Lazos.

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Las Bellas no tardaron en ordenar las cosas para la fiesta, pero sí tardaron bastante eligiendo el vestuario, el peinado, maquillaje. Yo no, tenía en mi armario un vestido blanco corto, que acompañé con una campera de cuero negra, y até mi cabello en una cola baja para dejar a la vista el trabajo de maquillaje fantástico que Stacie había hecho. Lejos de mis tonos oscuros, ella escogió un tono natural, claro, que resaltara mis rasgos y pusiera especial énfasis en mis ojos. Era buena para eso.
La fiesta parecía cosa seria, nada librado a la suerte, sino más bien pensado y trabajado por un par de días. Mis 'Revolutionaries' llegaron casi juntas, Alycia y Tammin con sus novios a quienes tuve el gusto de conocer. Mis compañeros, la mayoría hombres, se hicieron eco de la invitación y también llegaron por ahí para festejar. Jesse y Benji estaban agradecidos, estar en medio de tantas mujeres empezaba a volverlos locos.
Justin, el chico del que Nicole no podía dejar de hablar, llegó más tarde, siendo uno de los últimos en aparecer por mi casa, que en ese momento se había convertido en una verdadera fiesta. El patio trasero estaba irreconocible, había luces, pequeños sillones cuadrados, una mesa repleta de snacks, una barra caribeña donde estaban sirviendo todo tipo de bebidas, y una pequeña cabina para el DJ. Desde que había llegado, nunca había organizado una fiesta, y eso parecía ser una verdadera injusticia luego de ver lo lindo que quedaba el patio ornamentado y ambientado para recibir a mis amigos. La música fuerte, los vasos que iban y venían, el patio convertido en una pista de baile. Había algo en ese cumpleaños que era diferente a los anteriores, y todo tenía que ver con que por fin estaba viviendo la vida con la que siempre había soñado.
La mesa de beer pong fue ocupada rápidamente por Stacie, Jessica, Nicole y Jesse. No quería apostar por un equipo pero seguramente el conformado por Jesse y Stacie le daría pelea a las otras dos que se habían unido luego de algunos minutos de conversación.
Aubrey y Benji se habían mezclado entre el grupo de mis compañeros de trabajo, mientras Emily mantenía una buena conversación con Reese y Cierra, las tres más chicas de la fiesta, y las que estaban lejos de la bebida con alcohol esa noche. Chloe hacía el papel de animadora junto al beer pong, y había invitado a Justin a participar. Mi lugar en ese momento estaba junto a Tammin, las dos con cerveza en mano, observando a Alycia bailar junto a su novio, invitando a Hunter y su esposa a hacer los mismos movimientos. Coincidimos en que Alycia era una persona muy divertida cuando se relajaba, cuando paraba de pensar un poco y sólo se dejaba llevar. Además estaba acompañada de Hunter, un auténtico bailarín y amante de la pista. Nos acercamos a ellos, también queríamos unirnos a la diversión y al baile, a la risa que provocaba verlos hacer movimientos extraños sólo para divertirse. De a poco la música fue aumentando su volumen, y el resto salió a la pista, encabezados por una Stacie que había ganado buenas copas en el beer pong y ya estaba coqueteando con Louis, uno de mis compañeros de la discográfica.
Jesse y Justin mantuvieron una larga y muy interesante conversación junto a la barra. Las Bellas se presentaron con Tammin, Alycia, Reese y Cierra, se mostraron interesadas en su música y las invitaron a vencer la timidez y unirse a ellas en la pista de baile.
Los grupos que estaban separados, de repente empezaron a mezclarse. Mis compañeros invitaron varios tragos a mis amigas y sin darnos cuenta, no había nadie que no se conociera entre sí. Exactamente eso es lo que quería para mis amigos, y Nicole era una gran intermediaria entre la gente de Barden con la gente de Los Ángeles.
La música fue interrumpida por Chloe, que traía en sus manos un hermoso pastel de cumpleaños con bengalas de color y una vela en medio. El momento que más odiaba de mi cumpleaños, cuando todos estaban mirándome y cantando el cumpleaños, pero esa noche traté de mantener mi mirada en Chloe y olvidarme del resto. Ella estaba ahí, feliz, con su hermosa sonrisa para mí, y no pude pensar en otra cosa que no sea agradecerle por todo lo que estaba haciendo por mí.
- ¡No olvides tus deseos!- exclamó Nicole, y sonreí, me quedé de pie al lado de Chloe y cerré mis ojos para pensar. No tenía ninguno, no había nada que quisiera pedir. Y era increíble.
Sólo un año había pasado, y todo en mi vida había cambiado desde el último cumpleaños. Hacía un año había apagado una vela porque Chloe estaba al otro lado del teléfono obligándome. Estaba sola en la cocina de mi casa, sin planes ni ganas de salir, y extrañando como nunca antes a mis amigas, mi familia, y la universidad. Pensaba que estar en Los Ángeles era un error, que en realidad tendría que haberme quedado en Barden porque solamente podía hacer música para las Bellas. Pero no. Todo estaba tomando forma y yo todavía no lo sabía.
Abrí mis ojos y todos estaban ahí, toda la gente que me quería, con la que trabajaba cada día, los que estaban lejos pero siempre se mantenían cerca, mi vecina y buena amiga Nicole, las chicas del grupo que estaba produciendo, y Chloe. Mi linda y sonriente Chloe. Al apagar las velas no deseé nada, o quizás sólo pensaba en que todos ellos pudieran apagar las velas sin desear algo.
Chloe me observó con una gran sonrisa en su rostro, tomó mi cintura con una mano y me besó.
- Feliz cumpleaños Becs.- susurró y nuestras amigas se unieron con algún comentario sobre nosotras.
- ¡Fat Amy en la casa, aca-zorras!
No tuve que girarme siquiera para saber que ella estaba ahí, pero cuando lo hice me reí porque parecía que llevaba algún momento perdida por la ciudad. Se acercó y me envolvió en un abrazo fuerte, mientras gritaba en mi oído que me había extrañado y que no pensaba soltarme. Mi cuerpo pequeño no podía luchar contra ella así que tuve que dejar de luchar y esperar que me soltara para recibir a Chloe y al resto de las Bellas que querían saludarla. Bumper llegó luego, intentando ser el protagonista de una entrada triunfal, pero (como la mayoría de las veces) Amy era el centro.
Presenté a mi amiga con el resto de la gente, aunque era cuestión de minutos, o segundos, que ella fuera por su cuenta y empezara a hablar con todos.
Desde ese momento en adelante, todo empezó a parecer un descontrol que nunca iba a parar. Música más fuerte, bebidas por cada rincón, Stacie y Flo habían encontrado un excelente entretenimiento en mis compañeros de trabajo, mientras Jessica y Jesse se coronaron los reyes del beer-pong.  Aubrey y yo seguíamos siendo las "mamás del grupo", y a pesar de beber toda la noche, lo hicimos con moderación. ¿Chloe y Nicole? Las mejores compañeras de fiesta que cada una podía encontrar. Ninguna paró de bailar en toda la noche, y tampoco se alejaron mucho tiempo de la barra, por supuesto. Al final de la noche todos eran amigos, incluso Bumper.
Se fueron cuando el cielo empezaba a teñirse de naranja, excepto Hunter y su esposa que habían marchado un poco antes.
Nicole se llevó a Stacie y Emily a su casa porque allí tenía lugar; Bumper y Amy durmieron en esa especie de casa rodante que habían comprado; Jesse y Benji dijeron que la sala era suficiente para ellos; Jessica y Flo ocuparon la habitación de huéspedes; mientras Aubrey se quedó conmigo hasta que despedí al DJ.
- ¿Imaginas lo que hubiera pasado si esta casa tuviera piscina?- se preguntó justo cuando cerré la puerta.
- Proyecto X.- aseguré, y ella rió.- Disfruta el silencio ahora, mañana será un verdadero caos.- caminamos hasta la cocina, tomé mi móvil de arriba del microondas y observé que Flo y Stacie habían subido algunas historias a Instagram, pero era mejor no verlas.
- Fue una fantástica fiesta, claro que Nicole Duhamel tenía que estar involucrada.
- ¿Desde cuándo lo sabes tú, maldita nerd?
- Hace dos semanas, Chloe y Nicole organizaron todo desde Londres y nos llamaron para reservar los días. Me pareció una idea genial, ya que nunca habías organizado una fiesta en esta casa y eso no parecía justo.
- Dos semanas y nadie dijo ni una palabra... Son increíbles.
- Era una sorpresa, no podíamos decirlo. Además, debes aceptar que fue lindo.- me miró desafiante y sólo la ignoré. Nunca iba a aceptar algo en frente suyo.- Qué dura eres, Beca. Pero no importa, sé que estás muy feliz porque estamos aquí y celebramos tu cumpleaños en tu casa de Los Ángeles, como siempre quisimos.
- ¿Estás muy cansada?- pregunté y la miré con misterio.
- ¿Qué quieres?
- Hay un punto de la playa, a trescientos metros, donde el amanecer nunca se había visto tan hermoso. A juzgar por el color del cielo, el sol saldrá en menos de...
- Vamos.- me interrumpió, tomó una campera que estaba colgada en el perchero y abrió la puerta.
- A veces te quiero tanto.- murmuré, y salí por la puerta, la cerré despacio y decidimos que haríamos el camino a pie.
Eran trescientos metros, o menos, que recorrimos mientras los faroles de la calle se apagaban para dar lugar a la luz del sol. Las casas de la zona eran hermosas, no demasiado extravagantes, pero hermosas al fin. Aubrey había observado cada una de ellas, pensando que en algún momento quizás podría venir a instalarse cerca, con Jesse probando suerte en algún buen estudio. Era bueno pensar que ellos tenían planes, que estaban bien y que habían hablado sobre el futuro a pesar de llevar muy poco tiempo juntos. Era algo que yo no habría podido darle a Jesse, porque jamás lo había pensado siquiera, y se lo merecía como nadie.
Llegamos a la playa con los primeros rayos de sol apareciendo en el cielo, iluminando esa ciudad tan linda que ya se sentía mi casa. Las dos llevábamos nuestros zapatos en las manos, como aquella última vez que había estado por ahí, y elegimos el silencio por un momento para apreciar el paisaje, la naturaleza haciendo su trabajo. Elegí el silencio para recibir el último regalo de cumpleaños, un amanecer lleno de...
- Magia.- dijo Aubrey.- Esto parece mágico.
- Lo es, ¿no?
- ¿Estás feliz, señorita "odio las sorpresas Mitchell"?
- En realidad sigo odiando las sorpresas, pero estoy feliz. Nicole y Chloe organizaron esto, pero estoy segura que alguien se encargó de reunir al resto y esa eres tú. Así que, gracias.
- Nadie puede resistirse al encanto Posen. Además, todas necesitaban una excusa para volver a vernos, es una pena que no todas pudieran.
- Tendremos otras oportunidades, supongo. Por ahora, esto está bien para mí.
- ¿Puedo saber qué hicieron el resto del día? Nicole no quiso contarnos pero escuché algo de un bar temático.
- Mexicanos, por todos lados. Canté las mañanitas con un sombrero de mariachis.- comenté y ella rió con fuerza.- Fue fantástico, en verdad no podría pedir por un mejor día de cumpleaños.
- Las mañanitas... Con un sombrero de mariachis...- Aubrey tenía toda la intención de burlarse y para cuando lo entendí, golpeé su brazo y ella soltó otra carcajada.- Créeme, moriría por esa imagen tuya.
- Nunca pensé en hacerlo, te lo aseguro.
- Y entonces Chloe vino aquí para cambiar todo, ¿no? Esa amiga mía es lo mejor que puede pasarle a nuestras vidas. No sabes cuánto la extraño por allá, a veces, cuando necesito hablar con ella o invitarla a nuestras noches de amigas, te odio porque la trajiste tan lejos.
- Siempre estás buscando excusas para odiarme, Bree. Lo sabes, ¿cierto?- la miré y me crucé de brazos.- Pero viniste aquí, por veinticuatro horas, sólo por mi cumpleaños. Eso es algo que yo nunca haría por ti.- usé un tono juguetón en la última frase y me gané una mirada acusadora.
- Tú y yo sabemos que eso no es cierto. Es decir, pudiste decirle a Amy que te acompañara a tu caminata en la playa, pero me elegiste a mí.- sonreí, ella tenía razón y no iba a negarlo porque sería declarar una guerra sin fin entre nosotras.- ¿Has hablado con tus padres?- me sorprendió la pregunta, aunque Aubrey siempre había intentado sacar información sobre ellos.
- Papá llamó, él y Sheila se comunicaron temprano, antes de mi salida con Chloe. Y mi mamá incluso envió un regalo para mí. ¿Sabías que ella es una gran artista?- era la primera vez que hablaba de mi madre frente a Aubrey, y noté que su atención estaba totalmente puesta en mí.- Ella ha creado las más bellas pinturas que alguna vez vi en mi vida, pero tuvo un accidente y dejó de hacerlo cuando yo era una niña. Me envió una de esas ayer.
- Eso es asombroso, Beca. No sabía que ella pintaba. En realidad no sabía nada sobre tu madre.
- Kelly. Su nombre es Kelly. Tuvo un accidente cuando vivíamos en Seattle, perdió su capacidad motriz, y luego de una larga recuperación se fue a Canadá, para empezar otra vez.
- ¿Por qué nunca nos contaste eso?- había un gesto de compasión, y quizás algo de reproche.
- Porque hay temas más grandes detrás de esa historia. Y ya sabes cómo soy...
- Una idiota.- sutil forma de definirme. Al estilo Posen.- ¿Chloe lo sabía?
- No mucho antes de ti, si es que sirve de algo.
- Pero ella tiene la historia completa, ¿no?- la miré, mi seriedad se mezclaba con la sorpresa.- Es decir, qué pasó exactamente, cómo te afectó. La parte más humana de Beca Mitchell.- me hizo reír su gesto y acompañé mi risa con un golpecito en su brazo.- Me alegra que confíes en mí, aunque sea con una parte de tu historia.
- Mi mamá sufre trastorno bipolar.- confesé luego de unos segundos.- Ella y yo hemos luchado a lo largo de estos años para mantenerla a salvo, y también a mí. Me tocó visitarla en centros médicos mucho tiempo, porque no era seguro tenerla en casa.
- Beca... ¿Por qué nunca compartiste eso con nosotras? Sabes que siempre estamos para acompañarte y apoyarte en lo que necesites.
- Supongo que me obligué a mostrar la Beca que tenía todo en orden. Y quería resguardar a mamá.
- ¿De qué?
- Del dolor, supongo. De la mirada compasiva de la gente. Ella y yo caminamos este camino juntas, solas, no quería que alguien viniera y luego nos dejara como lo hizo mi padre.- Aubrey no emitió comentarios. Quizás hablar de mi padre era muy sensible incluso para ella, y trató de mantenerse al margen.- Claro que Barden cambió mi mirada sobre la vida, y aunque nunca les conté esto, sé que ustedes no se irán, malditas nerds.
- Gracias por contarme esto.
- Ahí tienes la parte humana de Beca Mitchell que querías.
- Eso no justifica tu actitud insolente.- sabía que ella bromeaba, pero me encogí de hombros como si no le diera importancia a sus continuos recordatorios de mi mala actitud.- Por cierto, tenías razón sobre el amanecer, nunca había visto algo tan hermoso.

Lo que dicen sus ojos- BechloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora