Capítulo 46: Todo rojo

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-¿Puede encargarse de comprobar si Faith está tranquila? Necesito tener una conversación con alguien.

-¿Ese alfa? -el ama de llaves le miró con ojos brillantes y Niall creyó que se le ruborizaba hasta el alma.

-Sí.

-Vaya. 

Louis acababa de irse y Niall sentía más que nunca la necesidad de hablar y aclarar cosas con Harry.  Tenía que conversar con él acerca de todo lo ocurrido desde que había llegado al pueblo.  Todo.

Era muy temprano.  El tren a Londres saldría en una hora.  Quizás debiera ir, aprovechar que Louis iba y llevar a Faith a la ciudad.

Pero antes necesitaba ver a Harry.

Bajó por la calle que desembocaba en la plaza.  Hacía un frío horrible, si la temperatura continuaba su tendencia descendente nevaría antes del final de esa semana.

El camión de reparto de harina estaba frente a la panadería.  Y allí estaba el otro omega que le había empezado a quebrar la cabeza, descargando sacos de harina envuelto en una especie de abrigo militar que le quedaba largo y un suéter grueso y de color gris que le llegaba casi por la rodilla.

Había gente haciendo cola para comprar las primeras barras, bollos y hogazas de la mañana y aunque desde el local llegaba un agradable aroma a pasteles y pan, las fosas nasales de Niall detectaron un único olor, que se sintió como un auténtico dolor físico.

El olor de Harry.

Ese omega olía a Harry.  Connor apestaba a Harry.  El olor del alfa salía de él y se intensificaba cada vez que se movía.

Niall nunca había llegado a comprender del todo e concepto de "lo vi todo rojo".  La gente decía esa frase constantemente.  Niall no podía entender eso.  Él era un hombre tranquilo que mantenía el control de sus emociones y sabía que podía aspirar a lo que deseara sin pelear con nadie, así que prefería evitar el conflicto ya que podía resolver todo con amabilidad, educación y su físico. 

Hasta ese momento.

Ni siquiera fue consciente de haber echado a correr hasta que estuvo frente a Connor y le empujó el hombro.

-¿Aún está en tu cama?

-No se de que cojones me hablas -Connor gruñó y enseñó los colmillos, que aumentaron su tamaño.

-Es obvio.  Emanas de ti la peste del alfa que te follas, no tienes el más mínimo sentido de la decencia.

-Horan... lo que yo haga con quien folle es mi problema.  No tuyo.  Ni de nadie.  ¿Entiendes?

-Seguro que... que ni te lavas para después poder presumir como un trofeo a tu putería.

Los ojos de Connor relampaguearon y sus pupilas se dilataron. 

Los enfrentamientos de índole territorial o de marcaje por sus alfas  no eran extraños entre los omegas.  Un omega no podía enfrentarse a un alfa en ese sentido, o no debía.

Pero con otro omega no era algo ajeno a su naturaleza.

Igual que los enfrentamientos y los brotes de agresividad ante provocaciones sacaban la parte más animal de los omegas.

Y así se sentía Connor.

Insultado.

La noche anterior había estado dando consejos al alfa de ese imbecil sobre cómo hacerle gemir y llorar de placer y ahora el se permitía el lujo de plantarse ante el, gritarle e insultarle.

El olor de Harry estaba impregnado en sus prendas.  En la ropa vieja que le había regalado para que no pasase frío, en la limosna que le había tocado aceptar porque no tenía ropa que le sirviese y el alfa que le había hecho a ese bebé y que debería estar cuidando de él estaba a cientos de kilómetros seguramente susurrando falsas promesas de amor en los oídos de otro omega.  Sabiendo que había dejado atrás a ese bebé. 

Necesitaba descansar.  Le mataba la espalda, levantar sacos le provocaba dolor de vientre, tenía hambre y frío y náuseas y quería que un alfa le abrazase y le cuidase, pero no precisamente el general.  Un alfa que le atrajese, un alfa que le amase.

Y se odiaba por desear eso, odiaba esa parte de su naturaleza porque él era fuerte, él podía solo con todo.

Y odiaba a Niall, por su modo de ser que encarnaba todo lo que le había hecho daño en esa sociedad y que siempre le había mirado por encima del hombro.

Odiaba todo en ese momento y quería llorar pero no delante de Niall, jamás.

-No necesito tus malditas sobras.  Si yo quisiera robarte al general... lo haría.  Sería tan fácil como chasquear los dedos, pero no quiero.  Y por algún motivo el te ama, así que deja de joderme porque acepté un poco de ropa usada y vete a otra parte con tus lecciones de moral.

Niall entrecerró los ojos y respiró hondo. 

-¿Ocurre algo? -el padre de Connor acababa de salir.  Niall fue entonces consciente de que toda la fila de gente esperando por pan les miraba. -¿le está molestando, señor Tomlinson?

-No.  Estoy bien.

-Entonces déjame seguir trabajando -murmuro Connor dándole la espalda.

Niall inclinó la cabeza para saludar al hombre mayor y se fue.

Acendrado ||Narry||Ziam||Omegaverse|| Historical-Fiction||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora