Acendrado ||Narry||Ziam||Omegaverse|| Historical-Fiction||

Capítulo 50: Un nuevo doctor en la ciudad

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Louis se sentó en la oficina que había alquilado para las entrevistas y reuniones con los abogados.

Dominick no había podido acudir con él ese día y eso le molestaba en el sentido de que el proyecto era el sueño de los dos, y le gustaba el hecho de estar construyéndolo en común en todos los sentidos.

Y ese día iban a entrevistar a posibles aspirantes a los puestos de doctores. 

Pero la abuela de Dominick se había sentido indispuesta.  Era poco más que un resfriado, pero Louis tenía que afrontar algo tan serio sólo.

Tenía varios aspirantes que le gustaban, aunque resultaba difícil encontrar personal cualificado que no estuviese demasiado traumatizado por labores en el frente como para poder volver a realizar labores de medicina más tradicional.

Ya casi estaba a punto de irse cuando entró otro aspirante.

-Pasa, por favor.  Siéntese y cuénteme porqué le interesa trabajar con nosotros y que puesto le interesa más, así como que puede aportar a nuestra clínica.

El hombre era un alfa de facciones clásicas.  Alto y con cierto aire imponente, vestido de modo sencillo y pulcro, zapatos negros brillantes y abrigo gris.  Militar. 

-Me llamo Ethan Wellington.  Probablemente no le interesará lo que tengo para ofrecer pero no podía desaprovechar la oportunidad de un trabajo relacionado con lo que de verdad es mi vocación y para lo que estudié.

-¿Qué tal si conversamos y eso lo decido yo?  Me llamo Louis Tomlinson.

El alfa sonrió y le dio la mano.

-Soy estadounidense.  Me licencié con honores como médico en una Universidad Militar, estaba a punto de comenzar una especialidad en obstetricia cuando estalló la guerra.  Me dio tiempo a realizar un año de especialidad en pediatría e iba a cambiarme a obstetricia, mi vocación real, cuando un montón de japoneses cabreados sembraron de bombas Pearl Harbor y truncaron mi sueño.  Así que mi verdadera especialidad es arreglar y remendar cuerpos heridos en la batalla, comprobar constantes vitales, realizar amputaciones de emergencia y cosas así. Todo por la patria.

Louis sonrió con tristeza.

-¿Es bueno entonces en situaciones de emergencia?  Mantiene la sangre fría y puede realizar con rapidez suturas, cortar hemorragias...

-Puedo realizar suturas si no son largas.  Y si el que va a llevarla no es muy tiquismiquis con la cicatriz posterior.  Mi servicio a la honorable causa de la libertad se premió con una lesión traumática grave cerebral.  Estaba realizando primeros auxilios a civiles atrapados bajo escombros. Un niño pequeño, casi desnudo, muerto de frío, estaba preguntando por su madre.  Le dejé mi chaqueta y mi casco para que se pusiera a salvo. Entonces, un cascote se desprendió y me golpeó en la cabeza.  El traumatismo fue grave y como consecuencia si fuerzo la vista o trató de concentrarme mucho o durante un tiempo prolongado en algo sufro temblor en las manos y dolores de cabeza.  A veces sufro movimientos involuntarios de las manos o algún pie.  Nada grave como para que mi pensión fuese más alta que una mierda por pocos años en el ejército.  Pero si como para que nadie quiera contratar a un médico que no puede realizar operaciones o curas de emergencia.

-Entonces diría que sus virtudes son una buena formación, interés en formarse, generosidad y capacidad para mantener la frialdad en situaciones de emergencia.  Podemos contratar más cirujanos pero usted es un médico de raza.  Contratado.

-¿Está usted bromeando?

-Abriremos la clínica en una semana.  Será mejor que me acompañe si quiere elegir la mejor de las seis pequeñas casas cerca de la clínica que hemos habilitado para que los doctores tengan acceso a un alquiler económico. 

-Por supuesto.  Por supuesto, iré con usted hoy.

-Trátame de tú y llámame Louis.

-Yo soy Ethan.