Sí. Quiero.

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- ¿Puedo?- asomé mi cabeza por la puerta del salón, Chloe acababa de despedir al último de sus alumnos de ese día, y estaba sentada llenando algunos papeles.
- Becs, claro que puedes.- sonrió, como siempre, y abrió sus brazos para recibir mi abrazo.- Te desocupaste temprano hoy.
- Pedí el resto del día para estar contigo.- besé su mejilla y me senté frente a ella.- Dado que mañana saldré de gira otra vez, supongo que es lo que mereces.
- ¿Tienes planes?
- Nada fuera de lo común. Pasear a Elvis seguro, porque estuvo todo el día en casa, y luego dejarnos llevar.
- Me encanta cuando nos dejamos llevar...
- ¿Sí?
- Siempre terminamos en lo mismo. Ya sabes, desnudas, en la cama.
- O en la ducha. Como para romper un poco la rutina.
- Aunque la última vez fue en el sofá, si no me falla la memoria.
- Creo que tu memoria nunca sería tan mala como para olvidar eso.- ella mordió su labio inferior y siguió con sus papeles.- ¿Cómo estuvo la clase de hoy?
- Fantástica. Logramos llegar a esos agudos que parecían imposibles hace una semana. Y por cierto, tuvimos veinte nuevas inscripciones estos últimos días.
- ¿Veinte? Creo que necesitas una nueva maestra.
- Aubrey está trabajando en eso. Le pedí algo de ayuda y se comprometió a lograr la certificación para incorporarse al equipo.
- Aubrey...- recordé algo y Chloe rió.
- Sí, me dijo que olvidaste que irían a correr esta mañana.
- Va a matarme.
- No lo creo. Pero deberías cumplir tu palabra la próxima vez, o sino sí va a enojarse. También hablé con Nicole, la crucé de camino aquí esta mañana, y me dijo que hace un mes no te ve la cara, así que seguramente recibirás un mensaje suyo en estos días.
- Después de esta gira, prometo descansar un poco.
- Ey, cuatro discos, una película, y sesenta covers merecen un buen descanso. Estoy segura que las chicas lo entenderán.
- Sí. Ellas también necesitan un descanso de toda esta locura. En fin, ¿tomarás el resto del día también?
- ¿Y pasar todo el día contigo? Eso suena muy interesante...
- Lo será, te lo prometo.- me levanté de la silla y besé su frente.- Te veo en casa.
- Ok. Terminaré estos papeles y estaré ahí. Beca...
- ¿Qué?
- Te amo.
- Yo también, mi amor.- sonreí antes de irme, y ella también.
Habíamos tenido un último mes muy atareado. Revolutionaries estaba preparando la nueva gira que incluía México, Brasil, Uruguay, y Argentina. Nuestra música ya pasaba todos los límites del país y necesitábamos salir a conocer a todos esos fans que hacían posible el éxito en otras partes del mundo. Era una gira muy pretenciosa, pero ya no había vuelta atrás. De todas formas, mi trabajo había sido muy duro y sabía que luego de la gira me tomaría un descanso de los pesos pesados para estar en casa, visitar amigos, hacer un viaje con Chloe. Lo merecíamos. Ella había inaugurado una nueva sala en su escuela, y después de tres años desde su inauguración oficial, ya empezaba a ganar el reconocimiento que merecía. Eloise era una alumna, y pronto lo sería su hermano menor, David. Chloe adoraba a los niños, siempre trabajaba con ellos. Sus compañeros se hacían cargo de los más grandes, pero esperaban a Aubrey para que se encargara de los adolescentes y dejara a una profesora libre para los adultos.
Sin embargo, empezar el trabajo en la escuela no la hizo desistir de trabajar en sesiones de fotos, y dividía su semana en dos días para hacer fotos, y tres para la escuela. Las noches las dedicaba a editar, y el sábado sólo tomaba alguna que otra sesión en la mañana, porque el resto del día era nuestro. Estaba muy orgullosa de ella, de lo mucho que había logrado, pero más que nada me hacía feliz su felicidad. Su paciencia la había llevado a conseguirlo todo, y su talento y versatilidad iban a llevarla aún más lejos.
Manejé a casa con calma, típico de mis lunes en la tarde. En ese punto de la ciudad, y a diferencia de nuestra casa anterior, no había muchos vehículos y tampoco mucho movimiento. Había muchas casas grandes, y estaba lejos de ser un vecindario como el anterior. La nuestra estaba casi al final de una calle sin salida, estaba cerrada desde la vereda, y desde la calle no se podía ver su interior. Era enorme, realmente una mansión de ensueños, y me encantaba el jardín que habían armado para nosotras. Nuestros autos entraban cómodamente al garage, y quedaba espacio para unos dos o tres más. Ni bien bajar del auto tenía la puerta que me permitía entrar a casa, y ni bien ponía las llaves en el cerrojo, Elvis ya estaba saltando a la puerta.
- Ey, muchacho, calma.- le dije al entrar.- Ya estoy en casa. ¿Tú y Salem no se han atacado el día de hoy? Espero que no.- dejé mis llaves en un bonito adorno que Aubrey nos regaló y que colgamos en la pared, y fui directo a la cocina, tres veces más grande que la anterior. Salem, nuestro nuevo amigo, estaba sobre la ventana, esperando que alguien llegara.- Hola, amigo.- dije estirando mi mano para que él pasara su cabeza en forma de saludo. Era un gato que Chloe había encontrado una noche de tormenta, en medio de la calle, y aunque ella no era una gran fanática de los felinos, había encontrado una gran compañía con él.- Hoy hace un año que llegaste a casa y creo que no has hecho más que crecer y dormir.- serví un poco de alimento en su plato, y tuve que hacer lo mismo con Elvis o sino no lo dejaría en paz.- Hoy Chloe y yo tendremos una noche especial, así que espero que se comporten y no...- me vi interrumpida por el sonido de mi móvil, y descubrí que Aubrey estaba llamando.- Ya sé, olvidé ir a correr contigo hoy...
- Voy a dejar pasar eso hoy porque imagino que estás con muchas cosas en la cabeza, pero no te daré otra oportunidad.
- Lo siento.
- ¿Ya está todo listo?
- ¿Para qué?
- ¡Para la gira, Beca! Has hablado de eso por meses.
- Lo siento, estoy un poco distraída hoy.- puse el altavoz y fui a servirme un poco de jugo.- Sí, tenemos todo listo, las localidades agotadas en cada país, y una promesa de no dejarnos a nadie en el camino. ¿Tú estás lista?
- Sí. Es decir, es un poco estresante prepararse para un viaje tan largo en menos de veinticuatro horas, pero agradezco la invitación.
- Perdón. Esperaba que Chloe pudiera ir.
- Y soy tu segunda opción...
- Después de Chloe. Ese es un lugar muy importante, lo sabes.
- Escucha, no llamo para discutir si soy importante o no en tu vida, porque es obvio que no puedes vivir sin mí. Quería que me confirmaras que lo que dijo Jesse es cierto y no te arrepentirás.
- Tu novio debe aprender a quedarse callado.
- ¿Es cierto?
- Es cierto.
- Ay, creo que voy a llorar.
- No, no lo hagas. Sólo no digas nada, por favor. Al menos hasta que sea seguro.
- Pero acabas de decirme que es seguro.
- Lo es, pero deja que las cosas sean oficiales y no te emociones tanto aún.
- ¿Entiendes que ya estoy emocionada desde que Jesse llegó gritando a nuestra casa? Y ahora tú me dices que es cierto y que lo harás... Creo que voy a morir a causa de la emoción y tú me dices que no me emocione.
- Cálmate. Por favor, cálmate.- su exagerada reacción casi me daba risa, pero no me atreví a reírme de ella.
- ¿Después de la gira?
- Hoy mismo.
- ¡Aaaaaah!
- No grites, Aubrey. O voy a terminar la llamada.
- Perdón, no gritaré otra vez, pero sí voy a llorar.
- Dios...- suspiré, tomé el móvil otra vez y lo llevé a mi oreja.- Estaba tranquila, y tú me pusiste nerviosa.
- Estoy muy feliz, Beca, muy, muy feliz.
- Repito, intenta no decirlo a nadie. Las Bellas van a enterarse cuando sea oficial.
- ¿Cómo puedes pretender que guarde un secreto como ese?
- No lo sé. Ve a dormir hasta mañana si es necesario, pero que no se te ocurra ir por el mundo esparciendo mi secreto.
- Recuerdame que debo abrazarte muy fuerte mañana.
- A las seis en el aeropuerto, no llegues tarde.
- Nunca llego tarde. Bye.
- Bye.
Mi idea de invitar a Aubrey justo cuando Chloe supo que no podría asistir a la gira, ya empezaba a parecer una mala idea. Pero necesitaba una cara conocida a mi lado por tanto tiempo fuera de casa. Y Aubrey era una opción interesante. Un mes entero subiendo a aviones, paseando por lugares desconocidos, conociendo latinoamerica, y probando comidas típicas. Sí, Aubrey era la indicada. Marqué para hacer otra llamada, y del otro lado recibí respuesta rápidamente.
- Gracias a Dios no estas trabajando.- le dije.- Necesito de tu ayuda y nadie más que tú puede hacer lo que quiero. Para esta noche. No, no me mates, cuando sepas para qué es vendrás corriendo. Bueno, escucha...
Conseguí que Nicole cerrara la boca y dejara de gritarme por no pedirle antes las cosas, y pude contarle lo que necesitaba para esa noche. Me costaría caro, ella me lo haría saber cuando tuviera la oportunidad, y no desaprovecharia la chance de hecharme en cara ese día por siempre. Sin embargo accedió rápidamente a ayudarme, y yo sabía que así sería una vez que supiera el motivo.

Lo que dicen sus ojos- BechloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora