Acendrado ||Narry||Ziam||Omegaverse|| Historical-Fiction||

Capítulo 45: La vida por la patria

Hola!!!' Volví
He pasado tres días de vacaciones geniales pero estoy de vuelta❤️

Este capítulo está dedicado a AlexStylan , te amo demasiado, princesa.

Harry demoró mucho más de lo normal en su baño esa noche.

La primera demora consistió en la propia decisión de introducir su cuerpo en la pila.

Jugueteó con los grifos del agua fría y caliente.  Mezcló una y otra vez el líquido en la bañera, en ocasiones abría el tapón para permitir que se vaciase un poco y así poder dilatar la decisión de entrar.

Pero ya se le habían acabado las excusas y también empezaba a agotarse el tiempo, porque a la mañana siguiente tenía en mente un viaje a la ciudad para cumplir con sus otras obligaciones, básicamente todas aquellas que no incluían a ese omega de ojos claros que parecía consumir todo su tiempo y la actividad de su cerebro.

Se aseguró una última vez más de que estaba echado el cerrojo y metió su cuerpo en la bañera, salpicando levemente al hacerlo el suelo.

A veces le molestaba que su cuerpo fuese tan grande.  De algún modo sentía que eso imbuía sus movimientos de una cierta torpeza para nada agradable.

Cerró los ojos.

"¿Cómo te masturbas?"

Explicarlo había sido embarazoso.  No sabía cómo explicar que sus experiencias sexuales a solas se basaban en lograr correrse lo más rápido posible.

Pero Connor no se había reído.

Le había dicho que lo entendía perfectamente pero que a la hora de llevar las actividades íntimas al plano de una relación de pareja, eso debía cambiar y no solo por Niall, por él mismo.

Y la verdad a Harry le apetecía cambiar eso también.

Recordó cómo era en el frente.  Al principio le podía el pudor para todo.  Para orinar, para asearse y en general cualquier actividad que implicase una intimidad a la que estaba acostumbrado.

Recordaba las risas de los veteranos de otros conflictos cuando ellos, carne fresca y sangre nueva, fueron enviados y arrojados como si fuesen un sacrificio del pueblo para los dioses de la guerra.

La vida por la patria.

Esa expresión englobaba mucho más que la simpleza, la crudeza de morir. 

Cuando llegabas al ojo del huracán de la batalla, dejabas atrás tu vida tal y como la habías conocido y nada volvía a ser como antes.

"Tranquilos, en cuanto llevéis un mes aquí no seréis tan remilgados.  O cuando llevéis tres semanas sin poder daros una ducha, os meteréis en pelotas en un arroyo helado si es necesario para quitaros la mugre".

Creían que exageraban.

Que inocentes.

Recordaba su primera noche.  Los barracones, y la gente a su alrededor.  Algunos novatos como él no podían dormir, rezaban oraciones como autómatas o lloraban o solo miraban el infinito.

Los veteranos eran otra cosa.

Dormían porque había que aprovechar cada minuto que se pudiese para descansar.  Hombres y mujeres, los alfas y los omegas que por las razones que fuesen estaban allí dormían juntos y la gente no tenía problemas en hacer lo que fuese necesario.

Ese día el rancho habían sido alubias y la habitación olía fuerte y pesado por los gases de los demás, y a Harry le dolía el abdomen como si mil agujas le estuviesen atravesando pero no se tiraban gases si no era un aseo.

También se escuchaban gemidos de gente aliviando su necesidad sexual en la misma sala que todos los demás.

El no haría eso.

Cuando acudió a las duchas por la mañana, muchos le palmearon y le animaron a aprovechar ahora que aún había ducha.

La gente entraba y salía desnuda frente a los demás olvidando la vergüenza.

Agarro su toalla y se dio la vuelta.

Aguantó dos semanas hasta que su hedor le empujó a hacer como los demás.

No, entregar la vida no era sólo morir por la patria.

Y aún sobreviviendo, parte del soldado siempre quedaba allí, en la zona de guerra.