29. Riposte

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—No sé para qué quieres que haga esto. Mis poderes son más que suficientes.—Digo cruzada de brazos.

—Necesitas aprender a protegerte, tus heridas se sanan rápido pero eso no significa que puedas ganar todas las batallas. Tiene que haber un equilibrio entre las habilidades y el poder. Tienes el poder de tus llamas y tú curación, pero no tienes un buen manejo de tus habilidades más que de tus sentidos del olfato y audición.

—Hasta ahora con eso me ha bastado para ganar en las batallas.—Bien, tenía un buen punto, pero era demasiado orgullosa como para admitirlo.

Él sonrió lanzando la espada hacia mi.

—Será divertido.

—Tks, ya qué.—Desvié la mirada sintiendo ardor en mí rostro.

Ambos salimos al patio, encontrándonos con los demás alumnos y los aspirantes.

Yo era uno de ellos.

  — Bien, aun no es hora de comenzar, pero podemos practicar un poco.— Me explica Adrien lanzando una espada hacía mi.— ¿Alguna vez has practicado el esgrima? 

Asiento sin decir nada y me pongo en posición.

  — Una cosa mas.— Dijo acercándose a mi.—No podrás usar tu fuerza y tu rapidez sobrenatural. Pelearás con las habilidades de un humano promedio... Es una orden.   

Mi cuerpo se tensó al escuchar la última frase y de repente sentí como si una fuerza externa me arrebatara la mitad de mi alma, si es que tengo una.

 — Como lo desees.—Dije en tono burlón. 

Aun con la fuerza de un humano ese rubio teñido no me va a vencer.

Fui la primera en atacar, Adrien, con una agilidad que no sabia que tenía sin estar transformado, lo bloqueó y dio su riposte, estuvimos unos segundos así, bloqueando y respondiendo al ataque del otro, algunos de los alumnos nos rodearon, viendo asombrados nuestro pequeño encuentro.

 — ¿Cansado?— Pregunté cuando nuestras espadas chocaron.

— Apenas estoy calentando.— Me respondió.

Sonreí alejándome un poco para volver a atacarlo.

  — Toché.— Me quité la máscara y sonreí burlona. 

Todos a nuestro alrededor dieron un grito de asombro.

— Es una chica.— Decían unos.

— Venció al mejor de todos.— Decían otros. 

— Wow, ¿Donde aprendiste esgrima?

— Un viejo amigo.— Me encojo de hombros.

Terminaron de llegar los aspirantes, entre ellos Marinette. Me senté en una de las bancas al darme cuenta que las parejas estaban completas, como supuse, Adrien y Marinette pelearon juntos y ella gano los primeros encuentros.

Es una chica hábil.

O eso pensé hasta que apareció esa chica misteriosa, con un aire de grandeza y retando al mejor alumno.

Bien Adrien, es hora de que dejes de ser caballeroso y le patees el trasero a esa chica.

Me levanté de la banca dispuesto a observar más de cerca este duelo.

**

—Marinette, ¿Estas seguro que fui yo quien ganó? Podría jurar que nuestros ataques dieron al mismo tiempo.

Que blando.

Caminé lentamente, siguiéndolo a la salida. Pude ver bien a la chica, era japonesa, igual que yo. Debo tener cuidado, ella podría descubrirme al ser más consciente de los youkai en su cultura.

Un gato y un demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora