Chloe Siempre Fue Libre.

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La mañana en Nevada parecía una pintura, de las mejores, a través de la ventana de la cocina. Yo era la única que estaba despierta a esa hora, todos se habían quedado en la cama luego de una noche fantástica en familia, que se había extendido hasta las dos de la mañana.
Intenté no hacer ruido, y abrí la puerta para sentarme a ver salir el sol desde el jardín de la abuela. Era una mañana maravillosa, fría pero nada gris. El sol del amanecer aparecía detrás de las montañas, sus rayos empezaban a iluminar todo el campo, y a llenar de claridad cada rincón del lugar. Era bello, y sobre todo tranquilo. Estuve contemplando el paisaje por casi media hora en soledad, respirando aire fresco, tratando de apagar cualquier otro pensamiento, salvo alguno que fuera realmente bueno.
- Me perdí el show del amanecer.- la voz de Sarah me hizo asustar, pero automáticamente sonreí al verla. Traía en sus manos dos tazas con chocolate caliente y me alcanzó una antes de sentarse a mi lado.- Es una vista increíble, ¿no?
- Fantástica. No pude dejar de mirar este paisaje ni un momento.
- Es bueno para apagar la cabeza un ratito.
- Así es...- afirmé, y un sorbo de chocolate calentó mi cuerpo.
- Escuché una pequeña discusión anoche.- claro que ella había escuchado eso, cuando Chloe y yo discutimos en la puerta de la casa sin notar que su madre estaba realmente cerca.- Mi hija parecía molesta, y sé que ella puede ser realmente terca.
- Ella tenía razón. Quería ir a la cama, y le dije que yo me quedaría en la sala para que Dianna no sospechara, entonces todo empezó. Discutimos, ella se fue a dormir sola y no quiso escuchar explicaciones.
- ¿Tenías explicaciones?
- Anoche pensé que teníamos que enfrentar la situación, pero luego vi cómo ella y Dylan se ignoraban, y cuánto le costaba mantener una conversación con Dianna. No es ella, no es la Chloe que todos conocemos. No había necesidad de crear otro problema.
- Si me lo permites... Esa Chloe que todos conocemos está perdidamente enamorada de ti, y nunca tuvo que ocultarlo. Quizás eso es lo que causa más problemas ahora. La intolerancia, la homofobia, ese es el problema real, Beca.
- Sólo quiero que pasemos un buen fin de semana, que la mesa familiar sea tan divertida como la última vez.
- Digamos que Dylan quiera casarse con ella, y pasar el resto de su vida a su lado. Vendrán aquí a todas las reuniones familiares, quizás tengan hijos y ellos también vendrán a llenar la mesa. ¿Ustedes pasarán toda la vida ocultándose? No parece un plan muy bueno para ti, o para mi hija.
- ¿Qué es lo que está sugiriendo?
- Que hagas lo que hagas en la vida, no temas ocultarte. Siempre habrá alguien que te respalde, y aquí somos muchos.
- ¿Y qué pasará entre Dylan y el resto?
- Somos familia, la familia siempre encuentra la forma de salir adelante. Tú también eres familia, porque Chloe te eligió y luego nosotros te adoptamos. Sumaron una habitación luego de tu llegada, y hasta un caballo.- reí, ella tenía razón.- Noah y yo intentamos hacer lo mejor por nuestra hija, y el mejor regalo que pudimos darle fue la libertad para ser quien ella quiere ser. Ya la conoces, es transparente, no tiene vergüenza, es libre, sin miedos, impulsiva. ¿Has visto las golondrinas volar?- sonreí, pensé en el tatuaje que Chloe tenía en su piel, y asentí con mi cabeza.- No puedes tenerlas encerradas en una jaula. Tampoco a Chloe.- sólo moví mi cabeza, le di la razón y ella sonrió.- Hubo un día, cuando ella tenía esos pequeños descansos de las Bellas, que llegó a casa luego de que te fueras a Los Angeles y me di cuenta que estaba enamorada de ti.
- En verdad me gustaría escuchar esa historia.

Chloe llegó al departamento que sus padres alquilaban cerca del campus de la universidad el día sábado luego del almuerzo. Había pasado el viernes y el sábado a la mañana ensayando con las Bellas porque tenían una importante presentacion durante la semana y no querían fallar. Beca las había dejado, era la primera presentación luego de su partida, y todo se le estaba haciendo difícil.
- Mamá, papá, estoy en casa.- se anunció.- ¿Dónde están?
- Ven aquí, Chlo.- su mamá asomó la cabeza desde la última habitación y sonrió.- Tu padre salió hace un rato así que será una tarde de mujeres.
- ¿Cómo estás?- la pelirroja se dejó caer en la cama, al lado de su mamá, y trató de ocultar su cansancio.
- Yo muy bien, tú no por lo que veo.
- Ha sido una semana muy complicada para las Bellas, y estoy exhausta. Tenemos esta presentación en el teatro de la ciudad el viernes, y con los exámenes encima no podremos ensayar como nos gustaría, además Beca se fue y tengo que acostumbrarme a trabajar sin ella.
- Ya veo... Has tenido una semana movida.
- Demasiado...- se desplomó sobre la almohada, y suspiró.
- ¿Qué sabes de Beca? ¿Hablaste con ella?
- Su madre fue a ayudarla estos primeros días, y anoche ya estaba completamente instalada en su nueva casa. Es fantástico el lugar, me envió algunas fotos. Ella está muy contenta y entusiasmada.
- Y tú ya la extrañas.
- Muchísimo. ¿Tú crees que es egoísta de mi parte decirle que la necesitamos aquí?
- ¿Crees que la necesitan?
- Claro que sí, ella nos hace mejores. No puedo controlar a las Bellas, no puedo crear el sonido que ella creaba, no puedo guiar a Amy cuando está negada a trabajar, y Beca sabía cómo hacerlo. No puedo hacer esto sin ella, es frustrante.
- Puedes. Aubrey está aquí, Beca se ofreció a ayudar con el sonido desde allá, Stacie te está apoyando mucho, y Amy tiene sus días pero tú misma dijiste que ha sido de gran ayuda. ¿Y qué me dices de Jessica y Ashley? Han logrado hacer un excelente trabajo con la coreografía.- la mujer en verdad conocía a las Bellas porque siempre había sido muy presente con todas las cosas que su hija hacía.- Sólo tuviste una semana dura, eso no quiere decir que no puedes lograrlo.
- Beca me completaba.- admitió, llena de miedo, y aunque mantuvo la vista al techo, su madre pudo ver lo que estaba pasando. Chloe estaba llorando, no hacía falta ver sus ojos cristalinos para notarlo. Cerró sus ojos para evitar los de su madre, trató de escapar de esa realidad que estaba comiendo su cabeza y atacando todos sus pensamientos, pero fue inevitable. Las lágrimas ya no eran simplemente un aviso, habían empezado a caer por sus mejillas sin control, y entonces, sólo cuando entendió que no podía pararlas, lo soltó. Ese llanto contenido, esa angustia tormentosa, la frustración de no saber cómo haría para soportar la ausencia de su mejor amiga.
Su mamá estaba allí, en silencio, acariciando suavemente su cabello rizado y esperando que su hija pudiera sacarse de adentro toda la tristeza que sentía. Beca se había marchado hace ocho días, y desde entonces todo había sido diferente. Habían quedado muchas cosas para decir, muchos sentimientos obligados a permanecer ocultos, y un sinfín de abrazos que no se habían animado a dar. Y por eso Chloe lloraba. Porque Beca no sólo la completaba, sino que también era la única persona con la que deseaba estar cuando todo andaba mal.
- Ya, Chloe...- su madre se había acercado a ella, la tomó en sus brazos y trató de calmar su llanto.- Debes entender que Beca está muy bien, que está justo donde quiere estar. Ella le dio mucho de sí a las Bellas, y a ti. Ahora deben apoyarla y hacerle sentir todo el amor que necesita para salir adelante y cumplir sus sueños. Sé que las Bellas cambiaron cuando ella llegó, y que su aporte fue muy grande, pero eso no quiere decir que no puedan continuar sin su ayuda. Puedes hacerlo, aprendiste mucho y estás más que lista para asumir la capitanía de este grupo.
- No se trata de eso, mamá...
- Cuéntame entonces, ¿qué es lo que te preocupa?- Chloe se quedó en silencio, se sentó sobre la cama y miró a su madre. Le preocupaban muchas cosas, temía por muchas situaciones que podrían presentarse, pero respecto a Beca sólo se trataba de una cosa, y era la más difícil de admitir.
- Ya nada será igual. ¿Cuánto tardará Beca en olvidarse de nosotras? ¿Cuánto tiempo le llevará encontrar todo lo que siempre soñó y no regresar nunca más?
- Bueno, no puedo asegurarte que ella regresará, o que no encontrará nuevos amigos que van a hacerla sentir en casa. Es lo que ella merece, hija. Pero creeme cuando te digo que jamás va a olvidarse de ustedes y de todo lo que han pasado juntas. Ustedes también le enseñaron mucho a Beca en su paso por aquí, no podrá olvidarse de eso nunca.
- Pero ya nada será lo mismo. Ella y yo...- un suspiro acompañó ese amargo momento.- Ella y yo nunca tendremos otra oportunidad.
- ¿A que te refieres?
- Pasé mucho tiempo ocultando cosas porque estaba asustada de lo que podría llegar a pasar si las decía, pero ahora...
- ¿Ahora qué?
- Ahora ya no tiene sentido decirlas.
- Lo que sea que esté pasando por esa cabeza, o por ese corazón gigante que tienes, vale la pena decirlo.- un nuevo silencio llenó la habitación, y Chloe parecía estar pensando en mil cosas a la vez.- Pensé que sabías que debes decir todo lo bueno que sientes por alguien. Siempre lo hiciste, siempre fuiste muy transparente y decidida, no entiendo por qué ahora tienes tantas cosas guardadas. Lo veo Chloe, te están haciendo mal y llegará el momento en que no podrás ocultarlas más.
- ¿Qué sentido tendría decir todo lo que me pasa ahora?
- Quizás podría responder a esa pregunta si me cuentas lo que te pasa, aunque no tenga mucho sentido.
- Yo... Tengo todos estos sentimientos en mí, que son incontrolables, y...- Chloe miró a la mujer a su lado, fijó sus ojos azules en los de su madre y trató de decirle sin palabras lo que estaba sintiendo.- No sé si pueda decirlo alguna vez.
- ¿Por qué? ¿Estás asustada? ¿Sientes vergüenza? Dime lo que sientes, Chlo.
- Estoy aterrorizada de lo que pueda pasar, de todo lo que podría cambiar si dejo salir estos sentimientos.
- ¿Y prefieres seguir ocultando quien eres? ¿En verdad crees que mantener en silencio quien realmente eres es la solución?
- A veces es necesario, mamá.
- No será necesario siempre, alguna vez tendrás que hacerle frente a la situación. Tu papá y yo no criamos a una muchacha libre y hermosa para que viva ocultándose por miedo a lo que pueda pasar, eres mucho más fuerte que eso, hija. Lo sabes, siempre has sido auténtica y honesta, debes serlo ahora más que nunca.- Sarah se levantó de la cama, alcanzó de su mesa de noche una foto de Chloe en el kinder, vestida como la Mujer Maravilla.- Esta niña nunca tuvo miedo de ser una super heroína, aún cuando todas sus amigas escogían princesas para disfrazarse el día del desfile anual, ella quería ser la que salvaba el mundo y podía volar.
- Ya no soy esa niña...
- Es cierto, pero creo que olvidaste a esa niña en alguna parte.
Sarah supo que ese era el momento para dejarla en soledad, con el cuadro con su foto sobre la cama, a su lado, esperando que ella decidiera mirarlo y recordar todas las cosas que la hacían especial. Chloe no era ella esos días, y tampoco se animaba a ser quien quería ser. Todo se había marchado con Beca.

Lo que dicen sus ojos- BechloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora