¿Quién eres?

Por ti

Lately I've been thinking
You've seen the worst and you've seen it in me

Lo peor de su ser había sido expuesto, pero al menos ahora podía decir que en esta ocasión nadie sería testigo de su miseria.

Tambaleándose como consecuencia del pésimo estado en que se encontraba, se recargó contra la pared hasta que pudo llegar a la puerta del departamento donde buscaba refugiarse y esconderse de los recuerdos que lo atormentarían de ahora en adelante.

Su mente estaba nublada y su visión se hacía brumosa con cada pequeño paso que daba, pero ya nada le importaba en lo más mínimo, lo único que deseaba era alejarse del mundo para volver a la oscuridad de la que salió. Ya debería estar acostumbrado a ese frío, a esa soledad.

Su pecho dolía y la desesperanza ocupaba cada rincón de su ser, hasta respirar dolía, saberse solo volvía a llenarlo de desesperanza, se sentía como aquella vez en la que mamá se fue, esa sensación fría clavándose en él como miles de agujas...

Debía ser fuerte -al menos hasta entrar al departamento, ya que aún estaba en el pasadizo- por lo que inspiró una vez más de forma estoica y dolió como la mierda, tosió sangre antes de poder sacar las llaves del bolsillo para abrir la puerta.

¿Fuerza? Apenas le quedaba la suficiente para sostenerse.

Sonrió.

Aún podía decir que si bien perdió más de lo que podía contar, obtuvo una buena recompensa a cambio.

¿En verdad podía considerar que esa noche había ganado? No, no podía hacerlo pero al menos fingiría demencia y creería que así era.

El oscuro y frío departamento donde jamás se permitió crear recuerdos a su lado lo recibió con un silencio que calzaba a la perfección con el hueco que sentía en su pecho, sin embargo no se quejó porque entendía que eso era lo mejor: mientras más rápido olvidara que alguna vez tuvo sentimientos más rápido podría avanzar.

"El amor te vuelve vulnerable"

Volvía a doler.

Volvió a sonreír pero de dolor: ¿Cómo podría seguir adelante él solo? ¿Podría pretender que nada había pasado? ¿Iba a olvidarlos? Bien, la cuestión una vez más se resumía a que no importaba lo que deseaba, sólo lo que debía hacer.

Débil y casi sin energías llegó hasta su habitación preguntándose cómo serían las cosas si pudiera suplicarle que se quedara a su lado… ¿Cuánto tiempo le tomaría a Viktor saber que no sólo había matado de la manera más sádica a Leroy, sino que también perdería varios millones como resultado de su disputa por el control de la ciudad?. Pronto el calvo platinado se enteraría que la mayoría de sus negocios en América se verían frustrados por su causa.

Sería interesante ver de primera mano la legendaria furia de Viktor Nikiforov.

Volvió a sonreír.

Sentándose sobre la cama trató de quitarse el saco y la camisa negros que ahora estaban manchados con su sangre que ya empezaba a secarse; debía hacerlo con calma gracias al dolor intenso que sentía en sus costillas mientras pensaba que tal vez internarse en el hospital por unos días no sería mala idea.

—Da igual.

En realidad no daba igual, no cuando el montón de drogas legales e ilegales con las que saturó su organismo perdían efecto poco a poco logrando que todo el dolor que sentía se intensificara.

Suspiró.

Poco a poco la oscuridad volvía a envolverlo, lo hacía regresar a ella, de donde nació.