Bastó que atravesara la puerta de la mansión para sentir las feromonas cargadas de pánico.
Alguien estaba realmente asustado, podía sentirse el miedo y la adrenalina flotando por todas partes, era tanta la desesperación y el dolor que invadía el ambiente que no podía determinar de quien provenía ese penetrante olor, por lo que decidió buscar el origen.
Empezó a sentir el cuerpo pesado y las manos frías y sudorosas, cuando su olfato lo dirigió hasta la puerta de su habitación. Adentro, con las luces apagadas y temblando casi al borde de un shock nervioso estaba ella, escondida en la esquina más lejana, abrazándose a sí misma y con el rostro hinchado por la cantidad de tiempo que había estado llorando y restregándose el mismo con sus temblorosas manos; ella, al verlo, se removió en su sitio, aún insegura de lanzarse a sus brazos o encogerse aún más.
En ese instante él lo notó, un aroma más sutil, pero que estaba en todo su cuerpo. En sus muñecas, en su cuello, en su pecho y piernas, inclusive donde sólo él la tocaba... Esa fue la gota que derramó el vaso y lo hizo perderse.
Fueron segundos los que demoró en llegar al otro extremo de la mansión y fue casi automática la patada con la que golpeó la puerta del estudio así como el puñetazo derecho que asestó contra la mejilla de su hermano, ahora todo en lo que pensaba era en ella y en la forma en la que la había visto, él solo deseaba protegerla.
Como esperaba, Yuri no actuó de inmediato aún después de haber recibido un golpe bastante fuerte. Él sabía por qué lo hacía su hermano y hasta cierto punto lo entendía, pero eso no evitó que le regresara al moreno el tercer golpe recibido.
Devolvió con fuerza el golpe a Otabek en las costillas después que el puño de éste volvió a estrellarse con fuerza en su rostro, logrando que todo se oscureciera por unos segundos; sin embargo, al moreno no le importó quedarse sin aire y volvió a arremeter con fiereza contra el hombre que seguía lastimando a las personas que más quería.
Un gancho derecho impactó a Yuri antes que le regresara el favor a Otabek.
La sangre de Yuri manchó los nudillos de Otabek después de reventar la ceja del rubio.
No pensaban. Eran un par de animales en fiera lucha. Un oso pardo gigante contra el tigre blanco.
Pateó con toda su fuerza el estómago del ruso cuando éste se agachó por un momento para limpiar la sangre que escurrían de su ceja y nariz, estaba tan furioso y fuera de sí que no reparó en lo fácil que fue derribar a su hermano durante esa pelea. Estaba consciente que era más fuerte que Yuri, así que creyó que su fuerza era el motivo por el que el rubio estaba de rodillas en el piso.
Yuri, pese a no tener la misma musculatura del kazajo tampoco se detuvo pese al dolor punzante que latía en sus costillas, por lo que arremetió con la misma brutalidad con la que fue golpeado antes por su hermano, y contraatacó propinándole al alfa un tremendo golpe en la nariz que de inmediato hizo que la sangre brotara de ella.
Otabek, al igual que Yuri, ignoró la sangre que le impedía respirar adecuadamente por lo que golpeó con fuerza los oídos del ruso para aturdirlo el tiempo suficiente y poder ponerse en pie para patear al hombre que, por desgracia, estaba de nuevo parado.
Yuri y Otabek jamás habían llegado a los golpes, esa era la primera vez que ambos hombres alcanzaban ese extremo en su amistad. Sí, miles de veces discutieron al no estar de acuerdo en sus puntos de vista, las mismas veces se amenazaron con romperse la cara pero, esa era la primera ocasión en la que el lazo que los unía como hermanos se veía roto de tan brutal manera.
Pese a saber que la causa de todo era Mila, Otabek estaba decidido a mostrarle a su hermano que jamás, bajo ninguna circunstancia, volvería a permitir que lastimara a la chica a la que él juró proteger.

ESTÁS LEYENDO
¿Quién eres?
FanfictionYuuri le temía a aquel frío y cruel hombre, sin embargo lo amaba. ¿Quién eres realmente, Yuri? Editado por la bellisíma @Aoi0000 Ninguno de los personajes de Yuri on Ice me pertenecen, solamente los tomo prestados a modo recreativo.