuando era besado y tenía un orgasmo; ahora se llenaba de miedo al revivir, de otra manera menos violenta, el dolor por el cual había pasado.
Pero Yuuri había descubierto una cosa: el amo lo dejaba en paz si sólo abría sus piernas para él y permanecía mudo y completamente quieto mientras era follado.
Gracias a su descubrimiento, el amo recurría cada vez menos a él cada vez que buscaba sexo, además tardaba menos en tomarlo, por lo que Yuuri sólo esperaba que pronto dejará de ser del interés del ruso.
Yuuri termino de vestirse y fue a su habitación, deseando tomar ahí un baño, lejos del penetrante olor del alfa que no tenía la mínima consideración por él. Pese a saber que había sido utilizado como carnada, por un breve tiempo el moreno deseó que el alfa al que le pertenecía, mostrará un poco de compasión por él, más al darse cuenta de que ese pensamiento era tan patético y estúpido como su esperanza de ser amado algún día por el ruso, Yuuri empezó a dejar de temerle al rubio, transformando su miedo en rencor.
Por decisión propia -y con ayuda de Lilia-, Yuuri abandonó la escuela que el alfa pagaba, de igual forma dejó de portar los lujosos y caros collares que el amo de la mansión le había dado, incluso vestía sólo la modesta ropa que Lilia había comprado para él. Yuuri ya no quería tener nada del alfa que sólo veía en él un medio más para lograr sus objetivos.
Cuando Yuuri salió del baño, se aseguró de que en su piel no quedará el menor rastro del perfume a menta del rubio y sólo cuando estuvo convencido de que estaba limpio, buscó algo de ropa que ponerse.
Ese día Yuuri eligió una polera gris bajo un suéter azul oscuro, un pantalón negro y zapatos deportivos blancos, nada extraordinario que lo hiciera resaltar, pues su intención era trabajar en la mansión sin que nadie reparara en su presencia.
A las 11:34 el único omega que habitaba la mansión Plisetsky salió de su habitación y se dirigió a la cocina para saber en qué podía serle útil a Lilia. En su camino se encontró con algunos de los empleados regulares del lugar, más apenas les dio una pequeña mirada, seguro de que ya todos sabían por lo que había pasado. A decir verdad, Yuuri prefería ya no relacionarse con nadie que no fuera Lilia, pues entendía que sólo en ella podía confiar.
Cuando Yuuri se encontró con Lilia, la mujer le indicó lo que ese día podía hacer; Yuuri estuvo satisfecho al saber que trabajaría en los jardines, pues eso implicaba que estaría solo. Con una sonrisa -que ahora sólo mostraba a Lilia- Yuuri fue a una de las bodegas de la mansión por las herramientas que necesitaría para su trabajo.
El moreno agradecía que la alfa se preocupara por él y que lo mantuviera ocupado pero lejos de la mirada de los otros empleados, incluso de Mila, pues así no debía dar explicaciones sobre lo que había pasado. El japonés ignoraba si era del conocimiento de los demás trabajadores de la mansión, lo ocurrido con él, pero prefería no pensar en ello, pues no deseaba que lo vieran con lástima o morbo.
Así, Yuuri se dispuso a trabajar en las flores que sin su atención se empezaban a marchitar. Los jardineros eran buenos, eso Yuuri lo sabía, más también sabía que ellos no se ocupaban de los jardines porque creían -absurdamente- que éstos le pertenecían. El omega había pensado en decirles a los trabajadores que sólo se ocupaba de los jardines de la mansión porque le gustaban las flores y le recordaban a su madre, no por otra cosa. Además, Lilia lo había puesto a trabajar en ellos cuando notó que tenía buena mano con las plantas y flores.
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¿Quién eres?
FanfictionYuuri le temía a aquel frío y cruel hombre, sin embargo lo amaba. ¿Quién eres realmente, Yuri? Editado por la bellisíma @Aoi0000 Ninguno de los personajes de Yuri on Ice me pertenecen, solamente los tomo prestados a modo recreativo.