24. Error

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  — Un akuma atacó a esta chica, lo que provocó que e volviera una niña pequeña. Además, por alguna extraña razón le salieron esas orejas y cola y...— Estaba a punto de entrar en pánico, hablaba cada vez mas rápido y Rose y Juleka parecía querer echarse a reír. 

¿Que pasa aquí?

  — No tienes que explicarnos nada.— Dijo Rose con una sonrisa. 

¿Enserio?

  —Kisuki ya nos había contado sobre ella. Eso incluye saber sobre el origen de sus orejas y cola de zorro.— La maneja en la que Juleka lo dijo, como si no fuera nada anormal o sorprendente me dejó sin palabras.

¿Entonces Kisuki les había confesado que es ella en realidad?  

No pude evitar sentirme un poco mal, Kisuki confiaba en ellas, pero no confiaba en mi lo suficiente como para hablarme de ella. Lo admito, les tenía  un poco de envidia.

  — Oh... Em... Eso esta bien. Ahora, diganme que es lo que le ocurrió.

Rose bajó la mirada con tristeza.

  — Cuando llegamos al apartamento ella comenzó a gritarnos y a cubrir su orejas, no entendíamos nada de lo que decía... De repente cayó al suelo y cuando nos acercamos y tocamos su frente nos dinos cuenta que estaba ardiendo en fiebre y la trajimos aquí.—Juleka terminó de contar la historia y cambió el pañuelo en la cabeza de Kisuki por otro.

  — Regresará a la normalidad, Ladybug y tú derrotaran al villano y Kisuki se pondrá bien, ¿Verdad?— Rose no dejaba mi mirarme, quería que respondiera que si, que eso pasaría y que Kisuki volvería a la normalidad, pero no era así. 

  — El akuma se rindió antes de que siquiera lucháramos contra el, Ladybug no utilizó su poder y no puede regresarla a la normalidad.— Apreté mis manos en puños y suspiré derrotado.— Ella está buscando una forma de regresarla a la normalidad. Hasta entonces...

  — ¿Pero que es lo que tiene? ¿Por qué enfermó de repente?

— No lo sé...— Lo pensé unos minutos, nadie podría saber lo que le pasa, tal vez algo tenga que ver con que no es humana. Rayos, ni siquiera se que es ella con exactitud, excepto ella y... Lo tengo.— Se quien podría decirme algo... Pero, necesito destransformarme para preguntárselo y no puedo revelarles mi identidad. Les pido por favor que me dejen solo con ella por unos minutos.

Ellas cruzaron miradas, después asintieron y salieron de la habitación sin decir ni una sola palabra. Me destransformé una vez que puse seguro en la puerta, Plagg salió volando y me pidió un poco de queso, le conté lo que pasó.

—Eso es un problema.—Comentó cuando termine de relatarle.

—No sabemos lo que le pasa a Kisuki, no creó que haya sido el rayo que la volvió una niña, tal vez...

—Convertirla en una niña fue el problema.—Dijo acercándose a ella.

Estaba inconsciente, pero aún así se removía débilmente. Su rostro estaba mojado del sudor.

—¿A qué te refieres?—Pregunté al no entender lo que me había dicho.

—Ella es un ser muy poderoso, tanto que ese pequeño cuerpo no resiste tanto poder en su interior.—Me alarmé al escuchar sus palabras.

Eso significa que si no regresamos pronto a la normalidad a Kisuki ella podría...

**

—... Y es por eso, su cuerpo no resiste su propio poder.—Terminé de explicarle a las chicas el estado en el que se encuentra Kisuki.

Rose parecía estar a punto de romper en llanto, estaba muy preocupada por ella, al igual Juleka.

—¡Iie!—El grito de Kisuki nos alarmó, comenzó a removerse con más fuerza mientras de su cuerpo emanaba humo.

¡Sus poderes!... Esto se está saliendo de control.

De un salto, llegué hacia donde Kisuki y la abracé, gruñí por lo bajo, esto quemaba, dolía mucho pero no la soltaría.

  — Tranquila.— Hablé con suavidad cerca de su oído, ella dejó de removerse tanto y sus jadeos disminuyeron un poco. — Todo va a estar bien.— Y bese su frente.

Sorpresivamente ella se tranquilizó y volvió a quedarse quieta, ya no tenia fiebre, suspiré aliviado mientras la dejaba de  nuevo en su cama y me alejaba un poco. Parpadee un par de veces al ver la sonrisa amplia de Rose, sin saber porque mis mejillas comenzaron a arder.

— Ya se cómo puedes ayudarla.— Dijo Rose con una sonrisa que comenzó a aterrarme.— Vimos como el humo dejaba de salir del cuerpo de Kisuki cuando besaste su frente...

— ¿Eso pasó?— Reí, nervioso, mas cuando Rose comenzó a saltar.—No lo noté.

  — De alguna manera lograste estabilizar los poderes de Kisuki.— Comentó Juleka sin mirarme.— Tal vez tu seas la clave para devolverla a la normalidad.

— Tal vez si la besas... Volverá a ser la Kisuki que conocemos.  — Sugirió Rose con un ojo cerrado. 

  — No... Creo que eso sea una buena idea.— De echo era una mala idea, una muy mala idea, pero por muy extraño que pareciera esa idea no me desagradaba, tan solo me avergonzaba un poco.

— No perdemos nada con intentarlo.— Insistió.

**

Conté mentalmente hasta tres antes de juntar sus pequeños labios con los míos.

Me separé al ver como el cuerpo de Kisuki comenzaba a brillar y abría los ojos lentamente.  


Un gato y un demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora