(8) No miento cuando digo que te amo.

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-Esta bien, me iré pero antes quiero que sepas algo, cuando digo que eres la persona más importante para mí, no miento, porque no hay otra persona con la que quiera vivir cada día y pasar el resto de mi vida, porque tu sonrisa cada mañana alegra mi día, tus caricias me encantan y tus besos me enloquecen, es magia lo que me producen esas cosas, porque creo que nunca me acostumbraré, nunca me acostumbraré a algo tán increíble como tú, y fíjate si soy estúpida, que esas sensaciones las he perdido, te he perdido a ti, y no puedo estar más destrozada.... -Dije y sin esperanzas me levanté y me dirigí de camino a mi cuarto.

Intentaba reprimir las lágrimas pero fué inevitable, ¿Esto a acabado definitivamente?

-Yo tampoco miento cuando digo que te amo. -No me dió tiempo a reaccionar a su frase cuando tenía sus labios pegados a los míos.

Volví a sentir sus labios, esa magia volvió a recorrer mi cuerpo y volví a sentirme viva.
Las manos de Carl sujetaban mi rostro mojado a causa de las lágrimas, mis brazos se entrelazaron con los suyos al tomar su rostro también con mis manos.
Solo era esto lo que necesitaba, le necesitaba a él, poder sentir sus labios de nuevo.

Noté como su rostro también estaba húmedo, había llorado recientemente, y eso me partía por dentro.
Lentamente separamos nuestros labios y nos miramos a los ojos.

-Perdóname, por la estupidez que hice... -Dijo cabizbajo.

Yo levanté su rostro.

-No tienes que disculparte, tu no tienes culpa, en todo caso te pido perdón yo por ser tan estúpida.
-No lo eres. -Dijo mirándome con ternura.

Lentamente acercamos nuestros rostros hasta volver a juntar nuestros labios, fundiendolos en un dulce y profundo beso.

-Taylor, no quiero que nos separemos más. -Dijo apenado y triste.
-No lo haremos. -Dije tomando sus manos y entrelazando nuestros dedos.

Nos volvimos a mirar a los ojos, ahora mi tristeza había desaparecido, y ya no tenía ese inmenso dolor que se apoderaba de mi estómago, ahora sólo era tenía esa increíble sensación que solo Carl producía.
Le amaba tanto que no podía perderlo de nuevo, juntamos nuestras frentes, todo era silencio, el inmenso silencio de la noche, apenas escuchaba su respiración chocar con mis labios.

-Te amo. -Susurramos a la vez.

Dicho eso nuestros labios volvieron a unirse, no me importaba nada, solo estar con él, como si el tiempo parase por un momento, y solo existieramos él y yo, y nuestros labios unidos entre sí.
Cada milésima de segundo disfrutaba de la sensación que producía, sus cálidos y suaves labios besando los míos o sus preciosas caricias que regalaba a mi piel.

Después de pasarnos bastante tiempo ahí, decidimos descansar, Carl obviamente dormiría con migo, como antes, todo esto me hacía tremendamente feliz, poder tener a Carl de nuevo era lo único que necesitaba.

-Te he extrañado mucho, más de lo que puedas imaginar. -Le confesé.

El sonrió y retiró un mechón de pelo de mi cara antes de hablar.

-Y yo a tí, no hacía otra cosa que pensar en tí.

Sé que ambos estuvimos llorando pues le oí y seguramente él también a mí.

Me acurruqué en la cama al igual que Carl quien me rodeó con sus brazos, yo le abracé de vuelta.
Esta noche por fín dormiré bien, aunque parezca una tontería, dormir entre sus brazos es la mejor sensación y la mejor forma con la que puedo dormir.

-Buenas noches princesa. -Susurró besando mi frente.
-Buenas noches mi príncipe.

Al instante me quedé profundamente dormida, como extrañaba esto, dormir envuelta en sus brazos.
Desperté y al parecer era bastante tarde pues todo Alexandría estaba despierto.
Me intenté levantar pero al moverme los brazos que me rodeaban se aferraron a mí impidiéndome levantarme, una sonrisa estúpida se dibujó en mi rostro.

-Carl ¿Sabes que es tarde? -Dije con una sonrisa.
-Uhg, podemos quedarnos un poco más. -Dijo con la voz ronca y adormilada.

Era más que obvio que teníamos falta de sueño de días atrás, aunque podían extrañarse al no vernos.
Carl comenzó a acariciar levemente mi cintura, me era imposible decirle que no.

-Esta bien. -Dije con una sonrisa volviéndome a acurrucar en sus brazos.

Carl sonrió tiernamente antes de volver a quedarse dormido mientras me cubría con sus brazos.

El amor no es siempre de sangre. /2ªTemporada 'No es más que un Apocalipsis'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora