34. Huir

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Estoy seguro de que tus padres estarían orgullosos de ti.Habló Adrien después de estas unos minutos en silencio.Te haz vuelto en una chica increíble, con un buen corazón.

 Ese es el problema. El problema es mi corazón... —Estos sentimientos, son un error.—Tengo que regresar a ser la kitsune que escapó de Japón para salvar su vida. Tengo que volver a ser alguien sin sentimientos...

—¿Por qué dices eso? ¿Es por haber recordado a tus padres?

No... Es por haberme dado cuenta que me enamoré de un humano. De alguien que está enamorado de una chica de su misma especie.

—Me iré.—De repente, eso me pareció la única solución.—Voy a regresar a Japón. Así volveré a ser la de antes.

—¿Qué? ¿Irte?—Él no pareció tomar mi decisión muy bien.—Pero...

Tengo que alejarme de ti, de estos sentimientos. Es por mi propio bien.

—No tengo opción.—Me levantó de golpe, enterrando mis garras en la palma de mis manos.—Es lo mejor.

—¿Te irás por recordar a tus padres?—Desvié mi mirada. No, no es por eso.—No hay ningún problema contigo, Kisuki. Tus sentimientos y emociones son lo que definen quién eres. Las personas que te criaron debieron de estar orgullosos de tí, de cómo a pesar de no ser humana como ellos compartías el cariño que ellos te tenían. ¿Realmente quieres irte?

—Esa no es la única razón.—Onegai, mantente callado. No digas nada más, no quiero que...

—Dimelo, Kisuki, dime la razón.

Dejé escapar de lo más profundo de mi garganta un grito de frustración.

Maldita sea, siempre has sido así. Desde que te conocí. Siempre con esa curiosidad que ha hecho que sepas la verdad sobre mí, sobre mi pasado.

—¡¿Quieres saber la razón?! ¡Pues bien¡

Tomé el cascabel dorado de su traje y lo atraje hacia mí. En cuestión de segundos sus labios y los míos chocaron.

Esta vez no fue un beso para devolverme a la normalidad.

Fue un beso que expresa lo que siento por él.

—Esta... Es la razón.—Susurré al separarme de él.

Y huí por la ventana. Dejándolo ahí, estático, sorprendido, en shock.

Es curioso como puedo hacer frente a un lobo con garras de más de medio metro de largo pero escapo de un simple humano que gusta de jugar al súper héroe.

**

Esta vez, ningún youkai estaba en París para luchar contra mi y llevarme a la fuerza a Japón.

No había personas con pensamientos negativos que se convirtieron en villanos psicóticos con ansias de venganza.

No había una carta de respuesta en el buzón de mi apartamento.

Solo estaba yo, escondida entre las ramas de un árbol de uno de los muchos bosques de París.

—Patética.

No puedo irme, no lo tengo permitido. 

No tengo libertad.

  — Aquí estas.—Mis orejas dieron un tirón al escuchar su voz.— Kisuki, ¿Donde has estado estos días? Juleka y yo estábamos preocupadas por ti.

— Lo siento, Rose. No quería preocuparlas, pero necesitaba desaparecer un poco para pensar.— De un salto, bajo del árbol justo frente a ella.

— Chatnoir fue a vernos para preguntarnos por ti... Él esta muy preocupado. 

—Yo... No pensé que reaccionara así...  

No pensé que le importara tanto...

— No solo estaba preocupado.— Abrí los ojos de par en par.

¿Como... Es que no noté su presencia?

Trague saliva con dificultad mientras bajaba la mirada, sintiendo miedo de repente. Justo ahora me sentía como una niña a punto de ser regañada.

—Creo... Que tiene cosas de que hablar... Le diré a Juleka que estás bien.—Y sin decir más, Rose se alejó.

Dejándome sola con él.

No me atrevía a mirarlo, ¿Qué iba a decirle? Probablemente él y Marinette sepan sus identidades y son felices ahora, juntos.

—Y-yo...

—¿Por qué no regresaste a tu departamento?—Quede sin habla cuando él me abrazó y escondió su cabeza entre el hueco de mi cuello y hombro.—Ha pasado una semana. Cada día que pasaba era una tortura, no sabía si habías huido, si un youkai te había llevado o si Hawk Moth te había atrapado.

—No... No puedo irme sin tu permiso.—Susurro.—Necesito tu consentimiento... Yo...

—No quiero que te vayas... —Me abrazó con un poco más de fuerza.

—Onegai...

—Te quiero... Quiero que te quedes conmigo.

Ante sus palabras, no pude evitar sobresaltarme.

¿Qué?



.... Chau Chau c:

Un gato y un demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora