¿Quién eres?

Ausencia

La discusión de los alfas llegó a su momento más crítico, la tensión se sentía en el aire y los negros ojos de Seung y los verdes de Yuri, se miraban desafiantes, dando a entender que ningún hombre iba a ceder. Ambos alfas tenían un fuerte carácter, por lo que era casi seguro que después de la discusión verbal iniciaría la confrontación directa y de puños, razón por la cual Otabek estaba listo para detener la pelea en caso de ser necesario.

Aquella discusión inició como todas las anteriores que Seung y Yuri habían tenido: la conducta del rubio no le agradaba a Seung, y pese las quejas y protestas del coreano, el alfa mayor no tenía ni la más remota intención de cambiar sus decisiones ni su conducta.

Sin embargo, Seung no era el único cansado y molesto por aquella situación, Yuri ya no tenía la paciencia ni el humor para seguir soportando los constantes ataques verbales de su hermano, mucho menos desde Lilia había empezado a actuar más activamente, a sus espaldas. Yuri estaba a nada de perder los pocos estribos que le quedaban, y en verdad no deseaba llegar a tal punto, no con Beka o Seung.

Así, después de ser llamado cobarde y pedazo de mierda por el coreano, Yuri salió de su oficina  conteniendo la ira que lo llenaba.

–No puedes seguir haciéndolo –fue lo único que dijo Seung antes de ser ignorado por Yuri.

–…Seung –hablo Otabek sosteniendo el hombro del furioso coreano.

–Sabes que es verdad –repuso Seung antes de irse.

Aunque Otabek quiso hacer o decir algo, le fue imposible, pues Yuri y Seung tomaron caminos distintos. El kazajo suspiro antes de ir a su habitación.

Seung abandonó la mansión Plisetsky totalmente molesto y cansado por toda la situación que los había envuelto las últimas semanas. Desde que la noticia de que el gran y temible Yuri Plisetsky tenía una debilidad, se extendió por la ciudad y sus alrededores, la cantidad de personas y grupos que deseaban acabar con el rubio y sus hermanos, aumentó considerablemente.

Sin embargo, no era eso lo que molestaba a Seung, pues el moreno ya estaba más que acostumbrado a lidiar con aquellos que buscaban su ruina y la de sus hermanos; lo que en verdad tenía tan alterado al coreano, era la cruel y fría actitud que Yuri había tomado.

Seung siempre quiso creer que su hermano buscaría proteger a toda costa a Yuuri, pues estaba convencido de que el omega japonés era realmente importante para el rubio. Por eso le insistió a Yuri durante mucho tiempo, para que protegiera debidamente al chico de castaños ojos; incluso le sugirió más de una vez al rubio, que buscará otra forma de tentar a sus enemigos, una que no involucrara al moreno.

Pero su hermano no lo escuchó, siguió adelante con sus deseos de joder a los principales autores de la muerte de Nikolai, sin importarle nada más que ver su sed de venganza satisfecha. A Yuri no le importó arrastrar en su miseria al omega.

Ahora, gracias a la indiferencia del rubio, Yuuri estaba terriblemente herido y temeroso, sólo Lilia podía estar a su lado sin hacerlo más desdichado, y eso jodía a Seung, porque Pichit sufría por su amigo.

El coreano había tenido que decirle la verdad a su pareja, cuando ésta quiso saber qué le ocurrió al único omega que acompañaba a Yuri Plisetsky, pues incluso a él llegó la noticia de que el rubio destrozó todo a su paso, con tal de recuperar al chico que le arrebataron.

Al principio Seung se negó a hablar con Pichit sobre lo sucedido, pues no deseaba que el tailandés conociera los horrores que el japonés vivió durante su secuestro, más tampoco pudo ocultarle los hechos, así que decidió hablar con Pichit en un ambiente privado y seguro para ambos: el departamento de Seung.