Yuuri dormía abrazando la ropa del rubio. Era de madrugada y apenas Yura llegaba a casa, había tenido una reunión con Johan bastante larga e informativa, razón por la cual no llevó al omega a cenar esa noche.
Yura se desvistió en medio de la oscuridad, no necesitaba prender las luces para saber que el tibio cuerpo del japonés lo esperaba para abrazarse a él. Su saco, la fina camisa blanca que llevaba y su pantalón, quedaron en el suelo junto a sus zapatos y sus calcetas; el alto hombre se quedó únicamente vestido con sus interiores que se moldeaban a su delegada pero sensual figura.Yuri suspiró al sentarse del lado derecho de su cama. Acarició los labios entreabiertos del omega y trató de convencerse de que hacía lo correcto.
Pero era mentira y lo sabía. Exponía a Yuuri para tentar al zorro a la guarida del tigre, lo usaba a su conveniencia y aunque no debía hacerlo, no pensaba parar hasta acabar con Leroy.
-Yuratchka… -sonrió Yuuri cuando sus ojos se abrieron y lo miraron. Aquel destello de amor no le gustó al alfa.
-Duerme -le ordenó molesto.
-Lo siento… -susurró herido Yuuri y se dio la vuelta para no molestar más al alfa.
De nuevo estaba ahí ese dolor que odiaba sentir en Yuuri. Yura se volvía nada cada vez que lastimaba al omega, sentir su dolor era como aceptar que miles de navajas cortaran su cuerpo sin tener posibilidad de apartarse ni defenderse. El rubio no lo soportaba.
-Ya es tarde, muy tarde -le dijo Yura al moreno, soplaba su aliento contra su cuello-. Si no duermes querré esto.
Sus palabras fueron acompañadas por sus manos acariciando sus firmes glúteos. Yuuri se estremeció.
-Amo…
-Mi nombre -gruñó el alfa, mordiendo la pálida piel de la espalda del omega.
-Yuri… -el japonés se estremeció tanto que su trasero golpeó la entrepierna del macho que estaba atrás de él.
Yuri se llenó del suave perfume del moreno. Tan dulce, tan adictivo, tan doloroso.
El rubio se acostó boca arriba para ignorar que Yuuri llevaba puesta una de sus camisas y que esta apenas cubría su tentador cuerpo. Pero el omega tenía otras mortíferas formas de acabar con su voluntad, el moreno volvió a girarse, pero esta vez abrazó al rubio y usó su pecho como almohada. Yuri no supo qué hacer.
-Bienvenido a casa, Yuratchka -le dijo Yuuri cerrando sus ojos.
El monstruo que vivía en el interior de Yuri pedía a gritos salir y destrozar al omega que lo tentaba con tan dulce actuar.
Yuri Plisetsky abandonó su lecho muy temprano, apenas había dormido unas horas y aunque su cuerpo se negaba a dejar el calor que el omega le brindaba, su fuerza de voluntad lo empujó a alejarse del chico.
El último Plisetsky se arrepentía de sus palabras, nunca debió dejar que los castaños ojos del omega lo miraran con amor ni debió decirle que era suyo, sólo había traído ruina a ellos.
Ya no podía volver un paso atrás y hacer que Yuuri le temiera, aquel cruel juego que duró casi seis años se había acabado; ya no le bastaba con amar de vez en cuando al japonés, ahora quería que el chico dependiera totalmente de él, quería someterlo completamente a su voluntad y a sus perversos deseos de consumir cada célula de su cuerpo. Quería morder el cuello de Yuuri y follarlo las veces que fueran necesarias hasta que terminara preñado con sus hijos.
Pero Yuuri no merecía eso, Yuuri sufriría si lo obligaba a ser su omega de por vida.
Yuuri. Todo en su mente era Yuuri.
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¿Quién eres?
FanficYuuri le temía a aquel frío y cruel hombre, sin embargo lo amaba. ¿Quién eres realmente, Yuri? Editado por la bellisíma @Aoi0000 Ninguno de los personajes de Yuri on Ice me pertenecen, solamente los tomo prestados a modo recreativo.