Quédate conmigo

Capitulo 38

Recargado con el lavado del baño, sintiendo un pequeño ardor cuando se pasaba el pañuelo húmedo por la nariz, Lucifer jamás había sentido tanta satisfacción luego de haber hecho algo como lo que hizo minutos atrás. Haber enfrentado así a Daniel le había dejado una paz sin nombre, aunque sabía que el grupo no compartían su punto de vista. Gabriel parecía el más enfadado, mientras que Castiel aún no salía de su asombro por lo que acababan de presenciar. Bueno, fueron los últimos momentos de la pelea, cuando Lucifer derribó a Daniel y dijo todo lo que dijo. No habían terminado de entender si había hecho eso por Balthazar y/o algo más.

Por su parte, Anna y Kali no estaban enfadadas, sólo preocupadas. Temían que algunos de los que estuvieron podían decirle a la directora, lo que terminaría en una suspensión para ambos. Eso o que alguien subiera los videos al grupo que tenían del curso o a internet. Había muchas peleas de estudiantes, pero nunca habían visto una como la de ellos dos, así que creyeron que eso podía hacerse viral si terminaba en Youtube. Y si los profesores o la directora llegaban a verlo por casualidad, todo saldría mal. Demasiado mal. En ningún momento habían pensado que Lucifer iba a ser capaz de retarlo a una pelea, pero al parecer, lo habían vuelto a subestimar. Él podía aparentar ser inmutable con muchas cosas, pero al tratarse de su novio o de alguno del grupo, podía convertirse en una persona completamente peligrosa. Eso lo sabían la mayoría de personas del instituto.

Quedaban diez minutos para que la junta con los profesores terminara, y Lucifer aún debía limpiarse la cara y tratar de tapar la herida de su nariz y así intentar evitar que los profesores le preguntaran qué había pasado. También esperar que Daniel no dijera nada. Si bien ambos serían suspendidos, Lucifer tendría más días debido a que él había comenzado la pelea. La directora siempre veía por ese lado.

- ¿Sabes? Hay otras formas de «hacer razonar» a una persona-habló finalmente Gabriel, que estaba cruzado de brazos.

-Dudo que lo hubiese entendido hablado-contestó Lucifer, mientras echaba la cabeza hacia atrás, sosteniendo un pañuelo en su fosa nasal derecha para intentar detener el sangrado.

-No tenían que llegar a una pelea tan violenta. ¿Qué le dirás a Balthazar hoy cuando vea tu herida?-preguntó Castiel, más preocupado que enfadado.

-Ya veré. Por ahora, terminemos esto y volvamos a clase. No quisiera tener problemas-comentó Lucifer, bajando lentamente la cabeza.

-Más problemas-corrigió Gabriel.

-Calláte-mandó Lucifer, saliendo del baño.

Las dos chicas estaban junto a la puerta, esperándolos.

- ¿Todo bien?-preguntó Anna-. ¿Te sigue doliendo la nariz?

-No mucho. Ya se pasará-respondió Lucifer, sonando indiferente a su dolor.

-Sigo sin creer que llegaras a eso-exclamó Kali, con ambas manos en sus caderas-. ¿Eres consciente de que te pueden suspender si se enteran los profesores y directora?

-Por eso me aseguraré de que no lo hagan-dijo Lucifer, guiñándoles un ojo. Las chicas intercambiaron una mirada de desconcierto. ¿Qué estaba planeando ahora?

Regresaron al aula al poco tiempo. Cada uno fue a su lugar, y Lucifer cruzó su mirada con la de Daniel, dándose cuenta que todo el odio anterior, se había convertido en miedo. Sonrió de costado al haber logrado parte de lo que quería. Esperaba que ese idiota ya no se acercara a Balthazar de nuevo. Además, él no tendría miedo de retarlo a otra pelea, incluso si corría riesgo de que Gabriel se enfadara más de lo que estaba en ese momento. Le quedaba esperar que Balthazar no se pusiera igual que él. Más esperaba no tener que contarle nada.