Tu me curas

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James

A donde mirara veía fuego, las ventanas, el segundo piso, la puerta, todo el granero estaba avasallado en fuego, miraba a todos lados buscando algo pero no sabía que, hasta que escuché su voz.

-James!... James...James...ayudame James ayúdame- era la voz de mi hermana pequeña, no la veía, solo escuchaba sis gritos desgarradores por ayuda.

No me importaba quemarme, solo desesperado corría y buscaba, hasta que ví su pequeño cuerpo tirado entre llamas, quemandose cuando grite.

-Natalie, Natalie!!-

Alguien me zamarreaba y gritaba, no entendía nada, cuando pude abrir los ojos vi a Nirvana mirandome asustada y tomandome de las mejillas.

-Amor, solo es una pesadilla, todo está bien.-

Respiraba agitado, estaba envuelto en sudor y me sentía asustado. Miraba hacia todos lados para comprobar bien que me encontraba en mi departamento y no en el granero, en ese lugar donde algo horrible ocurrió. Cuando entendí que fué una pesadilla miré a Nirvana.

-¿Dónde estas? - dije asustado.

-Estaba en la sala, apenas te escuché he venido.-

-¿Por qué no estabas en la cama a mi lado? Dije agitado.

-Lo siento James, estaba trabajando, debo entregar unos trabajos, lo lamento, ya estoy aquí – dijo acariciándome.

De un tirón la acerqué a mis brazos y la envolví, solo ella me daba paz, desde que Nirvana dormía conmigo no tenía ninguna pesadilla.

-No te vayas nena – le supliqué.

-Ey – dijo acunando mi mejilla – estoy contigo, no me voy a ningún lado amor, solo necesito que respires más tranquilo y te relajes – a lo que yo asentí.

Me miré y vi mi torso completamente mojado, miré a mi chica y vi que la había ensuciado también a ella, me sentí patético.

-Lamento haberte asustado, además que te dejé toda sudada pequeña, soy un idiota – dijo poniendo mi palma sobre la frente.

-James – dijo seria- no digas estupideces, lo que menos me importa es que me mojes, quiero que estés bien nene – se acercó a mi y me besó tiernamente, haciéndome olvidar todo – ven, vamos a ducharte, necesitas refrescarte.

Como un niño me deje llevar por mi novia, aún estaba algo en shock y mi cuerpo y mente no respondía como quería. Nirvana se encargó de llenar la tina con agua tibia, echo algunas sales relajantes, me quitó los pantalones y se desnudo invitando a entrar con ella.

Casi tiritando me senté en la tina entre sus piernas, ella me masajeaba la espalda y vertía gel de ducha sobre mi cuerpo. Me lavó el cabello y me acarició la cabeza. Sin darme cuenta fui recostándome sobre ella, relajándome con todo lo que me hacía.

-Tranquilo amor, yo estoy contigo, yo te cuido nene – me susurraba al oído y dejaba pequeños besos en mi cuello.

No se cuanto me quedé dormido pero mi chica me mecía suavmente para que despertara, el agua ya se había enfriado.

-Vamos, necesitamos enjuagarnos y abrigarnos para no coger un resfrío- a lo que yo asentí.

Ya limpios y con ropa seca Nirvana me dejó en la cama y fue a preparar te. Cuando volvió conmigo la sentí muy lejos por lo que la atraje hacia mi pecho apretándola sin dañarla y aspiré su olor.

-Te amo – le dije.

-Y yo te amo ti James – se mordió el labio y me miró a los ojos -¿quieres hablar sobre lo que pasó? – miré nervioso hacia otro lado – si no estás listo, no te preocupes, pero sabes que estoy para ti.-

Solo mía pequeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora