Lo que dicen sus ojos- Bechloe

Nevada.

¡Hola! ¿Qué tal? Dejo un nuevo capítulo de esta historia, y les anticipo que el próximo tiene el punto de vista de nuestra querida pelirroja. Quería darme el gusto de escribir lo que ella piensa, de ponerme en su piel y jugar un poco con la historia. Por ahora, espero disfruten de este. ¡Saludos!

- ¿Qué haces?- me preguntó Aubrey entrando al cuarto donde tenía mis equipos.
- Estaba ordenando un poco el escritorio.- respondí, ella se sentó en la hamaca que colgaba del techo y observó el rincón de Chloe.- Es muy buena en lo que hace, pero súper exigente.- comenté mirando sus fotos.
- ¿Ella armó todo esto?
- Sí, y aún le quedan pendientes algunas ideas que deben realizarse pronto.
- Me tomó esa foto luego de la fiesta de graduación de mi clase.- señaló la fotografía que estaba en un extremo, donde ella aparecía con su vestido desordenado y una copa en la mano.- Pensé que era un desastre, pero en cuanto me la mostró me pareció fantástica, estaba tan feliz ese día y ella pudo capturar toda mi felicidad.
- Logra captar las emociones perfectamente. Tiene fotos de todas las Bellas y de su familia también.
- Mis preferidas son las que tomó aquí desde que llegó, esas que puso en la sala.
- Llenó mi casa de historias nuevas. En algún momento no tendremos lugar para tantas fotografías.
- ¿Estás lista para conocer a su familia?
- Estoy tan lista como esa vez que nos presentamos por primera vez con las Bellas en el campus de la Universidad.
- Por Dios, no puedo creer que recuerdes eso.- ella rió por el recuerdo.- No tienes que preocuparte, su familia es realmente fantástica.
- ¿Los conoces?
- No, sólo intento hacerte sentir mejor.- reí, en el fondo sabía que todo lo que ella quería era eso.- No debes preocuparte, no eres el mejor partido pero al menos haces feliz a Chloe.
- ¿Debo agradecer eso?
- Sólo si quieres.- se encogió de hombros y golpeé su brazo.- ¿Puedo preguntarte algo? Pero tienes que prometer que no serás sarcástica o una idiota al responder.
- Esto se pone interesante.- le pedí que hiciera espacio en la hamaca y ella obedeció.- Adelante, haré mi mejor esfuerzo.
- Hace unos días Jesse vino a casa, cenamos y fuimos a ver una película en la sala. Una cosa llevó a la otra y...- notablemente estaba nerviosa, pero no quise interrumpir.- Creo que él quería, ya sabes...
- ¿Sexo? Puedes decirlo, somos grandes y estamos en confianza.- completé la idea para que ella dejara de balbucear.- Espera, ¿eso no pasó aún?
- No.- confesó, y quise hacer un comentario pero ella ya tenía la próxima palabra en su boca.- No se lo permití esa noche.
- ¿Por qué?
- Porque tuve miedo.
- Vamos Aubrey, es Jesse, hagas lo que hagas sólo debes confiar en él, es un chico fantástico.
- No se trata de él, es más que eso. Tengo miedo de no cumplir con sus expectativas.- reí pero al instante me tuve que contener, ella estaba muy incómoda hablando de eso y no podía burlarme.- No te rías, estoy tratando de buscar un consejo, pero claro, mira a quién vine a pedírselo.
- Ey, ey, perdón, continúa.
- Nunca lo he hecho, con nadie.
- No puedes estar hablando en serio.- casi me obligué a mirarla y puedo jurar que mis ojos estaban hablando por sí solos.- ¿Estás hablando en serio, Aubrey?
- ¿Por qué mentiría con esto?
- Eso explica tu... Nada, olvídalo, tengo que ayudar y no ser una idiota.
- Gracias.- dijo, aunque sarcástica.
- Sólo díselo.
- ¿Qué? ¿Estás loca? ¿Qué pensará de mí?
- Que eres una loca de veinticinco años que nunca tuvo sexo.- respondí y la observé divertida.- ¡Es Jesse Swanson por el amor de Dios! Créeme cuando te digo que debes confiar en él.
- No quiero sentirme presionada a hacerlo, ¿entiendes? Quiero que sea algo especial.
- No tienes que sentirte presionada, nunca. Tú decides qué hacer con tu cuerpo, cuándo y con quién. Y si Jesse te quiere en verdad, esperará a que estés lista.
- Quizás estoy lista pero tengo miedo de no saber exactamente qué hacer... Sí, lo sé, parezco una niña, pero es que es la primera vez que estoy con alguien de la forma en que estoy con Jesse.
- No puedo enseñarte cómo hacerlo, si es lo que estás pidiéndome.
- ¡Beca!- me golpeó tres veces en el brazo y reí con fuerza.
- Pregúntale a Stacie, quizás pueda darte clases personales.
- Ok, se termina esta conversación.
- No, no, espera.- la detuve antes de bajarse de la hamaca.- Sólo déjate llevar.
- ¿Eso es un consejo?
- El mejor que recibirás. ¿Por qué no se lo contaste a Chloe?
- Pensé en alguien que no fuera tan explícita respecto a esas cosas. Ya sabes, Chloe, Stacie, Amy, no entran en esa descripción.
- Entiendo. Estará todo bien, te lo prometo.- di un salto de la hamaca y ella me siguió.
Fuimos a buscar a Chloe, estaba muy entretenida jugando con Elvis en el patio trasero, y su bolso estaba listo en la sala para llevar al aeropuerto cuando fuera la hora. Ya habíamos acordado con Nicole que dejaría la llave oculta en una maceta, ella llegaba a primera hora de la mañana y se encargaría del cachorro hasta el domingo de nuestro regreso. Aubrey se marchaba en un vuelo anterior al nuestro y Jesse iba a esperarla en Atlanta después. Todo estaba en orden, o eso parecía.
En el comedor que jamás había usado, estaba ese piano en el que invertí mis primeros ahorros, y sobre él descansaba el metrónomo que Aubrey me había regalado.
- Nunca te he escuchado tocar.- observó Chloe cuando nos vió observando el instrumento.
- Ni yo.- agregó Aubrey y se sentó en un posa pies que tenía al lado. Chloe ocupó la banqueta del piano y me invitó a sentarme también.
- ¿Puedes tocar algo ahora?- preguntó y me miró con dulzura.- Queremos escucharte.
- No puedo creer que me obligarán a hacer esto.- ocupé el espacio libre en la banqueta y toqué algunas notas para probar.- No puedo tocar sin cantar, así que aquí voy... Sólo unas cuántas notas.