42. Una manera

1.4K 146 23
                                    

Narra Adrien.

Poco a poco abrí mis ojos, despertándome. Viendo frente a mi un par de orejas esponjosas de pelaje blanco con un punto verde que comenzaba a resaltar conforme mi vista dejaba de verse tan borrosa.

- ¿Uh?- Cuando me desperecé por completo pude notar una ¿Hoja? Si, había una hoja sobre la cabeza de Kisuki.

¿Quien la habrá puesto ahí? Las ventanas de la habitación estaban cerradas, no puedo ser el viento... Quizás... Plagg la haya puesto sobre la cabeza de Kisuki para hacerle una broma.

Eso parecía mas convincente.

Negué.

Plagg y sus cosas.

Mejor la quitaba antes de que Kisuki despierte y se enfade.

-¡¡AAAAAHHHHH...!!- Yo mismo me cubrí la boca para acallar mi grito.

K-kisuki había vuelto a la normalidad... Justo cuando quité la hoja de su cabeza... Y... Ella... No llevaba nada puesto... Solo la cubría una sabana.

Hay una chica, desnuda, en mi habitación.

No entres en pánico.

No entres en pánico.

No entres en...

Abrí los ojos como platos cuando Kisuki hizo una mueca y comenzó a despertar.

¡Entra en pánico! ¡Entra en pánico!

- B-buenos días...- Entre mi ataque de nervios, esas palabras salieron de mis labios.

Ella suspiró y se sentó en la cama. Voltee la mirada cuando vi como la sabana comenzaba a deslizarse por su cuerpo.

- Buenos días.- Me devolvió el saludo, restregando sus ojos.

No voltees, no voltees, no voltees.

-Un momento... - Me sobresalté.- ¡Mierda! ¡¿Como rayos...?!

- ¿Se pueden callar...?- Plagg flotó hacía nosotros, quedando entre ambos.

Inevitablemente voltee la mirada. Kisuki cubría su boca con una mano y con la otra sostenía la sabana para cubrirse.

-Adrien, ¿Como regresé a la normalidad?- Me preguntó después de calmase un poco.

Su rostro estaba levemente sonrojado. Se veía muy tierna...

Rayos, Agreste, concéntrate. No es momento para pensar en eso.

- Yo... Eh, bueno... C-cuando desperté ví una hoja sobre tu cabeza... Yo... Pensé que era una broma y la quité y bueno... V-volviste a ser tú...- Balbuceé haciendo gestos exagerados con los brazos debido a lo nervioso que estaba.

Ella asintió para después suspirar sonrojada.

Una nube apareció a su alrededor y la cubrió. Al desaparecer el polvo, de nuevo era un pequeño zorro.

- Me quedaré en esta forma por un rato... Hasta que consiga algo de ropa.- Habló.

- ¡¿Puedes hablar ?!

- Es... Un poco complicado. Te explico.- Hizo una pausa para salirse de entre las sabanas y se sentó de nuevo en la cama frente a mi.- Ahora mismo, puedo hablar porque yo misma me transformé. Cuando alguien, en este caso mi hermano, me transformó en zorro, me puso restricciones en cuanto a lo que podía y no podía hacer. Hablar y usar mis poderes es un ejemplo. Podría haber revertido la transformación, pero no soy tan poderosa como él.

Un gato y un demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora