25. Consecuencias

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Narra Kisuki.

Todo era oscuridad, no podía ver ni escuchar, tampoco sentir nada. Tan solo recordaba un rayo blanco y yo interponiendome para salvar a Rose.

De repente sentí una presión cálida en mis labios y todo se iluminó. Por fin pude ser capaz de abrir los ojos y ví a Adrien alejándose, él me había besado... Un momento...

Algo apretaba mis muñecas, podía escuchar el sonido de cadenas mientras mi cuerpo era cubierto por una luz blanca.

Adrien... ¿Qué fue lo que hiciste?

Poco a poco, sentir como mi cuerpo se hacía mas grande, ¿Que me había pasado? No lo sé, pero primero debo de saber porque Adrien me besó.

Mi cuerpo dejó de brillar y un entumecimiento me llegó de golpe, haciéndome soltar un quejido.

  — ¡Kisuki, volviste!— Bajé mis orejas a tal punto en que estas se pegaron a mi cabeza al escuchar el fuerte grito de Rose.

— Vaya, funcionó.— Escuché murmurar a Juleka.

¿Quien mas esta aquí?

— ¿Que... fue lo que pasó? 

Juleka y Rose me explicaron que una chica akumatizada me convirtió en una niña y que no las recordaba, también me contaron me no podía controlar mis poderes mientras estaba convertida, pero que por suerte nadie vio mis orejas y cola gracias a que Chatnoir me había traído a mi apartamento. Juleka omitió la parte en la que el me besaba, pero esa parte yo la recordaba, Adrien no había dicho ni una sola palabra mientras las chicas me ponía al tanto, ya hablaré con él...

  — Bueno, ya que volviste a la normalidad es hora de irnos.— Habló Juleka y técnicamente arrastro a Rose con ella, quien parecía empeñada en querer quedarse. 

Suspiré cuando escuché la puerta del departamento cerrarse.

  — Kisuki, yo...— Antes de que terminara de hablar, di media vuelta y lo golpee con todas mis fuerzas, estrellándolo contra la pared que quedó casi destrozada por el impacto. 

Llevé mis manos a mi mejilla derecha al sentir un fuerte ardor, incluso podía sentir como un liquido se escurría por mi labio, era mi sangre.

  — ¿Por qué lo hiciste?— Susurro con la mirada baja.

Esto no puede estar pasando, no había llegado hasta aquí solo para que me atrapara un débil humano. 

  — ¡Kisuki, ¿Estas bien?!— Preguntó Adrien preocupado al ver mi rostro.

Alce la mirada y le gruñí.

— ¡Estoy de maravilla maldita sea! ¡¿Como no puedo estar feliz?!— Grite en llamas, literalmente.

Estaba enojada, furiosa, tenia que destruir algo pronto. Adrien miró asustado como una mariposa negra se acercaba a mi, pero quedó hecha polvo por mis llamas.

—E-el akuma, Kisuki...—Mis llamas crecieron mas a tal punto que se activó la alarma contra incendios e inundó todo el lugar.

  — ¡Por los mil demonios, lo que faltaba! — Grité alzando mis manos, gruñí de nuevo, estaba empapada, Adrien igual.

  — ¡Kisuki, cálmate!  — Mi cuerpo entero quedó paralizado, de pronto no podía hablar, ni moverme, él lo notó.

No, las palabras...

  — Las palabras de poder.— Me dejó caer de rodillas y suspiró por no se cuanta vez en el día.— Adrien... baka.

  — Kisuki, ¿Que pasa? ¿Que está pasando?

— Me besaste Adrien, eso fue lo que pasó... Ahora soy tuya. 

Un gato y un demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora