El amor no es siempre de sangre. /2ªTemporada 'No es más que un Apocalipsis'

(33) ¿Por primera vez?

Al poco entró Carl por la puerta.

-Ya han llegado mi padre y Michonne. -Me informó.
-¿Que tal está Rick? -Pregunté.
-Esta bien, se terminará de recuperar. -Dijo.

Se acercó a mí con cierta preocupación.

-¿Tu lo estás? -Preguntó inseguro.
-Lo estoy. -Dije con una pequeña sonrisa y tomando sus manos.
-Todo saldrá bien. -Me dijo.
-Eso espero. -Dije en suspiro.
-De todas maneras, voy a estar con tigo, siempre, y no dejaré que te pase nada. -Dijo mirándome a los ojos con dulzura.

Yo me sonrojé levemente, junté mi frente con la suya y le miré tiernamente sin soltar sus manos.

-Te amo muchísimo mi vida. -Le dije segura.
-Y yo a tí mi amor. -Me dijo.

Cerré mis ojos para volver a sentir sus suaves labios sobre los míos, ese escalofrío, esa magia volvió a recorrer mis venas y cada centímetro de mi cuerpo.
Envolví mis brazos en su cuello y desconecté mi mente, noté los brazos firmes de Carl en mi cintura y me dejé llevar.
Nuestras lenguas se conectaban entre sí mientras sentía las caricias de Carl en mi espalda, provocándome extraños escalofríos.

Caminamos a ciegas hasta llegar a la cama y tumbarnos en ella, él encima de mí, un fuerte calor abundó en mis mejillas, y en poco tiempo por todo mi cuerpo.
Comencé a desabrochar los botones de su camisa, Carl terminó de quitarla.
Posé mis manos en su torso ahora desnudo.
Él quitó con suavidad mi blusa, sentía los pálpitos de mi corazón por todo mi cuerpo, muy acelerado.

Carl estaba igual, lo sabía, al tocar su piel noté como también ardía, normalmente no temía esto pero....
¿Lo vamos a hacer? ¿Vamos a hacerlo por primera vez?

En ese momento realmente estaba asustada, obviamente no quería parar, pero, tenía miedo, no el típico miedo, sino, a no hacer algo bien....

Coloqué mis manos en las mejillas de Carl para centrarme en sus labios, nada más que notar su piel chocar con la mía me produjo una sensación que me encantaba.

Me tomó de la cintura para atraerme a él.
Nuestros zapatos cayeron al suelo, me comencé a deshacer de mis pantalones y Carl terminó de quitarmelos para después quitarse los suyos sin despegar sus labios de los míos.

Estabamos en ropa interior, temía el siguiente paso...
Notaba la respiración agitada de Carl chocar con la mía, los dedos de Carl recorrieron con detenimiento mis piernas, después mis muslos, mi abdomen... llegó hasta mis hombros y tocó la tira de mi sujetador, paró por un instante, cerré mis ojos y tomé con fuerza su otra mano.
Iba a seguir pero....

Inesperadamente se escucharon dos toques en la puerta y antes de que pudiéramos hacer nada la puerta se abrió...

-Taylor. -Escuché, asustada miré a la puerta, era Mickey, se quedó parado en seco al ver la escena.

Me separé avergonzada de Carl y él hizo lo mismo.

-Lo, lo siento. -Dijo Mickey tapándose la cara y volteandose.

Carl y yo nos vestimos a velocidad de la luz.

-¿Que querías? -Dije nerviosa.
-¿Ehh? -Dijo Mickey, se volteó y estaba bastante colorado y al parecer ¿ruborizado?, esto era muy embarazoso.
-Me habías llamado, al entrar. -Le dije.
-Ah, si, porque vamos a hacer una expedición mañana, para avisarte por si querías venir. -Dijo.

Carl me miró con una ceja alzada ¿celoso?
Miré a Carl y solté una pequeña risa, al parecer Mickey lo notó.

-Esto, Carl, tu también puedes venir. -Le ofreció.
-Gracias Mickey, seguramente vayamos. -Le dije con una sonrisa.

El asintió sonriente y se marchó.
Mi corazón seguía latiendo a mil por hora, esto era demasiado vergonzoso.
No quería ni mirar a Carl, ¿si Mickey no hubiera entrado lo hubiéramos hecho?
Nosé si debería hablar esto con él, me resulta vergonzoso pero realmente me aterra.

Agaché mi cabeza, Carl hizo lo mismo, parecía inseguro, pero yo aterrada.

-Carl... -Le llamé.

El me miró, quizás si le digo algo me tome por imbécil, pero necesito decirlo.

-Me llamarás estúpida pero.... ¿Que habría pasado si no hubiera entrado Mickey? -.
-¿A que te refieres? -Dijo inseguro.
-Carl, ¿l, lo hubiéramos hecho? -Lo solté.

Carl agachó su cabeza, pareció pensar su respuesta con detenimiento, mis nervios aumentaban cada segundo.