14. Gracias

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—Rose, Juleka, será mejor que nos vayamos.—Prácticamente las arrastré fuera de la fiesta cuando Marinette y Adrien se alejaron peleando al techo del edificio.

—Es otro villano.—Aclaró Juleka.

—Kisuki, tú puedes ayudar a Ladybug y Chatnoir. Después de todo eres...

—Ellos se las pueden arreglar sin mi, Rose. Recuerda lo que te dije, no puedo pasar desapercibida si me pongo a jugar al súper héroe.

Vimos como cientos de catarinas volaban alrededor del edificio y después como dos figuras de alejaban en diferentes direcciones.

—Derrotaron al villano, podemos volver a la fiesta.—Antes de que replicara Rose nos arrastró a Juleka y a mi de nuevo al lujoso edificio.

Al entrar de nuevo nos llevamos una pequeña sorpresa, era hora de hacer macarrones.

**

Dejé la bandeja con los macarrones que yo hice junto a los de Rose.

Los míos eran color lavanda y los de Rose eran rosa.

—Ugg, estos están muy grasosos, incluso puedo ver mi reflejo en ellos.—Escuché el comentario de Chloe sobre los macarrones de Milene. Después miró los de Marinette.—... Sin comentarios.-—Sin que Rose se diera cuenta me puse detrás de ella y fulmine con la mirada a Chloe.— Ya que...— Llevó uno de los macarrones de Rose a la boca y frunció el ceño al saborearlo.- Mejor suerte para la próxima.— Pasó de largo sin siquiera ver los macarrones que yo había echó, pero no me importó en absoluto.

— Rose, ¿Estas...?

—Estoy bien.- Sonrió tiernamente.—Gracias por hacer que Chloe probara mis macarrones.

Abrí los ojos sorprendida, así que se dio cuenta...

— Los macarrones quedaron deliciosos.—Sin que me diera cuenta Juleka ya había comido como 5 de mis macarrones.

—Eh.. Gracias jeje.—Reí apenada.— Si les soy sincera es la primera vez que cocino este tipo de comida.

— ¡Estas deliciosos!— Dijo Rose con sus manos en sus mejillas.

— ¿Puedo comer uno?— Doy un salto en mi lugar al sentir la voz de Adrien muy cerca de mi oreja.

—¡¿Por qué te apareces así de la nada?!—Me obligué a mi misma a calmarme y suspiré.— Ya, comida no se le niega a nadie. Anda, antes de que Rose y Juleka se los coman todos.

Al escuchar su nombre, Rose levantó la cabeza, tenía las mejillas levemente sonrojadas y tenía trozos de macarrones hasta en el cabello, quien sabe porque...

—Tienes suerte.—Tome el último macarrón que quedaba en la charola y se lo dí a Adrien.

No pude evitar reír al ver la cara sonriente de Adrien viendo el macarrón, parecía un niño pequeño al cual le dieron algo precioso. Poco después de llevárselo a la boca dejó de reír y sus mejillas se sonrojaron.

— Esta... Delicioso.

—¿G-Gracias?

— Kisuki, ¿Quien te enseñó a cocinar tan bien? ¿Podrías enseñarme?—Oh no... Esos ojitos de cachorro abandonado de nuevo.

— Claro Rose.— Sin poder evitarlo abracé a Rose, quizás con un poco mas de la fuerza necesaria. —Hace unos años mi hermano se dio a si mismo la tarea de aprender a cocinar, y me enseñó a mi también.

— ¿Tienes un hermano mayor?—Preguntó Juleka.

Asentí soltando a Rose de mi abrazo.

— El esta en Japón, tal vez venga a visitarme... Aun no estoy segura.

Unos suaves toques en mi hombros me sacaron del trance en el que estaba.

—Kisuki, ¿Podemos hablar?—Antes de que le contestará ya me estaba arrastrando a una de las esquinas menos habitadas del hotel.

—¿Que quieres, Adrien?

—Gracias.— Su respuesta me sorprendió.

¿Que?

—De... Nada.—Respondí confundida.

El rió levemente, llevando su mano cerca de su boca para acallar un poco su risa. Levantó la mirada y sonrió gentilmente.

Por alguna extraña razón sentí mi rostro arder.

—Tengo curiosidad por saber quién eres en realidad.—Confesó.—¿Acaso un ser de otro planeta?

Narra Adrien.

Las mejillas de Kisuki se tiñeron de rojo nuevamente, pero esta vez por el enojo, o eso fue lo que deduje al ver su ceño fruncido y sus ojos matandome con la mirada.

Quizás... No debí decir lo último.

—No soy un maldito extraterrestres, rubio tonto.—Se cruzó de brazos y apartó la mirada.

—L-lo siento.—Balbuce, en un intento por disculparme con ella.

Sorpresivamente ella suspiró bajando la mirada.

—La curiosidad mató al gato... Y tú eres un gato bastante curioso. Ten mucho cuidado.—Levantó la mirada, en su rostro se había formado una sonrisa un tanto burlesca.—Gatubela

—Ese es un buen apodo.—Dijo Plagg, asomando su cabeza fuera de mi chaqueta blanca.

Cuando Kisuki lo vió abrió los ojos como platos y pronunció algo en japonés que no logré decifrar.

—Claro que no, soy un kwami.—Le aclaró Plagg.

Al parecer el si logró entenderla.

Regañé a Plagg para que volviera a esconderse bajo la mirada de asombro de Kisuki.

—Kisuki... —La llamé.—Quería preguntarte si podrías ir a mi casa mañana después de clases...

Después de estar unos segundos en silencio y con la mirada en ¿Chloe? Bueno, eso es raro.

—Iré... Si me hacer un favor.—Asentí despacio, asimilando el hecho de que no fue tan difícil pedirle aquello como pensaba.—Ve con Nino y pídele que vuelva a poner una canción lenta, después invita a Chloe a bailar.

¿Qué?

—¿Qué planeas?

—No es nada malo. Confía en mí.


When no vienen tus profesores y te pones a dibujar :v

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Tomatito-chan y yo nos vamos

Chau chau

Un gato y un demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora