(15) Venganza.

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Ya han pasado 2 días, no ha ocurrido nada fuera de lo normal, por mi estado de ánimo me encuentro mejor, aunque no estoy del todo animada, paso la mayor parte del día con Carl, abrazada a él, así es como me siento del todo bien.
Supongo que poco a poco lo voy mejorando pero cuesta demasiado, Rick sigue planeando con Dianna y Michonne cómo vencer a los salvadores, Maggie y Shasha están en Hilltop y por lo que parece bastante bien.

Todos ya saben lo que le ocurrió a mi padre, aunque no con detalles, solo saben que murieron, excepto Rick y Michonne, ellos si saben bien lo que pasó.
Lo bueno es que por lo demás Judy está perfectamente, el bebé de Maggie sano y soportamos a Negan mientras que buscamos formas de vencerle.

Tenía ganas de matar caminantes, de luchar, así que decidí salir de Alexandría.

-Voy a salir, ¿vienes? -Le pregunté a Carl quien se encontraba a mi lado.
-¡Claro! -Contestó con una pequeña sonrisa.

Se la devolví levemente y tomó mi mano antes de salir de la casa.
Avisamos a Rick de que saldremos, solo nos dijo que tuviéramos cuidado.

Llegamos a la puerta de Alexandría y cuando estábamos apunto de salir alguien gritó mi nombre.
Me giré y ví a Michonne acercarse corriendo hacia nosotros, con algo escondido en la espalda.

-¿Que ocurre? -Le pregunté alarmada.
-Veras, como ahora no tienes un arma de cuerpo a cuerpo y a tí se te dan genial las Katanas tengo esto para tí. -Dijo y sacó el objeto que traía en su espalda.

Era una katana afilada, brillante y con el mando color rojizo, era preciosa.

-Yo... Michonne... Muchas gracias. -Dije antes de darle un fuerte abrazo.

Ella me correspondió felizmente.
Al separarme miré esa increíble katana y la tomé entre mis manos.

-¿Como la has conseguido? -Pregunté asombrada.
-¿Amm? Digamos que volví a un sitio antiguo y la encontré. -Dijo riendo.
-Gracias de nuevo. -Dije dándole un beso en la mejilla.

Ella revolvió mi cabello sonriente.
Nos despedimos de ella y con una sonrisa salimos de Alexandría.

-¿Tienes ganas de estrenarla? -Preguntó Carl con una media sonrisa.
-Muchas. -Contesté de igual forma.

Nos alejamos un poco para encontrar algunos caminantes, seguimos caminando hasta que comenzamos a escuchar algunos rugidos.
Miré a Carl con una sonrisa y nos acercamos al lugar de donde provenían esos rugidos.
Al llegar vimos una pequeña horda de
unos 8 caminantes.
Me acerqué con mi katana entre mis manos, se percataron de nuestra presencia y comenzaron a caminar lentamente hacia nosotros.
Dos de ellos venían a la par y bastante cerca de mí, con ganas hice una maniobra con la katana y corté la cabeza de ambos.
Uno de ellos venía detrás, con una pierna le empujé con fuerza, cayó al suelo, me acerco a él y hundo mi katana en su cráneo.

En mi oído escuché un ruido demasiado cercano así que me giré rápidamente quedando cara a cara con otro caminante, rápidamente paso mi katana por su cuello separando su cabeza del cuerpo, al no estar dañado el cerebro puedo ver como la cabeza sigue en movimiento, era asqueroso.
Acabo con ese caminante y alzo mi vista, Carl había acabado con los demás.

Comenzamos a escuchar unas palmas, estrañados miramos al lugar de donde provenía el ruido, era un hombre rubio con ligera barba y tres hombres detrás, salvadores.

Cerré mis puños con rabia mientras les miraba desafiante.

-Vaya, estáis hechos unas máquinas de matar. -Dijo sonriente el rubio. -Le vendreís bien a Negan. -Prosiguió.

*Flashbacks*

Nos quedamos más esperando y escuchamos un tiro, después comenzaron a jugar con un caminante, ya que escuchábamos los rugidos y las risas de los salvadores.

-Ta, Taylor. -Dijo Carl.

Me asusté al escuchar su voz, pues sonaba asustada, le miré y ví su piel pálida y sus ojos abiertos como platos.

-¿Carl? -Le llamé. -¡Carl! ¿Que ocurre

Nada más verlo mí cuerpo cayó de rodillas, sentí el mundo caer encima de mí, quería gritar, gritar fuerte pero no podía.
Ese caminante, ese no humano con un hierro clavado en el estómago era mí padre, mi propio padre.

-¡SE SUPONE QUE NO DEBÍAS CONVERTIRTE! ¿PORQUE? ¿PORQUE TE HAS IDO? ¡PROMETISTE ESTAR CON MIGO! ¿ME OYES? ¡LO PROMETISTE!

-Te quiero papá.

*Fin de los flashbacks*

Las lágrimas acechaban mis ojos, con rabia saqué mi arma pistola de mis manos y disparé, uno de los hombres que habían detrás del Rubio cayó al suelo.
Los otros se escondieron detrás de algunos árboles y comenzaron a dispararnos.

Carl y yo también nos escondimos y comenzamos a disparar, ví como Carl de dió a uno aunque éste seguía con vida.
Agachada caminé hacia ellos, ví al que Carmen le había disparado el cual no se percató de mi presencia y tenía una pierna sangrada, me tiré sobre él y clavé mi katana en su cráneo.

Noté que alguién me agarró del pelo y me colocó una navaja en el cuello.

-¡Para de disparar! -Gritó levantándome para que Carl pudiera verme.

Me intenté resistir pero apretó más la navaja provocándome un escozor en el cuello, pero, antes de que nadie pudiera actuar una flecha atravesó el ojo de aquel hombre...

El hombre cayó al suelo, impactada miré a Carl quien se acercó a mí, fuí a apuntar al otro rubio pero cuando quise hacerlo ya era tarde, había escapado.

-¿Estas bien? -Dijo Carl abrazandome.
-Si, tranquilo. -Dije sonriendo y posando mi mano en su mejilla.

Ví de nuevo la flecha que atravesó en ojo de aquel hombre, Carl no tenía ningún arma que utilizara flechas.
Un ruido nos alertó, los arbustos se movieron y de ahí salió alguien.

El amor no es siempre de sangre. /2ªTemporada 'No es más que un Apocalipsis'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora