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Lo más sorprendente de la gira era que habíamos elegido lugares sin grandes ciudades, y sin embargo donde nos presentábamos, siempre estaba repleto. Nuevo México no fue la excepción, la gente fue cariñosa, enérgica, alegre, y cantaron desde el primer minuto hasta el último. Cierra ya había superado su cuadro febril para entonces, y pudo disfrutar muchísimo más del concierto esa noche. Se llevaron con ellas cientos de banderas, peluches, flores, y camisetas con inscripciones a casa, ni hablar de las cartas que recibían en cada parada. En esa oportunidad mamá pudo disfrutar mucho más, estábamos más relajadas, y ella también. Se dedicó a enviar fotos a Chloe, para que nos viera en acción durante un ensayo, y además quería hacerla sentir cerca. Ella ya estaba en Nueva York cuando nosotros partimos a Texas, donde teníamos el cuarto show de esa gira, y empezaba a contar los días para que regresemos a L.A.
Recorrimos Dallas en la primera mañana que estuvimos ahí, y Christina sugirió un pequeño tour que duraba casi cuatro horas, y que incluía un viaje al Grassy Knoll y al famoso trayecto en coche que marcó la historia el 22 de noviembre de 1963, cuando el presidente John F. Kennedy fue asesinado mientras iba en coche por Dallas. Era historia pura, y además un recorrido muy entretenido que disfrutamos mucho. Ahí no teníamos pensado el encuentro con los fans por falta de espacio donde realizar un evento que reuniera a tanta gente, así que las chicas estuvieron todo el tiempo predispuestas a firmar autógrafos y sacarse fotos con quienes se acercaban, y aún así, la gente fue muy respetuosa de sus tiempos libres. Nos dejaron recorrer todo sin problema, y cuando fuimos a almorzar nadie se acercó. Fue una gran oportunidad para relajarnos, y supimos aprovecharla. Yo me di tiempo para una conferencia con mis queridas Bellas, y después de un tiempo, por fin estábamos todas en línea a la misma hora. Chloe desde Nueva York, con Jessica. Aubrey en casa de Stacie. Emily en la casa de las Bellas. Amy en San Francisco, donde se había encontrado casualmente a Flo. Ashley en su casa, al igual que Lilly. Y Cynthia con su novia, a quien por fin habíamos conocido. Fue una gran conversación, nos reímos como si estuviéramos en la casa del Campus de Barden, sentadas en el comedor luego de un largo almuerzo el martes, cuando no teníamos ensayo ni clases. Emily estaba lidiando con un grupo complicado, y recibió algunos consejos del liderazgo duro de Aubrey, que obviamente no iba a seguir porque su temperamento era totalmente diferente. Yo le di algunos tips, algo de lo que había aprendido junto a ellas por dos años, y que siempre me había servido en un grupo tan diverso como el nuestro.
Amy estaba a punto de invertir en una cadena de hoteles, y había visto a Bumper en un club donde había quedado con Flo la noche anterior, así que estaba un poco alterada por eso. Flo estaba en San Francisco porque tenía algunos casos para atender, y había aprovechado para una Mini reunión de Bellas.
Chloe se había quedado a pasar la noche en el apartamento de Jessica, y estaban esperando a Troy para ir a pasear un rato. La pelirroja tenía que quedarse para una reunión al día siguiente así que tenían todo un día por delante.
Cynthia nos había presentado a su novia, Emma, pero ella ya se había marchado porque tenía que trabajar. Se notaba que estaban bien y estábamos felices por ella.
Lilly, quien en ese momento estaba bastante presente en la conversación, nos contaba que su vida era bastante aburrida esos días, y estaba buscando algo de acción. Aunque no sabíamos exactamente qué era la acción para ella.
Ashley se vio en problemas por primera vez desde que había llegado a San Diego, ya que estaban haciendo un recorte de personal en la empresa, y corría el riesgo de que no renovaran su contrato. Jessica le comentó que en donde ella trabajaba, había dos vacantes en gestión administrativa así que sugirió que enviara un currículo, y ella trataría de conseguir algo de información pronto.
Stacie había conseguido más horas en el hospital, y estar a cargo de pediatría parecía ser su lugar en el mundo. Tenía residentes nuevos, y eso sí la alteraba un poco porque no era buena enseñando pero estaba tratando de mantener la calma. Ese día estaba en su único día libre, y había invitado a Aubrey a un paseo en bicicleta en la mañana. Habían recorrido varios kilómetros antes de regresar a la casa, y según podía ver en sus rostros y en sus formas de hablar entre sí, habían compartido una conversación bastante seria. Aubrey nos anunció formalmente su renovación de contrato y todas la felicitaron.
Por mi parte, y como siempre, no hablé mucho, sólo me dediqué a escuchar, hacer comentarios para incomodarlas, y reír de sus ocurrencias. Chloe se sentía lejana por medio de una pantalla, pero al menos así podíamos vernos.
Emily me contó que una de las nuevas Bellas tenía un especial interés en liderar al grupo, y que hablaba constantemente de los premios obtenidos los años anteriores.
- Creo que le hablé mucho de ti y ahora está un poco obsesionada...- me confesó la actual líder de las Bellas, y por dentro quise matarla.
- Siempre hablas de más, Legado, siempre.- atacó Amy.
- Recuerda que fuimos diez personas las que conseguimos esos premios.- aclaré.- Y trata de mencionarme muy poco.- me seguía pareciendo exagerado el reconocimiento que ellas me daban, incluso Aubrey, quien había sido una de las mejores líderes de las Bellas. Emily ni siquiera había convivido conmigo y tenía esa obsesión con mi sonido y mi forma de trabajar.- Tú aprendiste de la mejor, así que debes seguir por ese camino.
- Gracias.- Chloe sí recibió el cumplido.
- Y si esa chica está tan interesada en liderar a las Bellas, dale la oportunidad de ser tu co- capitana y descubrir que no es una tarea fácil.- aconsejó Aubrey.- A Beca le costó asumir el control del grupo.
- Sí, claro...- dije irónicamente y el resto rió.- A ti te costó soltar le jefatura, Bree.
Siempre era divertido recordar esos días, y además ayudaba a calmar a Emily, quien a veces pensaba que nosotras no habíamos tenido problemas grandes al comenzar. Aubrey, Chloe y yo habíamos realizado un buen trabajo con las Bellas, pero yo no habría podido sin ellas nunca, sin ese amor incondicional por el grupo que me fueron transmitiendo de a poco, y por el concepto de familia que teníamos. Ahí estaba la clave, pero aunque nosotras se lo dijéramos mil veces, ellas tenían que vivirlo, sentirlo, y luego hacerlo parte. Eso tomaba tiempo.
Nos despedimos de a poco, y para cuando yo abandoné la conversación, sólo quedaban Aubrey y Stacie por lado, y Amy junto a Flo por otro. Cerré el ordenador sobre mis piernas, y suspiré. Siempre hacía lo mismo.
Mamá sólo levantó la mirada desde el otro lado de la habitación, y sonrió para luego seguir leyendo su libro.
- No olvides tus medicamentos, ya es hora.- le dije al mirar el reloj.- Yo voy a tomar un baño, luego podemos salir por ahí si tienes ganas.
- Creo que hoy voy a quedarme en el hotel, porque estoy bastante cansada. Pero si tú quieres salir y...
- No.- interrumpí.- Yo nunca quiero salir. Supongo que una película y servicio a la habitación serán un perfecto plan esta noche.
- Suena bien.
La bañera empezó a llenarse mientras yo sacaba mi ropa. Un baño de espumas era justo lo que necesitaba en ese momento, y era la oportunidad perfecta para relajarme y olvidarme, al menos por un rato, de todas las obligaciones que tenía. Un suspiro acompañó al ruido del agua cayendo cuando me senté, y cerré los ojos para dejarme llevar. Estaba cansada, pero no físicamente, sino que mi mente se sentía agobiada. Habían pasado muchas cosas esos días, había tenido que correr de un lado a otro para solucionar pequeños inconvenientes, tuve que hacer un esfuerzo muy grande para que todo saliera perfecto, y además no había tenido tiempo para dormir como se debía. Mi trabajo era hermoso, pero estresante, y extrañaba a Chloe como nunca antes. La extrañaba a ella y su falta de límites cuando se trataba de abrazarme, extrañaba su energía constante y su positiva forma de ver las cosas, extrañaba que se acurrucara en mi pecho cuando estaba en la cama, o que preguntara cada cosa que me tenía pegada a la pantalla de mi ordenador por horas. Su presencia radiante y enérgica, eso extrañaba de ella. Que me conociera como nadie, que supiera cuándo abrazarme, cuándo tomar mi mano, o cuando acariciar mi cabeza hasta quedarme dormida. Vaya que era difícil acostumbrarse a alguien de esa forma. Porque amaba mi trabajo, siempre había soñado con estar haciendo lo que hacía en ese momento, pero estaba acostumbrada a estar en casa, a la rutina entre esas paredes, a la comodidad y seguridad que me daba tener un hogar. Y todo tenía que ver con Chloe, y su particular forma de cambiarme la vida. Mi móvil tenía una foto suya de fondo de pantalla. Lo encendí sólo para verla, y sonreí. Radiante, explosiva, ella era toda una maravilla.

Lo que dicen sus ojos- BechloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora