Lo que dicen sus ojos- Bechloe

Lo haría todo por ti.

Hola, por fin estoy de regreso. Me tomé mi tiempo, me alejé de algunas cosas y hoy estoy mucho mejor que hace un tiempo. Volví a escribir, otra vez estoy tratando de regresar a mis cosas, de a poco, y está funcionando esto de tomarme las cosas con calma. Si alguien, en algún momento, necesita una señal, un comentario positivo, o lo que fuera para seguir adelante, quiero que sepan que lo van a encontrar en alguna parte, como lo encontré en sus hermosos mensajes y sus palabras de aliento. No los conozco, pero me dieron fuerzas para continuar. Así que gracias. Infinitas gracias. Les dejo un nuevo capítulo en agradecimiento.

-... En verdad creo que sería un aporte interesante y fundamental para el sonido que tengo pensado. Conozco a Jesse Swanson, es joven y con ideas modernas que pueden llevarnos a hacer de esta película una verdadera obra de arte. Por favor, no dude en considerarlo, no va a arrepentirse de hacerlo.

Había armado el discurso durante la mañana, mientras conducía mi auto hasta la oficina del director. Mi contrato estaba firmado, ellos me querían en el equipo y no dudaron en hacerme una propuesta que no pudiera rechazar. Sólo faltaba que confirmaran a Jesse, y ese no era un detalle menor. La película era una maravilla, no había desperdicio bajo ningún punto de vista, todo estaba armado para ir directo a las mejores críticas, y en verdad pensé que Jesse debía estar involucrado en el proceso. No sólo era una gran oportunidad para él, sino para todos los que estábamos en el equipo. Nadie conocía de su talento como yo, nadie sabía cuántas cosas enormes él podía aportar a una moderna y brillante película de amor y tragedia. No era un capricho, yo necesitaba que él fuera del equipo.
Dejé el tema por un momento, pues tenía que ir a la discográfica y empezar a trabajar otra vez. La sala donde grabaríamos los covers ya estaba lista, y era preciosa. Su acústica era fantástica, teníamos a mano todos los instrumentos, y la decoración era digna de un escenario para videos musicales. Había luces de ambientación y luces pequeñas como las de Navidad en todos lados. Todo estaba listo para empezar, aunque teníamos que definir los primeros invitados, y tratar de contactarlos. Había una lista, eran los posibles y cercanos, pero a esa lista podíamos sumar a quien quisiéramos. Famoso, no famoso, amigos, familia, lo que fuera. La idea era publicitar por medio de nuestro canal de YouTube, y eso no sólo era una idea emocionante, sino que era un enorme desafío. Además había presentaciones ya pactadas, eventos que debíamos cubrir, y una agenda de trabajo muy abultada. Tenía tanto trabajo por delante, tantas cosas en las que pensar y en las que poner todas mis energías, que no podía ver hacia atrás, a esos días donde estaba sentada en un escritorio de madera rodeada por otros veinte aspirantes a productores como yo. Era una locura. Y amaba que esa locura fuera mi vida.
Reuní a las chicas en casa esa tarde, y en medio de una conversación que intentaba ser informal, fui informando acerca de las próximas fechas, y les pedí que fueran organizando sus actividades para no colapsar. En especial las más chicas, que tenían algunas obligaciones además del grupo. Ellas estaban emocionadas, había encuentros con los fans que siempre estaban dentro de sus cosas favoritas en la vida, y la posibilidad de viajar por distintos puntos del país para presentar su material las llenaba de ansiedad. Pero había mucho por hacer antes de eso, ellas lo sabían y prometieron ayudarme para no enloquecer antes de hacer la mitad de todas las cosas que teníamos para hacer.
- Primero lo primero...- Alycia tomó la palabra y el resto escuchó.- El cover. Estuvimos hablando sobre eso con las chicas y vimos la lista de canciones que prestaron sus derechos ya, y tenemos decisión.
- ¿Ah, sí?- pregunté y me senté más cómoda sobre el sofá para escucharlas.
- Lionheart, de Demi.- respondió Reese y el resto mostró una sonrisa enorme.
- Wow, empezarán con todo.- les dije, y en verdad pensaba que esa canción era maravillosa para empezar.- Es una canción muy especial, tiene potencia y mucha personalidad.
- Y tú vas a ayudarnos a hacerla un poco más nuestra y menos Demi Lovato.- Tammin me señaló.
- Para eso estoy.- afirmé.- ¿Pensaron en su invitado especial?
- Bueno, fue una gran discusión y Reese casi me golpea con un zapato.- acusó Cierra a su compañera.- Pero creemos que Madilyn Bailey es una gran opción para interpretar esta canción con nosotras.
- Me encanta.- coincidí.- Es una gran elección. ¿Por qué discutieron tanto, Reese?
- Ese día estaba de mal humor.- se defendió la nombrada y las otras rieron.- Me encantaría recibir a Madilyn.
- Entonces, ¿está decidido? Porque mañana tengo que hablar con ella y arreglar todo.
- Si, decidido.- me confirmó Tammin.
- Perfecto.- anoté eso en mi agenda y las miré.- Otra cosa, estamos a lunes, y el viernes de la semana entrante tenemos esta presentación en la playa y quedaba confirmar en beneficio de qué sería el show. Hay una escuela de teatro en la ciudad, se cayó el techo del anfiteatro y perdieron muchas cosas. Ahí van a estar destinados el ochenta por ciento de las ganancias.
- Perfecto.- respondió Alycia.- Confiamos en ti para manejar esas cosas.
- Había algo más...- busqué en las hojas anteriores de mi agenda y fui tachando lo que ya habíamos hablado.- Ah, sí. Las convocan al show de Wendy Williams, el martes próximo grabarían el programa y ustedes serían las invitadas principales. ¿Lo confirmo?
- Yo ya estoy lista.- aclaró Reese.
- Igual yo.- se unió Cierra.
- No tengo ningún problema.- coincidió Tammin, y Alycia asintió con su cabeza.
- Confirmadas entonces.- dejé asentado por escrito y seguí leyendo para saber si había algo más.- Creo que eso es todo. Ahora, estuvimos viendo el enorme y rotundo éxito que tuvo el DVD con Little Mix, la gente no ha dejado de comprar el material desde que salió a la venta, y las críticas son fabulosas. Temas de números y ganancias lo manejan con sus representantes, así que eso no me compete demasiado a mí, pero sé que hay mucho en juego. Que eso no las desvíe del camino, ¿ok? Siguen siendo las mismas chicas llenas de sueños que tocaban en el garage...
- Lo sabemos.- Alycia sonrió luego de decirme eso, y supe que ellas en verdad lo entendían.
Chloe abrió la puerta, había estado en la empresa durante la tarde y recién estaba llegando a casa. El sonido de las llaves se escuchó en la sala, y las patas de Elvis corriendo a recibirla fueron lo siguiente. Había regresado a la casa una semana después del incidente con el cuadro de mi novia, y aún no lo habían echado otra vez afuera. Escuchamos como Chloe lo saludaba, y luego la vimos asomar su cabeza a la sala.
- Hola chicas.- dijo mientras se liberaba del peso del animal sobre sus piernas.- ¿Cómo están?- dejó sus cosas sobre el sofá mientras recibía el saludo de cada una de las chicas. Chloe estaba de muy buen humor, podía verlo en su sonrisa, en sus ojos brillantes, en la forma en que se movía. Se acercó y dejó un beso en mi cabeza, y se sentó a mi lado, en el posabrazos del asiento donde yo estaba.- Perdón, ¿están muy ocupadas?- preguntó cuando notó que estaba en medio de nuestra conversación.
- Ya habíamos terminado.- respondí.
- ¿Puedo preguntar qué haces en la Empresa Duhamel?- interrogó Reese.- Vivo cerca, y me encantaría saber cómo es todo por dentro.
- Soy fotógrafa, editora y trabajo de la mano de los organizadores en los eventos. De hecho, hoy me dieron una buena noticia y es por eso que tengo esta sonrisa idiota en mi rostro.- la pelirroja en verdad estaba muy contenta, y nos contagió a todas.- Justin Timberlake y Jessica Biel organizarán el cumpleaños de su hijo con nosotros, ¡y eligieron a nuestro equipo para cubrir ese evento!
- ¡Oh por Dios! ¡Es Justin Timberlake! - exclamó Cierra.
- Y Jessica Biel.- agregó Tammin.- Qué suerte tienes, Chlo.
- Estoy tan feliz que no puedo dejar de sonreír.- Chloe se desvaneció a mi lado en el sofá y me abrazó.- Que maravillosa forma de regresar a trabajar. ¿Ustedes qué hacían? ¿Van a quedarse a cenar? Puedo hacer algo rico para comer.
- Quédense.- les pedí.- Será divertido. Alycia y Tammin, puedo llevarlas a sus casas luego.
Fue una propuesta difícil de rechazar para las chicas, que además de tener adoración por los momentos en que estaban juntas, amaban compartir tiempo con Chloe y escucharla hablar. Nunca pude entender bien por qué, pero tenían mucho cariño por ella y siempre trataban de hacerla parte de nuestros proyectos o actividades. Nos reímos por horas, Reese no se cansaba de hacer bromas y comentarios estúpidos, mientras Cierra era la que se unía a sus juegos. Eran tan unidas y buenas amigas que me sentía orgullosa de formar parte de ese grupo. No había ni una sola gota de egoísmo en ellas, ni un poco de celos o malos tratos. Se querían y respetaban con todos sus altibajos, entendían que eran diferentes entre sí y por esas razones también entendían hasta dónde llegaba la paciencia de la otra. Por ejemplo, ninguna se atrevía a molestar demasiado a Tammin cuando estaba callada y pensativa, y ni hablar de abrazar mucho a Alycia. Cierra y Reese entendían que había que poner distancia con las más grandes, y sin embargo de vez en cuando les regalaban abrazos descuidados para demostrarles que eran amargadas y tenían el corazón frío. De igual forma, cuando la más chica venía de mal humor, podía hacer llorar a cualquiera con sólo una mirada. La más regular en cuando a su estado de ánimo siempre había sido Cierra, todavía no la conocía enojada o triste, ella era pura alegría y energía.
La cena que Chloe preparó, con ayuda de Alycia, fue deliciosa, y usamos el comedor como en cada una de las ocasiones especiales donde en casa eramos más de dos. Bueno, las visitas de Nicole no contaban. Ella podía sentarse en el patio a comer, sin ningún problema.
El papá de Reese vino en busca de ella pasadas las diez, y se llevó a Cierra con ellos. Tammin y Alycia se quedaron un rato más y luego salimos en mi auto a dejarlas en sus casas. Chloe nos acompañó, tenía ganas de salir y sentir el viento en su rostro. Dejamos a Alycia primero, y luego tuvimos que desviar para ir a casa de Tammin, que vivía más al centro de la ciudad, y en el camino nos contó cómo se habían conocido. Ella y Alycia iban a la misma escuela en primer año, sus papás eran miembros del consejo de padres de la institución y algunas veces habían coincidido en reuniones. Descubrieron que tenían cosas en común y empezaron a hablar, a pesar de que al año siguiente Alycia ingresó a otra escuela. La música las unió, empezaron a escribir y cantar, pero les faltaba algo, esa chispa que las otras dos aportaron más tarde. Las conocieron en una fiesta a la que Tammin había sido invitada y donde no conocía a nadie, ella llevó a Alycia para pasar el rato y se cruzaron a Cierra y Reese en la guerra de karaoke en parejas. Eran buenas, mejores que ellas, y lo demostraron ganando la competencia. Hubo un cruce de palabras al bajar del escenario, y terminaron la noche hablando de un proyecto musical que las involucrara a las cuatro. El resto era historia conocida. La dejamos en su casa, su madre la estaba esperando en la puerta y nos saludó cuando bajé el vidrio.
- ¿Sabes algo?- preguntó Chloe cuando emprendimos el camino de regreso.- Tengo antojo de helado de chocolate amargo con nueces.
- ¿Has visto la hora? ¿Dónde podremos conseguir helado de chocolate con nueces a esta hora?- reí, me parecía gracioso que ella tuviera ese antojo a esa hora de la noche.- Toma, busca algo aquí.- le pasé mi móvil para que pudiera encontrar algún lugar donde comprar.
- ¿Podrías recorrer la ciudad en busca de un helado para mí?- usó ese tono de niña para manipularme, y sonreí sin mirarla.- Sí, lo harías.
- Hunter nos invitó a su casa mañana, es su cumpleaños y va a hacer algo en la noche. Además me dijo que Eloise va a olvidarse de nosotras si no vamos a visitarla, y tiene razón.
- Estos días han sido una locura en verdad. Mañana trabajo media jornada así que no veo por qué no podríamos ir a festejar con amigos.
- Además es viernes al fin.
- ¿Tienes que ir a la discográfica?
- Sí, en la mañana.
- Dobla a la izquierda.- me indicó.- Bueno, mañana pasaré por ti para almorzar en la playa, ¿qué dices?
- ¿Algún motivo en particular?- tomé la calle que ella me indicaba y seguimos en camino.
- No sé hasta cuándo piensas seguir contando nuestros meses, pero yo pienso seguir haciéndolo. ¡Ya son siete meses, Bec! ¿Puedes creerlo?
- Ey tienes razón.- no estaba fingiendo, en verdad a veces me costaba saber en qué día vivíamos.- Un almuerzo en la playa suena bastante romántico.
- Muy Chloe Beale, lo sé.
- En el tercer mes ya me había acostumbrado, no te preocupes.- ella sonrió y siguió viendo el GPS.- ¿Debo seguir derecho?
- Sí, estamos cerca. En fin, estás a dos meses de ser mi relación más larga, ¿cómo te sientes con eso?
- ¿Estuviste nueve meses con el muñeco Ken?
- Ocho en realidad. No has respondido mi pregunta.
- Yo me siento bien al ser tu relación más larga, y estable, y quizás la persona más talentosa, brillante e inteligente con la que has estado alguna vez.- Chloe se mordió su labio inferior mientras sonreía.- Y debo decir que el honor es todo tuyo.
- Eres tan idiota.- ella rió y su mano izquierda fue a parar a mi pierna.- Olvidaste ese detalle en tu brillante descripción de ti misma.
- No deja de ser un honor para ti.- vi la heladería a unos metros, disminuí la velocidad y estacioné frente a ella.- Chocolate con nueces, un poco de vainilla para mí, y ¿salsa de fresa?
- Tú sí que me conoces.- Chloe se acercó a mí cuando me quité el cinturón de seguridad y dejó un suave beso en mi mejilla.- Te quiero tanto.
- Yo también, Chlo.- sonreí y abrí la puerta.- Espérame aquí, ya regreso.
Bajé del auto, compré el helado y lo llevé de regreso. Teníamos que ir a casa, no podíamos seguir dando vueltas porque la hora corría y al día siguiente ambas teníamos trabajo a la mañana. Compartimos el vaso de helado en la cama, mientras veíamos un reality, escribimos al grupo de las Bellas para saber como estaban, y salvo por Flo, las otras no respondieron, seguramente lo harían en cuanto empezaran sus rutinas en la mañana. No tardamos mucho en apagar el televisor para dormir, justo cuando el reloj marcaba que nos quedaban cinco horas hasta que empezara a sonar otra vez. Algún día iba a marcar las ocho necesarias, y ese día iba a sentirme orgullosa de seguir un consejo de Aubrey.